sábado, 9 de julio de 2011

LA “LUMPIA” INTERNACIONAL

LA SEMANA EN TRES ACTOS

LA “LUMPIA” INTERNACIONAL
17/08/2003
Manuel Felipe Sierra

La visita de Chávez a Paraguay, Argentina y Uruguay y el tono de sus discursos y declaraciones se inscriben, en primer término, en el planteamiento de estimular “el nuevo pensamiento revolucionario continental”, que no es otra cosa que el refrescamiento de la estrategia fidelista de los años sesenta, con la diferencia de que aquella se trató de implantar mediante la guerra de guerrillas y ésta a través una retórica extemporánea y contraria al contexto internacional. Una segunda lectura, habría que encontrarla en el empeño de Chávez por profundizar el aislamiento de Venezuela ante la certeza de que el referéndum revocatorio que se activará esta semana no podrá ser objeto de mayores obstrucciones ni bloqueos y es vigilado por la comunidad internacional.


Plantear la necesidad de un referéndum a escala latinoamericana para decidir la moratoria del pago de la deuda externa es un simple saludo a la bandera. En los años ochenta el problema de la deuda gravitó de manera decisiva en el estancamiento de los países en vías de desarrollo. En 1985 se realizó, justamente, en la Habana un evento en el cual numerosos especialistas analizaron con rigor este fenómeno. Dos años después, el presidente peruano Alan García dio un paso concreto contra la cancelación de los compromisos contraídos con la banca internacional, a un costo tan alto para su país que éste se sumergió en una espantosa hiperinflación y la destrucción  del aparato productivo, lo cual condujo a que su partido el APRA, que cinco años atrás había ganado las elecciones, prácticamente desapareciera de la escena, dando paso a las opciones representadas por el novelista Mario Vargas Llosa (quien logró la mayoría en la primera vuelta) y por Alberto Fujimori quien obtuvo la victoria en los segundos comicios, con el apoyo indirecto del aprismo.

De allí en adelante, se impusieron los planes de ajuste y los programas de estabilización macroeconómica del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que, ciertamente, por un tiempo ofrecieron resultados de equilibrio en las economías y estímulos a significativos niveles de crecimiento. El venezolano Pablo Medina ha trabajado intensamente el tema en los últimos años e incluso organizó un evento de alcance internacional que contó con la presencia de reputados economistas europeos en la búsqueda de fórmulas para detener el endeudamiento de nuestras naciones utilizando instancias y previsiones de la justicia internacional. El planteamiento de Chávez es abiertamente demagógico. Es imposible unificar políticas y acciones entre un concierto de países la  mayoría de los cuales han celebrado acuerdos y compromisos con la banca internacional (incluida Venezuela) que se han venido cumpliendo. ¿Cómo puede hablar de una moratoria o la condonación de la deuda externa el representante de un gobierno que ha obtenido los más altos ingresos -por la vía de la estabilización en 25 dólares por barril de petróleo durante más de tres años- y que además mantiene reservas internacionales cercanas a los 20 mil millones de dólares?

¿Qué autoridad tiene para levantar esta tesis un mandatario que ha venido cancelando el servicio de la deuda y lo más grave aún que ha incrementado la deuda interna de 3 mil  millones de bolívares en más de 15 mil millones de bolívares durante su gestión? Pero hay un hecho sencillamente insólito: ¿cómo un gobernante puede hablar de un referéndum que supondría una laboriosa concertación de países y cuando no existe antecedente alguno en esta materia, y al mismo tiempo, se niega y se opone a un referéndum consagrado en la Constitución Nacional,  tutelada por él, con lapsos fijos y activado mediante todos los requisitos que establecen la reglas del juego democrático para revocar su mandato?

En Uruguay, Chávez de modo reiterativo calificó al Fondo Monetario Internacional como “nefasto”. Los gobiernos que hacen uso discrecional de los recursos públicos, que dan rienda suelta al endeudamiento irresponsable y que cultivan y en algunos casos, como el venezolano, estimulan la ineficiencia y el desorden administrativo, siempre han mirado con recelo a un organismo que cumple la función de poner orden en las economías de los países miembros. Lo cual, es verdad, ha tenido severos efectos en el plano interno. Pero también lo  es, que con todas las reservas y aprensiones que puedan existir al final, terminan aceptando las recomendaciones del organismo. Así ocurrió recientemente con el gobierno de Rafael Caldera y así ha ocurrido con el régimen del propio Chávez ¿Es que acaso la estrategia económica del proyecto chavista no se ajusta de manera ortodoxa a los criterios del FMI? ¿Ello no comporta una insalvable contradicción entre un sedicente discurso revolucionario y la ejecución de políticas inequívocamente neoliberales? La propuesta de Chávez de crear un Fondo Monetario paralelo no es más que un solemne disparate y una de sus consabidas bravuconadas, en este caso en el escenario externo ¿Con qué músculo es posible que los países latinoamericanos, sometidos a crecientes procesos de empobrecimiento y seculares desigualdades sociales, puedan contrapesar lo que es una institución integrada y avalada por las potencias económicas del mundo?

Chávez insistió durante su gira que la proyectada Área de Libre Comercio de las Americas (ALCA) “no sirve” por que está diseñada por Washington. No es la primera vez que lo hace. Es cierto que existe asimetría en las economías de los países del hemisferio y que en este tipo de acuerdos hay socios con ventajas y otros en desventaja como producto del ritmo y la fuerza del desarrollo y la expansión de cada una de ellos. Pero en el mundo globalizado de hoy se trata de negociaciones ineludibles, que se han dado y culminado, pese a inevitables desencuentros y confrontaciones, en las áreas decisivas del planeta. Lo que es perfectamente claro es que en el caso de América Latina, enfrentar el tema del ALCA exigiría la concertación de las subregiones que viven procesos de integración como la Comunidad Andina y Mercosur. Ello establecería un factor de relativo equilibrio en las injusticias intrínsecas en acuerdos entre países desarrollados y otros que lo son en menor escala. Pero lo que si resulta un acto de voluntarismo delirante es suponer, como lo sugiere el mandatario venezolano, la posibilidad de quedarse al margen de una dinámica que resulta absolutamente irreversible.

EL SUR
DE VALENCIA

A las 10 de la mañana se abandona El Viñedo. Después de varios minutos por una vertiginosa autopista se asoma una realidad distinta, como si se tratara de otro país. Atrás quedan los modernos centros comerciales, los altos edificios de oficinas y apartamentos, los restaurantes de lujo. Ahora, el paisaje es diferente. Una calle con enormes baches, tarantines arbitrariamente pintarrajeados, cientos de personas que ofrecen desde gallinas hasta exóticos platos del Perú y Ecuador, legiones de indigentes, un curioso club de vudú, niños descalzos que juegan al fútbol con pelotas de goma. Es el sector Sur-Sur del Municipio Miguel Peña, de Valencia, con más de 300 mil habitantes y cuyos votos son decisivos en cualquier consulta electoral. Al final de una estrecha calle se encuentra el centro hípico La Churuata. Decenas de personas ocupan el lugar. En un largo presidium se encuentran Leopoldo Puchi (MAS), Pablo Medina (Gente del Pueblo), Jesús Venegas (Bandera Roja), Pablo Castro (Unión), José Luis Farias (Solidaridad) y este columnista en calidad de invitado especial. No es el primer acto de esta naturaleza que se realiza en el sector más populoso y que hasta ahora se consideraba el bastión chavista de la capital carabobeña. Después de las intervenciones se procede a la juramentación de los voluntarios que trabajarán en la promoción y defensa del referéndum revocatorio. El acto tiene dos significativas implicaciones: demuestra cómo se ha ido consolidando la unidad por la base de factores políticos diversos; y cómo se derrumba el mito de que los sectores populares son espacios cautivos del oficialismo. No hubo violencia, amenazas ni provocaciones de ningún tipo. En cosa de minutos se emprende el regreso por la autopista atestada de vehículos. Es el sábado 16 en un mediodía castigado por el sol de agosto.

YA EL PUEBLO
ESTA EN LAS CALLES

Esta semana se calienta la calle. Ya comenzó con manifestaciones, caravanas y marchas en todo el país. Mañana se realizarán vigilias en plazas y lugares públicos emblemáticos de Caracas y del interior. El miércoles será, lo que se espera sea una multitudinaria movilización que plene la avenida Libertador como paso previo a la entrega formal ante el Consejo Nacional Electoral de las firmas requeridas para la activación del mecanismo constitucional del referéndum revocatorio. Se percibe ya la emoción y la disposición que caracterizaron las jornadas populares del 2002. La consulta comicial, después de las recientes decisiones del Tribunal Supremo de Justicia y las declaraciones del Fiscal General de la República, además de la atenta vigilancia de la comunidad internacional, ya luce como un hecho absolutamente inevitable.

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