LA SEMANA EN TRES ACTOS
¿REFERENDUM EN AGOSTO?
28/09/2003
Manuel Felipe Sierra
Las normas aprobadas por el Consejo Nacional Electoral para la convocatoria del referéndum revocatorio es un paso de avance en el camino de la consulta. Alivia la tensión política y establece un conjunto de reglas y requisitos -de ejecución laboriosa y deliberadamente complicada- pero que estimulan la espectativa de inmensos sectores para los cuales sólo la revocación del mandato de Chávez es garantía para que se recompongan la bases de la convivencia democrática y la reconstrucción económica y social del país
Pero al mismo tiempo, habría que analizarlas en función del plan obstruccionista que desarrolla el oficialismo. La estrategia del régimen en esta materia, consiste en ganar tiempo. Y lo ha ganado con creces desde el 10 de diciembre del 2001 cuando la CTV y Fedecámaras convocaron al paro nacional que dio paso a un año marcado por una robusta activación de nuevos factores sociales y políticos, y en alguna medida, por la recuperación de la institución partidista, severamente descalabrada con la victoria chavista de 1998.
Todos los cálculos apuestan a un referéndum de los últimos días de febrero o a los primeros días de marzo del próximo año. Pero ello sólo será posible si se cumple cronométricamente con los lapsos que consagran las normas y si no ocurren eventos capaces de prologar en el tiempo la organización del acto electoral. La experiencia demuestra (basta recordar lo ocurrido con el referéndum consultivo previsto para el 2 de febrero de este año), que el secuestro de los poderes públicos por Miraflores confiere una enorme ventaja a los planes oficialistas. Pero suponiendo que todo marche sobre rieles, habría que tomar en cuenta que entre la fecha que decida el CNE y agosto median pocos meses, lo cual le concede un espacio adicional a Chávez para nuevas maniobras dilatorias. Un referéndum después del 19 de ese mes no tendría mayor sentido. Una victoria del “Si” implicaría, ciertamente, la salida del mandatario pero quien para ese momento ejerza la vice presidencia de la República asumiría la jefatura del Estado hasta el término del mandato constitucional el 2006.
Ello plantea un asunto capital que no parecen entender sectores de la oposición. Es cierto, que el proceso bolivariano ha convertido a Chávez en un inmenso obstáculo para la paz y el desarrollo de la vida nacional. Pero no solamente Chávez como persona. No se trata de considerar que su abandono del poder es suficiente, sino que es necesario rescatar los valores de la democracia ante una supuesta revolución, cuya esencia no es otra que la implantación de un modelo autocrático que supone el cambio de las coordenadas que rigen la economía de mercado (no el fantasma neoliberal); la armonía de la familia venezolana (hoy pulverizada por el odio), y la preservación del Estado de Derecho (deslegitimado cada día que transcurre). Por eso la revocación del gobernante no bastaría, tendría que modificarse una propuesta, una visión de Venezuela y una valoración de la sociedad. ¿Qué ocurriría si Chávez es revocado pero su proyecto mantiene las palancas del Estado? Muy poca cosa. Pero es más, ello supondría en todo caso su fortalecimiento. Por que Chávez ejerciendo el poder de manera indirecta, tendría además un seguro horizonte para actuar con independencia y consolidar una opción alternativa para las siguientes elecciones presidenciales.
Cuando se planteó la necesidad que el revocatorio se realizara en el 2003 no fue por un simple capricho sino por que ello complicaba el manejo tramposo del tiempo por el régimen; y por que el reclamo por la salida del mandatario no es el producto de una obsesión oposicionista sino una necesidad para que la Venezuela democrática no siga desdibujándose. El oficialismo -es verdad que esta en su juego cuando trata de interferir la votación- pero es inexplicable que desde la óptica de la oposición se legitime esta tesis. Simple y llanamente el régimen esta obligado a respetar y facilitar un mandato constitucional; no es una concesión graciosa ni un acto de desprendimiento político del chavismo (cuando durante cinco años ha demostrado todo lo contrario) sino de respetar lo establecido en la propia constitución bolivariana. La oposición, en cambio, está obligada a garantizar, con apego a la normativa recientemente adoptada por el ente electoral, que el referéndum se realice en el más corto tiempo posible. Por su puesto, ello sólo es posible si se piensa y actúa en función de la voluntad de la mayoría de los venezolanos y los intereses del país; y no en apetencias electoralistas mezquinas y hoy en día condenadas al fracaso.
MARGARITA
ES UNA LAGRIMA
Margarita muestra el rostro triste de la recesión. La actividad turística presenta un declive dramático. Las cifras son irrefutables. En el 2002 entre enero y junio en vuelos nacionales se registraron 355.714 viajeros y en el 2003 en el mismo lapso 182.690. En vuelos internacionales en el mismo lapso en el 2002, 46.702 viajeros y en el 2003 13.012. La ocupación hotelera oscila en el 16%. La construcción esta paralizada. Cierran negocios, centros comerciales y restaurantes. La isla registra elevados índices de delincuencia. Hay descuido y suciedad en las calles. Un nativo explica la causa principal: la empresa recolectora de basura quebró después de haber recibido un pago de 39 mil millones de bolívares, y sin embargo adeuda a sus trabajadores 2.900 millones de bolívares. No obstante sigue siendo la gran opción turística para los venezolanos. El viernes 26 sectores representativos del estado cambiaron reflexiones e impresiones en el foro “Chávez vs. la Sociedad Civil” realizado en el hotel Marina Bay y que tuvo como ponentes a Miguel Henrique Otero, el general Manuel Rosendo, Manuel Rivero Sanabria, Pastor Heydra y este columnista. El espíritu alegre y desenfadado de los margariteños supera cualquier tendencia al pesimismo.
CAMPO DE
CONCENTRACION NAZI
El caso de Los Semerucos, convertido en un campo de concentración nazi no sólo implica una violación a los derechos humanos y convoca la indignación del país, sino que deja al descubierto la naturaleza autocrática del régimen. La persecución contra los ex trabajadores petroleros es un tema que desborda los límites de Venezuela y tendría que ser considerado como un acto decisivo en la deslegitimación de desempeño del proyecto chavista por las instancias internacionales. Esta semana será decisiva en un caso que no tiene por que quedar confinado al núcleo de los afectados, sino que, por el contrario, debe ser el centro de un debate nacional. Hay que reconocer que la respuesta de la oposición -enrollada en conflictos menores- ha sido demasiado débil e insuficiente.
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