25
años después
FUJIMORI ESTA FELIZ
El
6 de abril de 1992 se produjo el llamado “fujimorazo” que consistió en la toma
del Congreso Nacional de Perú por el presidente Alberto Fujimori quien alegó
que la mayoría opositora que ejercía su control “no lo dejaba gobernar”. El Parlamento
había iniciado investigaciones contra el mandatario por denuncias de corrupción
y la creación de “escuadrones de la muerte” para enfrentar a grupos subversivos
en especial “Sendero Luminoso”. Mientras Fujimori en un discurso anunciaba la
medida, tropas del Ejército, la Marina y las Fuerzas Aéreas llegaron al Palacio
Legislativo para su ocupación, la cual se
extendió contra varias organizaciones sindicales.
La
mayoría parlamentaria resistió la agresión en secreto y luego en sesiones en la
sede del Colegio de Abogados de Lima como respuesta aprobaron la vacante
presidencial que sería llenada por el vicepresidente Máximo San
Román. El nuevo gobernante asumió el 21 de abril haciendo un llamado a las
Fuerzas Armadas para deponer a Fujimori
y respetar así la constitucionalidad.
Pese a la débil resistencia de los parlamentarios, el Congreso
fue disuelto y se convocó a elecciones para un Congreso Constituyente en el
cual el “fujimorismo” obtuvo la mayoría lo que le permitió aprobar la Constitución
de 1993 facilitando al gobernante postularse en la re elección en el año 2000.
Fujimori gobernó varios años con el apoyo militar, con la promesa de acabar con
la subversión y aplicando políticas económicas de corte neoliberal. La
comunidad internacional tuvo una leve respuesta ante el hecho consumado,
mientras el gobierno de Carlos Andrés Pérez en Venezuela rompía relaciones
diplomáticas por lo que consideró un “flagrante
atentado a la voluntad popular”.
El final del mandato “fujimorista” se conoce ampliamente, así
como su posterior extradición, detención y condena a 25 años por crímenes de
lesahumanidad dictada el 7 de abril del
2009. El jueves 7 de abril de 2017, en el 25 aniversario de su “golpe constitucional”
desde la cárcel el prisionero declaró a través de la red social Twitter: “Para
hacer tortillas hay que romper huevos. Alguien tenía que hacerlo. Desde la
cárcel les digo: ¡Valió la pena!”.
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