“VENEZUELA DEBE CONVERTIRSE
EN UN PAÍS FEDERAL, CON ESTADOS AUTÓNOMOS”
La gran preocupación tiene que ser el
ciudadano común. Está planteada también la reconstrucción material, moral y
ética del país. Los venezolanos no tienen
vocación de limosneros. Me siento como los peloteros que no están
jugando regulares, pero salen a batear de emergentes en el noveno inning, declara
el ex candidato presidencial y conocido representante de la generación política
del 58.
Ha vivido intensamente la política
venezolana desde su juventud marabina. Se ha desempeñado en altas responsabilidades
como presidente de la Cámara
de Diputados, jefe de la fracción parlamentaria de COPEI, gobernador reelecto
del estado Zulia y candidato presidencial en las primeras primarias abiertas
celebradas en 1993. Desde hace unos años comparte las tareas políticas con una
intensa actividad en diversos medios de comunicación. Ahora se considera como
uno de los peloteros veteranos de los Yankees que no están jugando, pero salen
a batear como emergente y resuelven el juego con un batazo. Estas son sus
reflexiones para ABC de la Semana.
Una vez que Hugo Chávez se juramente para un nuevo período en el mes
de enero es previsible (y ya se anuncia el modelo del poder comunal) que se radicalice su revolución y aunque
todavía hay sectores que parecen desconocerlo está claro que marchamos hacía un
modelo distinto al sistema democrático.
Tienes
razón, no solamente con relación a la experiencia venezolana sino que estamos
en presencia de un régimen que va en dirección radicalmente contraria a los
principios y valores del régimen democrático.
Bien sea Venezuela, Estados Unidos, España, Francia o algún país de
África, donde quiera que exista un régimen democrático, éste se sustenta en los
principios de respeto a la dignidad de la persona humana, el pluralismo, la
alternancia en el poder y es radicalmente distinto a este intento socialista
“comunistoide” que nos conduce hacia el totalitarismo, es decir, al control
total del poder y de espacios sociales.
En ese camino el régimen ha avanzado
mucho.
Por
supuesto, ya existe un control de todos los factores de poder y existen cada
vez menos espacios para el sector privado. Más que imponer una política de esa
naturaleza desde el punto de vista teórico, se trata de destruir todo lo
existente, las instituciones, desconocer la Constitución
Nacional , el orden jurídico vigente y lamentablemente en ese
proceso estamos; y recientemente conocimos unos resultados que reeligieron a
Chávez.
Resultados que para algunos están “bajo
sospecha”.
Así
es, pero lo que nos preocupa es que esos factores de sospecha y de duda con
relación a los resultados de octubre no han sido modificados, no han sido
corregidos y se proyectan para las elecciones de gobernadores y alcaldes de
diciembre. Pero para mí y creo que para muchos la gran preocupación de fondo es
lo que se llama el “ciudadano común”; el hombre de carne y hueso, el que no
vive de los partidos, ni de la política, ni de los gobiernos, ni de las
oposiciones. Es el ciudadano común, el que vive de su trabajo, de su esfuerzo
personal para levantar a su familia y
educar a sus hijos que se encuentra indefenso en un sistema como este. O se
pliega al Gobierno porque está chantajeado por el soborno sistemático que le
pueden poner el nombre de “misiones” o el nombre que quieran, pero todos
sabemos de lo que se trata: o se coloca en una actitud opositora que le cierre
las puertas para poder crecer y desarrollarse. Es aquí donde la dirigencia
política tendría que intervenir con mayor firmeza y con mayor claridad
señalando que lo importante es que cada quien pueda ser dueño de su propio
destino.
Pareciera que el concepto de las
misiones ha funcionado electoralmente.
Los
venezolanos no tienen vocación de limosneros, incluso los que son beneficiarios
de las misiones lo que quieren es salir de la pobreza y las misiones son un
camino para mantener a los pobres, para que sobrevivan, pero no para que se
movilicen socialmente hacia arriba.
Todo ello demuestra aunque mucha gente
lo dude que vamos a llegar a una versión del comunismo, pero no una
reproducción del comunismo de la Unión
Soviética de Stalin, de las masacres de campesinos o el
paredón en Cuba. La historia no se puede reproducir como copia fotostática,
pero hoy en Venezuela estaríamos en el camino del neocomunismo en el cual hay
espacio para ciertas libertades y un intenso ejercicio electoral.
Si,
pero además no se oculta cuando hablan del socialismo del siglo XXI. No olvides
que ningún país se llamó comunista. La Unión Soviética era la Unión de Republicas
Soviéticas Socialistas y el comunismo alemán se llamó República Democrática
Alemana. Pero siempre la expresión socialista va marcando la tendencia y el
camino hacia el comunismo. Pero estoy de acuerdo contigo en que la historia no
se detiene, que la sociedad va evolucionado y la forma tradicional del
comunismo ya no tendrían vigencia para su aplicación, lo cual no significa que
los efectos del neocomunismo no sean igualmente perversos para ese ciudadano
común.
UN MENSAJE DÉBIL
Hace unos años Fidel Castro ante una pregunta de una
periodista venezolana contestó que esa
definición de socialismo era simplemente comunismo.
Si,
claro y Raúl Castro aquí en Caracas dijo que hoy en día Venezuela y Cuba son la
misma cosa y lo dijo con el tradicional acento que los jefes cubanos ponen
cuando se trata de estos temas. Es una situación que la entendemos porque es
demasiado evidente, porque está a la vista o nos hacemos los locos y seguimos
confundiendo democracia con elecciones solamente, con la posibilidad de votar
en procesos electorales cada vez con menor transparencia.
Cuando el país regrese a la normalidad
democrática porque también este es un proceso inevitable. ¿Cuáles piensas tú
que serían las tareas prioritarias para la reconstrucción del país?
Estaría
planteada la reconstrucción institucional, pero también la reconstrucción
material, moral y ética. Nuestro país está muy “echadito a perder”, vemos muchas
desviaciones, se ha debilitado la calidad del mensaje político o éste se ha pragmatizado demasiado.
Generalmente no va dirigido a la gente a satisfacer las necesidades de ese
ciudadano común. Para la reconstrucción institucional no hay que inventar la
pólvora. Existen principios y valores que están claramente definidos y que
tienen que orientar las políticas a desarrollarse. A mi me preocupa mucho más
el ver, porque eso demuestra las dificultades que vamos a enfrentar para el
futuro, como nuestro país está a la cola de los países de América Latina y de
muchos países del mundo en materia de calidad educacional, de calidad de los
alumnos y calidad de los profesores, y con bajos porcentajes de
aprovechamiento. Y cuando hablo esto me refiero tanto al sector público como al
sector privado, estamos quedando muy mal desde esa perspectiva y para mí el
esfuerzo mayor en los próximos años tendrá que centrarse en la calidad de la
educación.
En las tareas para la reconstrucción
democrática está la necesidad de rescatar el proceso de descentralización y todo lo
que él supuso a lo largo de 1989-98. Aunque se trató un poco tiempo fue un paso
importantísimo para el país.
Muy
importante, muy trascendente, aunque después de 1993 se trató de aguantar ese
proceso y los avances siguientes fueron mínimos. Sin embargo cuando uno
recorre el mundo físicamente o bien por
el estudio o el conocimiento de las cosas más me
convenzo de la necesidad que tiene Venezuela de convertirse en un país
verdaderamente federal, con estados autónomos y municipalizando la vida
pública, es decir que el municipio sea el centro de toda la acción con las
respectivas parroquias que existían y que ahora están despareciendo, con las
juntas parroquiales y otras instancias del desarrollo de la zona geográfica que
le corresponde gobernar.
Fuiste gobernador reelecto del estado
Zulia. ¿Cuál es tu experiencia del proceso de descentralización?
Te
pongo como ejemplo el caso del estado Zulia
que tiene una tremenda potencialidad de desarrollo y de crecimiento
económico no dependiente del gobierno nacional. Si el Zulia tuviera las manos
libres para traer inversiones y desarrollara sus propios programas ajustados a
la región cada día dependería menos del Situado Constitucional. Un Situado que
podría destinarse a cosas de verdadera asistencia social, pero no dependiendo
todo de los que el gobierno te pueda o te quiera dar y mucho menos
administrándolo de una manera caprichosa como se administra en este momento.
EL IVA EN LA REGIÓN
El Zulia además del petróleo es una
fortaleza agropecuaria.
Correcto,
poca gente sabe por ejemplo que el sector agropecuario zuliano en ganadería y
cultivo frutícola mueve más dinero en la región que la industria petrolera y
mueve más dinero en la región que el propio Situado Constitucional. Hay muchas
cosas que se pueden hacer, por ejemplo, en todas partes del mundo el IVA es un
impuesto que se queda donde se paga, los impuestos al consumo normalmente
quedan donde se pagan, esa es una norma universalmente aceptada y reconocida,
aquí no. Aquí lo que se recauda por este concepto al igual que el ingreso
petrolero van para el gobierno central que después hace lo que le da la gana
con ello o lo devuelve en la forma que lo hemos
visto ahora y de lo cual se quejan todos los gobernadores, los chavistas y los
no chavistas. Son deformaciones que podrían corregirse y ello no es complicado,
que son primarios y que todos tienen soluciones que pueden ser eficientes y
rápidas.
En la situación actual estos problemas
se complican y se agravan demasiado entre otras cosas por ineficiencia del
equipo de gobierno.
Claro,
lo fundamental es tener el coraje para romper radicalmente con los vicios, con
las deformaciones y las corruptelas que nos llevaron a un estado que permitió
que se colara Chávez en el 98 y que ha facilitado luego que el proyecto chavista
y su ineficiencia los agravaran hasta extremos verdaderamente indignantes.
Está el tema internacional. En esta
materia Chávez ha colocado a Venezuela por primera vez en su historia en la
órbita de la guerra y una guerra además lejana que no tiene nada que ver con los países
latinoamericanos y que tiende a complicarse en el Medio Oriente con la amenaza
nuclear de Irán.
A
mi no me gusta hablar en términos de “buenos” y “malos”, pero te diría que lo
malo es que efectivamente en este caso Chávez nos ha ubicado en el escenario al
lado de los “malos” en el sentido de que son países que no tienen identidad
ideológica con nosotros frente a otros que por ejemplo en el caso de Israel
donde nosotros tenemos profundas raíces judeo-cristianas que alimentan nuestra
nacionalidad y la del mundo occidental. Entonces ello ciertamente es muy
preocupante como lo es esta alianza o sociedad con el fidelismo que no sabemos
hasta dónde nos puede llevar. Por otra parte tenemos muchas amenazas, tenemos
el problema del narcotráfico que ya nos proyecta en el mundo para muchas agencias
especializadas como un Narcoestado, es decir donde el consumo y el tráfico de
drogas crecen y los depósitos de almacenamiento de ella se multiplican aceleradamente.
Todo esto de forma impune a los ojos del gobierno porque están todos los
informes de las agencias especializas que señalan la falta de colaboración de
Venezuela en la lucha contra este flagelo mundial.
Desde muy joven asumiste altas responsabilidades
en el seno de COPEI y también en cargos públicos como parlamentario,
gobernador, candidato presidencial y hace unos años promoviste Alianza Popular como
un lugar de encuentro de varios factores ideológicos. Ahora después de esta
recomposición del cuadro político. ¿Cuáles son tus planes personales?
¿Persistes de la militancia activa o pasas al papel de observador o
analista? ¿Cómo te sientes en esta
Venezuela tan distinta en la que te correspondió ejercer importantes
responsabilidades?
En
cuanto a esas cosas que dices de lo que hemos hecho y las posiciones que hemos
ocupado hay una que quiero resaltar, que fue el comienzo de todo esto, la
década de los sesenta, sobre todo la primera mitad de esa década donde me formé
en la lucha universitaria, en la lucha abierta combatiendo pero sin dar ni
pedir cuartel a actores de la izquierda socialista-comunista de aquella época.
Por cierto con una gallardía y unos principios que han permitido que muchos de
aquellos que combatimos ferozmente hoy seamos grandes amigos manteniendo
posiciones divergentes. Ahora me siento como los peloteros veteranos de los
Yankees que no están jugando regulares, pero salen a batear de emergente en el
octavo, noveno inning resolviendo el juego con un batazo. Pero al
mismo tiempo están los muchachos nuevos que son los que están ocupando las
posiciones regulares en el equipo.
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