El reino del horror nazi
El periodista Manuel Felipe Sierra acompañó al historiador de la Universidad de Jerusalén Yoel Schvartz en un recorrido por los espacios que ocuparon los ghettos de Varsovia y de Cracovia y los tres campos de concentración y exterminio de Auschwitz.
Krojmalna, casa número 10
“Al comienzo de los años 30 mi desencanto conmigo mismo había llegado a tal extremo que perdí toda esperanza. A decir verdad, ya me quedaba muy poco por perder. Hitler estaba a punto de hacerse con el poder en Alemania. Los fascistas polacos pregonaban que sus planes, en lo que a los judíos concernía, coincidían con lo de los nazis”, cuenta Isaac Bashevis Singer, el famoso escritor en yidis mientras se preparaba para abandonar la casa número 10 de la calle Krojmalna, donde había pasado su juventud y las vivencias que alimentaron su obra literaria luego en Estados Unidos. Sobre este escenario tan caro a Singer ahora caminamos y en él existió el Ghetto de Varsovia.
— Manuel Felipe Sierra: Esta calle hace 70 años era un espacio ocupado por el Ghetto de Varsovia ¿Cuál es la significación de este hecho en la historia de Polonia y en la historia del siglo XX?
— Yoel Schvartz: Para empezar a hablar del Ghetto de Varsovia tenemos que recordar algunos números. Antes de la guerra, vivían en la ciudad alrededor de 350.000 judíos que constituían un poco menos de un tercio de la población, vale decir, una de cada tres personas que caminaban por estas calles era un judío. Hoy en día, en el año 2012 hay en toda Varsovia alrededor de 4.000 judíos siendo muy generoso con los números, porque en ningún evento público de la comunidad judía se ven 4.000 personas. Esto nos da la pauta de la dimensión de la catástrofe que se abatió sobre los judíos de Varsovia, que no es independiente pero es diferente a la catástrofe que se abatió sobre todo el país. Los polacos perdieron 6.000.000 de habitantes, de esos 6.000.000 de habitantes un poco más de 3.000.000 eran judíos; pero lo importante es que Polonia también fue el escenario de la destrucción de la Escudería Europea, fue el campo elegido por los alemanes para instalar sus máquinas de muerte, los campos de concentración y de exterminio que funcionaron en el este del país. De tal manera que cuando caminamos por Varsovia en primer lugar lo que estamos viendo es una ciudad que fue reducida a cenizas hace 69 años en 1944 y concretamente el ghetto, hace 70 años en 1943 fue reducido a cenizas, como parte de un proceso de exterminio. Quedaba ciertamente ubicado en esta área, el área central de la ciudad, en sus calles principales. El área comercial de Varsovia de hoy en día es el lugar que los alemanes eligieron hacer el ghetto. Nosotros podemos ver ahora los edificios ultra modernos que se construyeron y se están construyendo, en el área donde 70 años atrás los tanques alemanes entraron a terminar con la vida de los judíos. Eso nos llena de paradojas porque es una ciudad construida sobre las ruinas de su propia destrucción y sobre las ruinas del asesinato de su propia población y reconstruida una y reconstruida dos veces. Entonces nosotros necesitamos hacer un enorme esfuerzo de la imaginación y de la retorica histórica para tratar de recuperar un poco todas esas vidas que se han perdido.
— MFS: ¿Cuál fue la explicación militar del Ghetto de Varsovia?
— YS: Hay que entender un proceso que viene por lo menos del año 39 o tal vez deberíamos empezar a contar un poco antes, pero si nos concentramos en el año 39 cuando se inicia la guerra, Polonia es un país que no tiene un ejército fuerte, es un país políticamente debilitado y es un país que abierta o encubiertamente las naciones de Europa dejaron de alguna manera de lado, por lo menos en opinión de muchos de los polacos después de la guerra, cuando la abandonaron al abrazo del oso ruso, al abrazo de Stalin. Pero Polonia es un país que no tenía la capacidad bélica de medirse con la Alemania nazi, con la Alemania que había ido creciendo, industrializándose y generando un poderío militar impresionante desde el ascenso de Hitler en el año 33 y que llevaba 6 o 7 años preparándose para el momento del ataque del Este y que llevaba también un proceso de anexión de territorios que Alemania reclamaba como suyos y que había comenzado 2 años antes, que tenían que ver con la anexión de Checoslovaquia y de Austria, que tenía que ver con procesos de anexión de otros territorios. Lo que nosotros vemos aquí en Varsovia es una realidad en la cual el ejército polaco es diezmado, la elite intelectual y política destruida y los judíos de Polonia confinados a partir del otoño de 1940, en ghettos a todo lo largo y ancho del país. El Ghetto de Varsovia tenía una particularidad que lo diferenciaba de otros que se enclavaron en el territorio polaco, esa particularidad era su aislamiento, lo que se explicaba por estar en el centro de la ciudad. El proceso que los nazis siguen con los judíos es un proceso que se compone de varias partes: La primera tiene que ver con una separación más bien de hecho, a partir de la limitación de sus actividades económicas, de la prohibición de estudiar en las universidades, de la prohibición de ejercer determinadas profesiones y va a continuar con la demarcación física a partir de la obligación que los judíos son conminados a tener, de llevar un brazalete con la Estrella de David que los separe del resto de la población no judía. Y la tercera etapa va a ser lo que nosotros llamamos la “ghettoización”, el confinamiento en ghettos que se da a lo largo y ancho de Polonia y de otros países también. Pero en el caso concreto del Ghetto de Varsovia, era un ghetto que estaba en el centro de la ciudad, eran 75 manzanas, lo que constituye una enorme extensión de terreno. Eso quiere decir que aquella persona que estaba confinada en el ghetto, si finalmente conseguía escaparse de alguna manera, escapaba a la ciudad, al centro de una población que lo desconocía y que poco a poco va volviéndose diferente y consecuentemente también hostil; esas poblaciones, era en primer lugar la población alemana, pero en gran medida también la población polaca que pierde el contacto con sus vecinos judíos de antaño. Ese es un proceso que también hay que entenderlo, cuando un grupo de judíos logra escapar uno de los testimonios que oímos a menudo, es la sorpresa con la que los polacos los miraban después de dos años de no haber visto un judío y de pronto los ven surgir harapientos, famélicos, manchados de carbón surgiendo de las alcantarillas, ello resultaba un fenómeno totalmente extraño para la población polaca ocupada, perseguida y humilladas por los alemanes, pero que ya se había acostumbrado de alguna manera a la lejanía de los judíos.
— MFS: En el seno del ghetto se produce una rebelión muy significativa.
— YS: Para entender la rebelión hay que entender un proceso previo. En el año 1942, un año y medio después de que el ghetto se levantara, los alemanes decidieron liquidarlo. Liquidar el ghetto era comenzar la deportación de los judíos a Treblinka, que era el campo de exterminio que había sido levantado a 80 kilómetros de la ciudad y donde se iba a exterminar a los judíos de la zona.
— MFS: ¿Por qué se escoge a Treblinka?
— YS: El caso de Treblinka no es muy conocido por varios motivos. El primero y más importante de todos es porque los alemanes posteriormente decidieron destruirlo, eliminarlo y borrar todo vestigio de su existencia. Esos vestigios hoy en día están apareciendo a través de trabajos arqueológicos, de arqueología forense que se están realizando en el lugar y a través de los testimonios de algunas de las víctimas que consiguieron sobrevivir, a partir de la rebelión que se produce en 1943 algunos pocos sobrevivientes lograron escapar y llegar al fin de la guerra para contar la historia de Treblinka. Treblinka también era conocido porque ya a mediados de 1942 un joven activista de uno de los movimientos de la izquierda judía, uno de los movimientos socialistas judíos que había en el ghetto, aprovechando su apariencia rubia y de ojos celestes y su buen dominio del idioma polaco, consigue escapar y sigue a los trenes que se dirigen a Treblinka. Esa persecución lo llevó a un cruce de rutas y él entiende que detrás de ese cruce en definitiva no hay absolutamente nada, que no hay nadie que se alimente, no hay nadie que beba agua, no hay nadie que reciba medicinas, por lo tanto le quedó claro que lo que había allí era un lugar de exterminio y no un lugar de pasaje ni de reacomodación, llamados de esta manera por los alemanes.
— MFS: ¿Cómo se borra a Treblinka?
— YS: A Treblinka los alemanes lo borran de una forma brutal, cuando ellos deciden acabar con el proceso de exterminio allí y transportarlo a Auschwitz y convertirlo en el centro europeo del exterminio de los judíos. Traen máquinas y aplanan el campo, destruyen completamente las instalaciones que habían en el campo y lo entregan vacío y destruido a los vecinos ucranianos para que lo trabajen, con la promesa de no revelar lo que había sucedido allí.
— MFS: Es decir, se cultivaba sobre las cenizas.
— YS: Sí, cultivaban sobre las cenizas y los escombros. Al final de la guerra el gobierno polaco va a controlar el terreno nuevamente y a partir de allí va a iniciarse el proceso de construcción de lo que es el museo de Treblinka o la recordación de Treblinka, en la cual no hay nada, simplemente algunos monumentos. Pero nuestros vestigios físicos son los que se están descubriendo de a poco, a partir de las investigaciones forenses que se vienen realizando en los últimos años. Pero volviendo al tema del Ghetto de Varsovia, en el 42 los alemanes deciden liquidarlo, como parte de un proceso que habían decidido en enero de ese mismo y es un proceso que se llamó “La solución final”. La jerarquía del partido nazi que se ocupaba del tema racial, se había reunido en un lugar llamado Wannsee, una región de campo a poco kilómetros de Berlín y allí deciden implementar “La solución final del problema judío”, es decir, el exterminio de los millones de judíos que quedaban en Europa, incluso establecieron una lista de prioridades de cada país, cuántos judíos tenían, desde los 3.000.000 en Polonia hasta los 200 en Albania, para que veamos el grado de minuciosidad y de detallismo de la programación de “La solución final”. Varsovia era uno de los primeros en las prioridades de exterminio, por tratarse de la comunidad o el ghetto judío más grande del mundo europeo, junto con los judíos de Hungría que eran alrededor de 400.000. Ese primer proceso de exterminio, la primera gran acción de los alemanes, se llevó a cabo prácticamente sin contratiempos; los alemanes comienzan a juntar a los judíos del ghetto y a trasladarlos a Treblinka, prácticamente sin oposición. Hasta ese momento, los judíos de Varsovia habían esperado que el ghetto pudiera salvar sus vidas, incluso no habían creído en esas denuncias, como la del joven de la izquierda judía, que habían hecho y la mayoría de la gente del ghetto suponía que era posible llegar a algún tipo de salvación, a pesar de que éste significara hambre, miseria, enfermedades y miles de personas muriendo semanal o mensualmente como consecuencia de esto. A pesar de eso, existía la esperanza de que podían salvarse, sólo que a partir de septiembre de 1942 cuando empiezan las deportaciones masivas de Varsovia, empezó a quedar claro para la mayoría de la población del ghetto que eso era imposible y es por esa razón que comenzaron a organizarse para la rebelión.
— MFS: La rebelión procuraba por supuesto liberarse del ghetto, pero también se planteaba el enfrentamiento con las fuerzas nazis.
— YS: La rebelión significaba dos cosas: Por un lado, la rebelión armada. Comenzaron a recibir armas, algunas decenas de fusiles, granadas, cocteles molotov caseros, por una pequeña ayuda a través de la resistencia polaca fuera del ghetto, con el objetivo de resistirla próxima acción. Por otro lado, la resistencia significa también construir escondites para que cuando los alemanes entren no encuentren a la población judía. Entonces a partir de diciembre de 1942 y hasta marzo de 1943, se va a construir una red de bunkers, de refugios subterráneos a todo lo largo y ancho del ghetto, que constituían los escondites para los 60.000 judíos que todavía quedaban en él. De hecho, cuando los alemanes entraron a buscar a los judíos no encontraron una actitud pasiva, encontraron a la mayoría de los judíos escondidos y salieron a buscarlos y por primera vez encontraron un acto de resistencia armada. Es decir que en la práctica, si ponemos como fecha de inicio de la rebelión el 19 de abril, ya en enero hay actos de resistencia armada contra las deportaciones. El 19 de abril fue el día escogido por los alemanes para la eliminación del ghetto.
— MFS: Ya estaba perdida la guerra para los alemanes.
— YS: En gran medida también tiene que ver con ese proceso en el que los alemanes entienden que la guerra comienza a darse vuelta, el hecho de que la jerarquía militar entiende que los rusos no solamente habían rechazado el ataque alemán que comenzó en julio de 1941, sino que han dado vuelta al sentido de la guerra y empiezan a avanzar sobre Polonia. De hecho, pocos meses después los rusos entraron a Polonia a comenzar a liberar algunos de los campos de exterminio y de alguna manera había que acelerar este proceso y esta la razón que entienden los judíos del ghetto, es decir que se acercaba un momento de definición y se preparaban para ese momento. Cuando el 19 de abril los alemanes atacan, los judíos los estaban esperando con las pocas armas que tenían, rechazan el ataque alemán una, dos y tres veces hasta que la gendarmería alemana se ve obligada a llamar a las tropas especiales de asalto, junto con el ejército regular para sofocar la rebelión.
El dragón de Cracovia
Según la leyenda, un dragón se presentó una mañana a las orillas del río Vístula y desde entonces, a diario devoraba vacas y ovejas y al parecer, también secuestraba jóvenes muchachas y tenía especial predilección por las vírgenes. Un día, un joven aprendiz de zapatero llamado Skuba le dijo al Rey que deseaba casarse con su hija y que por esta razón estaba dispuesto a matar al dragón; pero para poder hacerlo necesitaba gran cantidad de azufre, pieles de oveja y grasa de cordero. El Rey Krak ordenó que le dieran al aprendiz todo lo que había pedido. El joven trabajó cociendo las pieles, rellenándolas de azufre y untando la lana con la grasa. Al amanecer, llamó a la guardia real para que le ayudara a llevar un gigantesco cordero a la orilla del río. Como siempre, el dragón salió de su cueva y devoró al cordero, pero en vez de saciarse con la presa sintió un fuerte ardor en el estómago, cual fuego que crecía de forma imparable. El azufre ardía en su vientre y pese a beber inmensas cantidades de agua en el Vístula, su abdomen se hinchó tanto que explotó. Desde entonces, desaparecieron los dragones en el río y a sus orillas se divisa serena la ciudad de Cracovia, poblada de templos y sinagogas.
— MFS: ¿Qué diferencias existieron entre el Ghetto de Varsovia y el Ghetto de Cracovia?
— YS: Hay varias diferencias, primero hay una diferencia numérica significativa. El Ghetto de Cracovia estaba programado para tener alrededor de 30.000 personas en 14 manzanas, que era su dimensión, mientras que en las 75 manzanas de Varsovia había hasta 450.000 judíos. Quiero decir que los números siempre son complicados porque no había datos fidedignos, no había ningún tipo de censo y llegaban a los ghettos los “cargamentos”, como decían los nazis, y no se les contaba. Pero en estos números coinciden los historiadores y los testigos de la época. Cracovia es una ciudad de provincia que los alemanes habían decidido preservar por su carácter de ciudad alemana y como dije, el Ghetto de Varsovia está en el centro de la ciudad mientras que el de Cracovia en los suburbios y alrededor había campo y era mayor la posibilidad de escapar a los bosques, tenían más contacto con el mundo exterior porque muchas personas trabajaban en fábricas que quedaban fuera del ghetto. La más famosa es la de Oskar Schindler, un empresario alemán de origen checoslovaco, miembro del partido nazi, ex espía nazi en Polonia de acuerdo a unos documentos que se encontraron, que había llegado a Cracovia con la perspectiva de hacer mucho dinero y que en algún minuto decidió unir su destino y poner en peligro su fortuna y su vida, para ayudar a los prisioneros judíos que habían trabajado para él y de alguna manera habían construido también esa misma riqueza. Entonces, los judíos tenían la posibilidad de trabajar fuera del ghetto, por supuesto bajo un régimen muy rígido, custodiados por los alemanes, sin recibir ningún tipo de salario. Su cercanía a los bosques les permitía escapar, esconderse y en alguna oportunidad unirse a algún grupo de partisanos pero esto no era fácil, habían partisanos que no estaban dispuestos a aceptar judíos, conocemos incluso casos de judíos que se escaparon del ghetto y fueron asesinados por los partisanos. En la sociedad polaca de la época había un cierto grado de antisemitismo, que no era menor y que hay que ponerlo en la misma línea que los enormes esfuerzos de salvamento que se hicieron en la sociedad polaca. También existieron actos de carácter antisemita durante la guerra y también existieron casos de salvamento, de hecho la nación polaca es la que más contribuyó a la salvación de judíos. Podemos decir que entre ambas naciones había un sentimiento de hermandad, de solidaridad y tanto el antisemitismo polaco como el sentimiento de solidaridad, se van a ver empañados y afectados por la realidad de la guerra. Polonia era un país ocupado por los alemanes, los polacos eran los próximos en la lista a ser eliminados, eran considerados una fuerza bruta que tenía, al igual que los rusos, que contribuir a la construcción física del Tercer Reich o el Reich de los 1000 años, pero que de ninguna manera se podía esperar de ellos que fueran libres, que tuvieran igualdad de condiciones a la raza aria en un futuro régimen alemán.
El bosque de abedules
Un museo da cuenta de los campos de concentración de Auschwitz. Cientos de turistas se reencuentran con un pasado de terror y muerte. A 3 kilómetros de distancia se encuentra Birkenau (El bosque de abedules) conocido como Auschwitz II. Impresiona creer que en un paraje de extraordinaria hermosura hubiese funcionado una siniestra maquinaria del crimen.
— MFS: En esta mañana luminosa y en este escenario tan hermoso, existió un campo de concentración, quizás el más siniestro y el más sangriento de la época, que suele confundirse con lo que sucedió en Auschwitz.
— YS: Primero me quiero referir a lo que tú dices. Una de las cosas que más nos llama la atención cuando entramos en Birkenau, donde estamos ahora, es justamente la presencia tan marcante de la naturaleza, han pasado 70 años y nosotros vemos los árboles y escuchamos los pájaros, vemos el agua y el sol y nos parece increíble que éste haya sido el escenario donde se cometió el crimen más salvaje y más siniestro de la civilización europea, pero justamente es eso lo que tenemos que entender cuando entramos aquí. Birkenau, el campo de exterminio donde murieron 1.200.000 judíos más o menos y varios miles de gitanos, franceses, griegos, italianos e incluso judíos húngaros que habían conseguido sobrevivir hasta marzo de 1944, casi al fin de la guerra. Terminada ésta los alemanes decidieron su exterminio en el campo de Auschwitz en un proceso que duró muy pocas semanas. Todo el complejo Auschwitz es una unidad sola que está formada por el campo de Auschwitz, el campo de Birkenau y un tercer campo llamado Monowitz, que era un campo en el que los judíos vivían y trabajaban en industrias. Cuando nosotros entramos en este campo y hablamos de Birkenau hablamos en primer lugar de un sitio que le pertenece a la civilización europea, que es parte integral de ella y que no podemos entenderlo de ninguna otra manera. El historiador Raúl Hilberg, autor del libro “La destrucción de los judíos europeos”, un libro pionero en la investigación científica del holocausto, dijo: “Me hubiera gustado poder contarles que lo que hicieron esto estaban locos, pero lamentablemente no lo puedo contar” y de alguna manera, esto es lo que nos tiene que quedar de este lugar; un lugar que tuvo crematorios, cámaras de gas y barracas de hacinamiento en las cuales llegaron a vivir un poco más de 90.000 personas mientras esperaban las constantes elecciones que los llevaban a la muerte; un lugar al cual llegaban trenes en los meses del verano de 1944 cada 4, 5 ó 6 horas y a veces, sobre todo en el horario de la noche, sin selección de ningún tipo eran mandados directamente al trote para acelerar el proceso a las cámaras de gas, donde en cuestión de 45 minutos o 1 hora, eran transformados en cenizas y éstas esparcidas por los pozos y lagos alrededor del campo; un lugar de una crueldad y de una racionalidad industrial siniestra que creo que por un lado nos conmueve y nos llena de pavor cuando lo estudiamos, pero más cuando nos damos cuenta de que las condiciones esenciales para la construcción de Birkenau siguen en pie.
— MFS: ¿70 años después podría reproducirse un drama como este?
— YS: La misma racionalidad industrial que construyó esto sigue en pie y continúa al servicio de distintos tipos de causas y de ideologías. No hay ninguna razón para no pensar que el día de mañana pueden servir también para un exterminio en masas o de un pueblo, ideología, religión o simplemente de personas a las que se les ha encontrado una diferencia.
Ya lo estamos viviendo en Venezuela, con el comunismo, chavismo y el fundamentalismo religioso. Solo el hecho de que todos los poderes estén secuestrados en una aberración, en contra del pueblo. Pero desgraciadamente, todos los políticos, los medios y la iglesia son Cómplices, Colaboracionistas y Facilitadores de que sigan gobernando. Los venezolanos vamos por muy mal rumbo, con pésimas expectativas de lograr la Democracia, la Justicia y el Equilibrio social. Vamos rumbo al despeñadero, y como si no bastase con 17 años de dictadura ahora nos encasquetan el fundamentalismo religioso, somos utilizados como tontos útiles, tanto por un bando como por el otro. ¡Que vergüenza y que bajo hemos caído, por la estupidez y la ignorancia. Por que a los venezolanos se les olvidó la historia. Y no les bastan los hechos recientes ni los vividos en carne propia para reaccionar. O sea en pocas palabras. son Cómplices, Colaboracionistas, traidores y oportunistas.
ResponderEliminarMientras no se quiten las piedras de tranca del camino, no valdrá ningún proceso electoral. Definitivamente habrá que establecer un nuevo orden, depurar el TSJ, el Cne y la AN. Luego lo demás. No hay salida electoral, tampoco funcionarán las babiecadas.
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