viernes, 9 de agosto de 2013

El Nacional/ND

La batalla de los alcaldes

Era inevitable que la escogencia de candidatos para las elecciones municipales de diciembre desatara reacciones y hasta divergencias, tanto en el oficialismo como en la oposición. La semana definida para las postulaciones ante el CNE ha reflejado esta situación con particular gravedad en las filas del PSUV y sus aliados. Los anuncios hechos por Nicolás Maduro sobre sus candidatos (figuras del espectáculo y el deporte) han merecido el rechazo de las bases del partido. En una organización que no ejerce la democracia interna, los aspirantes eran seleccionados por Hugo Chávez, cuyas decisiones se tornaban inapelables, dada su condición de Jefe Supremo.

Los diversos factores que conforman el chavismo eran cohesionados por el liderazgo carismático del Comandante en Jefe. Obviamente desaparecido éste, ello no lo puede hacer su heredero, quien debe compartir el poder con otras tendencias y grupos internos, cuyos desencuentros permanecían atenuados hasta ahora. Es comprensible entonces que dirigentes del chavismo originario que durante 14 años han contribuido al llamado “proceso”, se resientan ante la imposición (no mediante una elección plural) de personajes que tienen poco que ver con estos años de convulsión política. ¿Hasta dónde este cuadro repercutirá en los resultados del oficialismo el 8 de diciembre? Es muy temprano todavía para ser pronósticos al respecto, pero sin duda las “rebeliones” que ahora se verifican, deberían tener una incidencia a la hora del voto.

En el campo de la MUD, el tema fue resuelto con las primarias del 12 de febrero de 2012, en las cuales se escogió al abanderado presidencial y a los aspirantes a gobernaciones y alcaldías. La selección se hizo en el entendido que los comicios municipales no habrían de ser pospuestos nuevamente, por lo que la selección respondía a la realidad del momento. La experiencia unitaria dio paso a las sucesivas votaciones de Henrique Capriles Radonski, que hoy consagran a las fuerzas democráticas como la mayoría nacional.

No obstante, se han presentado casos puntuales de inscripciones de candidatos paralelos. Ello también es comprensible. Ha transcurrido año y medio de las primarias y diversos hechos (entre ellos la muerte de Chávez, que implicó cambios para el oficialismo y la oposición) abren la posibilidad de plantear algunas revisiones. Tal es el caso de la postulación de Antonio Ecarri para la alcaldía del municipio Libertador frente a la de Ismael García. Ecarri, y posiblemente otros candidatos en las mismas circunstancias, esperarán el desarrollo de la campaña para decidir la renuncia o la ratificación. La experiencia demuestra que finalmente las tendencias ganadoras terminan por imponerse y obligan al retiro de aquellas opciones que no lucen con posibilidades de victoria. No se trata de una tragedia.

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