La obsesión
anticomunista del senador Joseph McCarthy, que convirtió casi en delincuentes a
escritores, poetas, directores de cine, actores y en general figuras públicas
en los años 50 no concluyó, como se ha dicho, en los últimos años de esa década
luego de una airada reacción de la opinión pública y la intervención de los
tribunales. En 1961, el director de la CIA, J. Edgar Hoover, ordenó el seguimiento
policial de famosos escritores. En reciente desclasificación de documentos de
la agencia se encuentra que el Premio Nobel de Literatura 1982 Gabriel García Márquez,
estuvo durante dos décadas en la mira de la inteligencia norteamericana, junto a
nombres emblemáticos de la literatura estadounidense como Ernest Hemingway,
Jhon Steinbeck y Norma Mailer. La información sobre las andanzas de “Gabo” es
demasiado modesta, y sólo se registra que en 1961 se alojó durante un mes en el
hotel Webster de Manhattan acompañado de su esposa Mercedes Bacha y su primer hijo
Rodrigo. El escritor, entonces corresponsal de la agencia cubana Prensa Latina
pagaba 200 dólares mensuales por el alojamiento. Los documentos desclasificados
que ahora fueron dados a conocer por el The Washington Post revelan la escasa
eficacia investigativa de la agencia de seguridad, cuyas informaciones en buena
medida condujeron a fracasos diplomáticos y militares a la política de
Washington. García Márquez murió sin conocer un informe que habría servido de
argumento para uno de sus famosos reportajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario