CRÓNICA:
EL “CHE” GUEVARA Y PEDRO ESTRADA
Pedro Estrada llegó a la pensión
Querol de Ciudad de Guatemala un día de marzo de 1954 para coordinar la invasión del Coronel Carlos
Castillo Armas que se preparaba desde Honduras contra el gobierno de Jacobo Árbenz
considerado “comunista” de acuerdo a la resolución de la Conferencia Interamericana
celebrada días antes en Caracas. Allí conoció a un médico argentino con quien
estableció amenas conversaciones. El astuto policía venezolano se vio afectado
por una colitis al parecer atribuida al
consumo de agua no potable y fue tratado por el joven galeno, quien
entonces dedicaba el tiempo según decía
a corregir un libro del ex presidente guatemalteco Juan José Arévalo. En verdad
Ernesto Guevara Serna ese era su verdadero nombre, trabajaba en los
preparativos del gobierno de Árbenz para enfrentar lo que se sabía ya era una inminente
intervención militar apoyada por Estados Unidos. Lejos estaba Estrada de suponer
que Guevara seria con los años uno de los jefes de la Revolución Cubana y
símbolo de la insurrección antiimperialista en América Latina. Años después, en París Estrada contaba la anécdota
al historiador Agustín Blanco Muñoz y se refería al ya mítico “Che” Guevara
como una persona “simpática, grata e inteligente”. En Guatemala no le paso por
la mente que su amigo casual no era “un comunista de corazón” como él solía
calificar a los prisioneros adecos en la Seguridad Nacional sino que habría de
ser “un comunista de verdad” y con los años una referencia revolucionaria en el
mundo entero. Al mejor cazador se le va la liebre….!
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