Estado delincuente
Son
pocos los libros que permiten una lectura tan completa y exhaustiva sobre un
tema. Estado delincuente: Cómo actúa la
delincuencia organizada en Venezuela, es uno de ellos. Carlos Tablante,
exgobernador, exparlamentario, ex ministro y Presidente de la Comisión Nacional
Contra el Uso Indebido de Drogas (1996-1998) y Marcos Tarre, especialista en el
problema de la criminalidad y la violencia, además de conocido novelista sobre
temas policiales, juntaron esfuerzos para ofrecer una obra que constituye un
conmovedor retrato de la
Venezuela de estos tiempos. El libro se inicia además, con un
prólogo del reconocido y polémico juez español Baltazar Garzón.
Se trata de una relación
pormenorizada del problema de la corrupción y la violencia a partir de hechos
concretos y comprobados (ilustrados con gráficos y cifras) pero además de un
análisis prolijo sobre los alcances de las actividades delictivas (los ilícitos
como los bautiza Moisés Naím) que han ido convirtiendo al país en un oscuro
entramado de diversas actividades, que se entremezclan y complementan para
ofrecer un panorama desalentador en términos de futuro.
Sus capítulos recorren cuestiones
aparentemente aisladas pero que a partir de su lectura, se concluye en que son
piezas de una misma problemática: asesinatos y delincuencia organizada frenan
el desarrollo de los países. Por ejemplo, pone en claro el vínculo existente
entre la tasa de homicidios y el grado de desarrollo a partir de los enfoques
del “Estudio Global de Homicidios 2011” ,
publicado por la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Según la investigación, “(…) comparando con otras regiones, los países de
América tienen en promedio tasas elevadas de homicidios asociados con niveles
relativamente altos de desarrollo, lo que hace sugerir la presencia de otros
factores distintos al desarrollo, como el crimen organizado, que juegan un
papel desproporcionado en la elevación de los homicidios”. Es decir, la
criminalidad que desafía al país no es un hecho que se resuelve solamente con
la denuncia periodística y la represión policial, sino que tiene raíces mucho
más complejas.
En sus páginas se da cuenta también
con datos precisos, nombres y apellidos y situaciones puntuales de los casos de
corrupción, que si bien han sido conocidos por la opinión pública, ahora son
vistos con mayor profundidad y avalados en cifras y gráficos. La crisis
financiera por ejemplo, que se ha repetido en los últimos años, es diseccionada
caso por caso. Así como los asuntos más sonados de negociados y sobornos
amparados en la bonanza petrolera de la última década. Sin embargo, Estado delincuente no es un panfleto
político ni se agota en la simple denuncia, sino un estudio que deja en claro
que se trata de un tema de mayor alcance, que va más de allá de un gobierno,
que requiere de un esfuerzo nacional colectivo, que trasciende lo que puede ser
una oferta electoral. Ocurra lo que ocurra en el futuro, no importa la
naturaleza del cambio, lo cierto es que la “corrupción estructural” de la
sociedad venezolana tiene que ser enfrentada con decisión, rigor y seriedad, a
partir de un vasto consenso de todos los sectores.
Un dato relevante es que en el libro
también se dibuja el camino de las soluciones, tomando como base las
conclusiones del documento de la
Convención de Palermo, adoptado en el año 2000, con la
presencia de 147 estados miembros, suscrito por Venezuela en aquella
oportunidad y ratificado posteriormente en 2002. Según frases del entonces
Secretario General de la ONU ,
Kofi Annan: “uno de los contrastes más marcados que existe en el mundo actual,
es el abismo entre ‘lo civil’ y ‘lo incivil’. Cuando digo ‘lo civil’ quiero
decir la civilización: los siglos acumulados de conocimientos que sientan las
bases del progreso. Cuando digo de la ‘sociedad incivil’: se trata de
terroristas, criminales, traficantes de drogas, tratantes de personas y otros
grupos que desbaratan las buenas obras de la sociedad civil”. Como dice el
prologuista Garzón: “adaptarse a los cambios es una ardua tarea a la que nos
enfrentamos continuamente en diversas facetas de nuestras vidas”. Sobre estas
cosas reflexiona el libro de Tablante y Tarre.
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