viernes, 29 de enero de 2016

ABC de la Semana

El ABC de Luis Enrique Alcalá y Ricardo Ríos / Analistas políticos

“Nadie gana con un país en ruinas”

Hay que conformar un proyecto político y un programa de reinstitucionalización del país. El control de cambio es el nudo que  se debe romper. Lo peor que puede pasar es que la anomia se adueñe de las calles. El diálogo tiene que tener instituciones y un seguimiento que lo vuelva realidad, sostienen los observadores del acontecer nacional.

Manuel Felipe Sierra

El primero es un conocido estudioso del proceso político venezolano, y su portal “Doctor Político” se considera como una útil guía para comprender los complicados episodios de la situación venezolana de los últimos años. El segundo, profesor universitario de matemáticas, es conocido además por su permanente presencia en los medios de comunicación como uno de los más acertados comentaristas de la actualidad nacional. Estas son las reflexiones de Luis Enrique Alcalá y Ricardo Ríos para los lectores del ABC de la Semana.

Comenzando el año y luego de conocidos los resultados de la elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, y los hechos ocurridos en el TSJ y en la AN, todo indica que el 2016 será un año muy tenso, condicionado por un cuadro económico de emergencia.

LEA: Acabo de leer un análisis del amigo Ricardo Ríos, que yo suscribo y firmo al ciento por ciento que destaca como uno de los datos recientes más vistosos la participación algo excedida del Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, sobre un episodio intrascendente, si se quiere, en relación con el traslado de los retratos de Bolívar y Chávez del Palacio Legislativo. Pero todo lo ocurrido en este sentido y su repercusión en la prensa indica que vamos a vivir circunstancias muy intensas y conflictivas que se derivan de la polarización política que no parece cesar con la aceptación del Ejecutivo de la nueva mayoría opositora calificada en la Asamblea Nacional.

Insistiendo en el tema, cuál es tu visión general sobre el escenario político y económico.

LEA: Creo que este año hay oportunidades, los países pueden coger por aquí, puede coger por allá, el futuro siempre es un delta, como unos caños donde algunos tienen más caudal, es decir, son más probables. Tampoco hay infinitos escenarios, hay unos pocos cauces a los que desembocan los sucesos. El cauce más sensato es reconocer lo que el pueblo quiere, y ellos está claro, el pueblo venezolano quiere que le arreglen la situación económica, que le arreglen la situación de seguridad, que se deje atrás el modelo socialista, porque lo han dicho en encuestas en las cuales las cuatro quintas partes del país opinan de este modo. Esa es la expresión mayoritaria del pueblo, la dirigencia política debería entender que existe un  cataclismo que estamos empezando a ver, y que debería darle cause a esas tendencias. ¿Cómo se hace eso?, bueno, tu no quieres socialismo, entonces pregunte, convoca al poder constituyente original. No es explicable que en este tamaño de crisis, “la corona” deba permanecer callada; ¿por qué siempre se habla de una democracia participativa?, parece lógico que en este sentido se ponga a participar al soberano, no sólo para elegir, sino para decidir puntos de fondo: entre ellos está el tema del socialismo o la salida del presidente Maduro, y para esto está consagrado el referéndum revocatorio. En la agenda económica el Ejecutivo ha presentado proyecto de emergencia y que el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, ha prometido que será discutido exhaustivamente. Entonces vamos a ver finalmente que sale de esto.

Y tu visión y tú pronostico Ricardo.

RR: El año comienza con una nueva mayoría política contabilizada, es muy importante ya no es una especulación o una buena o mala interpretación de encuestas, sino que es un “desiderátum” del ciudadano en su expresión más tangible, y constitucionalmente más poderosa: la constitución del voto. Y se dio una orden muy clara, un cambio político urgente en Venezuela, “como vamos no queremos”. Hacia dónde vamos es el acuerdo que tiene que establecer el electo con el elector. Ese es el reto que tiene el sector opositor convertido en mayoría en la Asamblea Nacional, obligada a conformar un programa político, un programa de reinstitucionalización del país, que es una consigna que tú has manejado mucho en tu programa, en el que tú y yo hemos coincidido muchas veces, porque un país sin reglas claras no reconstruye la economía, no recupera la confianza y sin confianza no hay reinversión ni despegue económico, y esa es una de las claves para que esta situación cambie. El Decreto de Emergencia Económica presentado por el Presidente ante la AN no envió las señales requeridas para que la economía comience a remontar la crisis, y se pone en evidencia que en el seno de su partido no hay una posición única, sino hay posiciones encontradas. ¿Qué es lo que vemos entonces?, que hay mucha confrontación, muchas posibilidades de desencuentro y que el reto fundamental es la reinstitucionalización, para lo cual se requiere del encuentro, de la reconciliación y de la coincidencia. Por todo esto, me temo, que este va a ser un semestre sumamente conflictivo y difícil.

DIÁLOGO Y CONSENSO

Hay un tema, que es una especie de “abc”, que es el tema del diálogo, porque para ir incluso a la reinstitucionalización hay que convenir reglas de juego entre los actores. Ahora en el escenario venezolano esa tenencia, si no al diálogo y a la convivencia, al menos a las coincidencias mínimas. Sin embargo pareciera que en los primeros días de este año se han profundizado las diferencias, y entramos otra vez en un clima de crispación muy parecido a lo que ocurrió en los años 2002 y 2003, con la diferencia de que ahora los factores opositores tienen una fortaleza real que en aquel momento no tenían.

LEA: De nuevo hay factores que pueden apostar al incremento del “encabillamiento”, a la crispación, pero por supuesto que hay otros que pueden aminorar esta situación. Yo he visto en la sesiones de la Asamblea y en declaraciones una actitud de Ramos Allup, que si bien mantiene su lenguaje aparentemente radical de siempre, ha tenido frases, si se quiere cordiales, con su viejo compañero de Cámara, el presidente Maduro. Y este también, en la presentación de su informe anual, ha tenido gestos similares con el presidente del cuerpo legislativo.

Ricardo, ves factible el diálogo, o en todo caso, la creación de un espacio de convivencia que sería necesario para ambos mandos.

RR: Yo creo que el diálogo tiene que ocurrir, porque en el país la guerra ha sido hasta ahora y espero que así se mantenga, una guerra de micrófonos: es decir, quien hace la declaración más altisonante y quien hace la jugada burocrático-administrativa más astuta, como la reciente denuncia al TSJ, la marcha por aquí y por allá de oficialistas y opositores, por la reciente confrontación de los símbolos que nos distrajo mucho en estos días. Pero el país está muy inmerso en una crisis económica, que lo bueno acaba de pasar y lo malo viene. Y todos vivimos aquí, y ninguno de nosotros ganamos con un país en ruinas. Lo peor que puede pasar en este país es que la anomia se adueñe de las calles, y esa es una posibilidad muy alta, y creo que en parte la hemos vivido; cinco ataques a la Guardia Nacional y a la Policía Nacional en lo que va de año con granadas y pistolas hechas por el hampa y sin detenciones, es decir la existencia de una fuerza con capacidad operativa local, con una sociedad menguada y asustada por una escasez y un desabastecimiento superior al del año pasado, debería obligar a una alianza nacional y decir: “aquí hay que evitar el hambre, hay que evitar desbarajuste social, y hay que evitar que la instituciones se disuelvan”. Por eso hay que bajarle el tono a desconocer a la Asamblea Nacional, sino procurar que los poderes se reconozcan en sus funciones, porque hay urgentes puntos de encuentro para que la sociedad subsista en paz, que es lo más importante, porque en guerra ya no hay discusión.

Luis Enrique, qué opinas sobre el tema.

LEA: Era costumbre de la vieja Constitución de 1961, que se instalaba la Cámara e ibas en comisión ese mismo día ante el Presidente de la Republica para hacerle saber que ya estaba instalada, se informaba quien era el Presidente del Congreso y Diputados y el Jefe del Estado daba un discurso, y hay uno famoso en el que Lusinchi recibe a las comisiones en 1986, y dice en el discurso: “El Estado casi se nos está yendo de las manos”, eso es como si tu estas en un avión de pasajeros 747 en primera clase y ves que sale piloto y te anuncia: “el avión ya no me está respondiendo a los mandos”, es realmente preocupante. Pero esa costumbre existía en el pasado, era ritual, había amistad entre los poderes. A diferencia de ahora, con ese “enguerillamiento” que Ricardo acaba de describir, que te pones de malcriado a ver quién, que es más “astuto”, con que truco puedo yo hacer más daño al otro.

LOS CUATRO PILARES

Por cierto, en el famoso discurso de Caldera en el Congreso el 4 de febrero de 1992, al fracasar el golpe de Chávez, y que sigue siendo considerado por muchos como un “espaldarazo” al líder golpista, el antiguo Presidente también se refirió a la situación de deterioro de las condiciones de vida de los sectores populares y habló de la necesidad de un acuerdo para afrontar la situación.

RR: Yo creo que lo más importante del aquel discurso de Caldera, más que la calificación de “golpista” que se le dio fue el planteamiento de los “cuatro pilares”, el pacto de las elites sobre las cuales funcionaba la democracia venezolana, que eran la Fuerzas Armadas, los empresarios, el movimiento sindical y los partidos políticos. Por cierto que alguien con mucha experiencia política como Teodoro Petkoff escribió un artículo al respecto donde planteaba que allí estaba la salida de la crisis. Y también sobre esos pilares cabalgó Caldera durante los tres primeros años de su gobierno, siendo minoría y con una economía en cero, por lo que muchos se preguntan, cómo en esas condiciones su gobierno no se quebró. Simplemente porque el diálogo y el acuerdo, más allá del tono declarativo debe soportarse en instituciones que lo conviertan en realidad.

LEA: Eso de los pilares me gustó, solo que añadamos ahora, porque estamos en épocas más modernas, que el pilar fundamental no son los militares, ni los empresarios ni la academia, sino que es la Asamblea Nacional, que desde la constitución del 99, tiene un rol preciso para convocar referéndums consultivos, revocatorios y abrogatorios. Por ejemplo podría abrogar esa ley que en horas de la madrugada, a punto d acabarse la Ley Habilitantes, anuncio Maduro sobre el Banco Central. Con sólo 5%, es decir con novecientas mil firmas se puede convocar un referéndum abrogatorio. La idea es, ¿somos demócratas?, ¿creemos o no creemos en el pueblo?, ya que ser demócrata es creer en el pueblo y su sabiduría, entonces el pueblo si tiene forma constitucional de como luchar contra lo que considera injusto o no conveniente. Lo mismo ocurre con el tema del socialismo, hay que poner en juego la voz del soberano mediante un referéndum para que decida si se puede seguir ejerciendo el poder sobre la base de que estamos en un modelo socialista que no es constitucional. Más allá de la MUD o PSUV, pienso que hay que apelar a la voluntad del soberano para asuntos tan importantes como los acuerdos o la reconciliación.

En un plano más concreto, frente a una crisis que ya no sólo es económica, sino que es una megacrisis, con graves implicaciones sociales y políticas, ustedes piensan que más allá de las medidas contenidas en el famoso decreto ley presentada por Maduro, ¿cuáles creen que deberían ser los pasos y las medidas fundamentales para enfrentar lo que es, prácticamente, una verdadera tragedia?

LEA: Yo creo que esta de “anteojito” la unificación cambiaria, y la eliminación del control de cambio. Tenemos desde el 2003 hasta el 2016, trece años de control cambiario, una medida que es usualmente temporal y que normalmente dura de tres meses a un año y medio, y que la hemos tenido por más de una larga década. ¿Qué ella va a encarecer los productos?, desde luego. Como ha dicho el reconocido economista Francisco Rodríguez una cantidad de veces: “Usted puede con el “pocotón” de bolívares que van a entrar con la nueva de tasa de cambio que fija el mercado, la posibilidad de utilizar buena parte de esos recursos para paliar sus efectos negativos sobre la población de menores recursos”, ese esquema tiene que aplicarse. Claro que se pueden hacer otras cosas, pero este, sin duda, tiene que ser el corazón de la política económica.

RR: Yo también creo que ese es el nudo que hay que romper, levantar el control de cambio requiere, sin embargo, de un complicado proceso y seguramente habrá que pasar por una política de bandas con comportamientos distintos entre banda inferior y superior, ya que la banda superior debe ser protegida para evitar que estalle un conflicto inflacionario mucho más grave en una “economía de puerto”. Yo creo que los empresarios venezolanos están dispuestos a correr riesgos si existen las divisas.


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