sábado, 9 de julio de 2011

EL CAMINO DE LA TRANSICION

LA SEMANA EN TRES ACTOS

EL CAMINO  DE LA TRANSICION
31/08/03
Manuel Felipe Sierra

Las primeras decisiones del nuevo Consejo Nacional Electoral que preside Francisco Carrasquero, indican que existe en el organismo la firme posición de avanzar, de acuerdo a los lapsos legales, de activar el referéndum revocatorio. El propio Carrasquero estimó que esta es la máxima prioridad que enfrenta el ente electoral y que “debería ser en este año”. El despeje de la ruta hacia la consulta electoral replantea como un tema ahora, ineludible, el proceso de la transición de serle revocado el mandato al Presidente de la República.


Sobre la transición se ha venido hablando desde hace un buen tiempo de manera extemporánea. Incluso, existen planes de gobierno y programas concretos para la etapa postchavista. Pero sin que se hubiese viabilizado el camino del referéndum ello no pasaba de ser un mero ejercicio retórico. En este momento es obvio y pertinente el debate en relación a las bases de este periodo. La escogencia de un candidato que tendría la responsabilidad de completar el tramo constitucional de seis años es, en consecuencia, una materia fundamental para la discusión por los factores de la oposición.

Algunas figuras como Enrique Salas Römer, Enrique Mendoza y Julio Borges son percibidas como eventuales alternativas. Ellos encarnan propuestas políticas absolutamente válidas y que se corresponden con proyectos ya en marcha. Sin embargo, el interregno que podría determinar el revocatorio debería ser conducido por un venezolano independiente, capaz de articular un vasto y sólido consenso nacional y que este colocado por encima de inevitables desencuentros y diferencias partidarias.

Sólo a partir de un pacto político que garantice la mayor conjunción de factores sociales y políticos (no solamente los partidos políticos sino, en buena medida, de los nuevos agentes que han emergido como derivación del proceso de radicalización política que ha vivido el país en los últimos meses), se podría garantizar un clima; y además la fijación de las condiciones para dos premisas fundamentales del camino transitorio: la reconciliación de la nación y la reconstrucción de las instituciones y de una economía sumida en lo que constituye una catástrofe, que afecta a los espacios decisivos de la sociedad. No se trata -de serle revocado el mandato a Chávez- de escoger a un venezolano honesto, eficiente y con capacidad de convocatoria nacional, sino de valorar la naturaleza de esta transición. No estaría planteado un simple cambio de personajes ni está se trataría de un transición convencional. Venezuela se enfrenta a un desafío de tal envergadura que implicará graves y severos costos en términos políticos, sociales y económicos para reestablecer las reglas de convivencia democrática y el relanzamiento de la actividad productiva.

Esta tarea, de no ser la derivación de un verdadero esfuerzo unitario y de no cumplir con objetivos perfectamente claros, pero que en todo caso, son difíciles y complejos, podría paradójicamente revitalizar al chavismo en el término de dos años y medio. Ello significaría no sólo la posibilidad de que la revocación del mandatario resulte fallida, sino que arruinaría también los planes y las perspectivas de aquellos dirigentes políticos que de manera abierta o discreta, han expresado legitimas aspiraciones presidenciales de cara a los retos de los próximos años.

De la manera cómo se maneje y administre el tema de la sucesión, dependerá, en modo decisivo,  que el país reencuentre el rumbo de su fortalecimiento democrático. Por ello la responsabilidad de la dirigencia política hoy es mayor que en el pasado. Ojalá, el sectarismo ni las apetencias personales puedan imponerse sobre lo que supone un acto de reflexión, de trabajo solidario y con  la implicación de todos los sectores sociales y políticos que han conducido al referéndum, resintiendo los perfiles autocráticos y antidemocráticos de la “revolución chavista”.


LA MANIOBRA
DE RANGEL

El oficialismo inició una prematura y artificial campaña electoral con el lanzamiento de candidatos a gobernaciones y alcaldías. El primer acto se realizó en Los Teques para presentar la candidatura del ministro de Infraestructura Diosdado Cabello a la gobernación de Miranda. Se trata de una maniobra distraccionista para tratar de crear un ambiente eleccionario  extemporáneo, que pueda desviar o complicar el objetivo concreto y puntual del referéndum revocatorio. La oposición debería entender -y hasta ahora existe conciencia de ello- que con la táctica aplicada por el régimen se trata también de estimular expectativas y aspiraciones que a nivel de los estados y los municipios están, lógicamente, latentes en las organizaciones del gobierno. Sin embargo, la operación que ha sido encomendada al vicepresidente Ejecutivo de la República José Vicente Rangel tiene dos debilidades obvias: los candidatos propuestos no representan liderazgos naturales en sus regiones, y sus postulaciones profundizan las divergencias internas en los partidos del gobierno, MVR y PPT; y por otra parte, ya Chávez no tiene la fortaleza de un portaaviones que operó con eficacia en la relegitimación de los poderes en el año 2000.


UNA TARDE
EN EL LITORAL

Una larga caravana enarbolando el tricolor nacional recorre la avenida Soublette de La Guaira en apoyo al referéndum revocatorio. En la plaza de Naiquatá un grupo de partidarios del oficialismo lanzan sus consignas desafiantes. En las Residencias Caraballeda se reúnen decenas de varguenses en una asamblea de ciudadanos. José Toro Hardy, Haidee Deutch, José Luis Blandin y este columnista, comparten el podio para hablar sobre los temas nacionales de mayor relevancia. Cae la noche. El paisaje de Macuto dista mucho de la alegría y la luminosidad de otros tiempos. El reencuentro con el Litoral Central sigue marcado por los severos estragos del deslave del 15 de diciembre de 1999. Si bien se trató de una terrible ocurrencia de la naturaleza, también es cierto, que después de tres años y medio la zona permanece sumida en la desolación. Los ingentes recursos administrados por Corpovargas y la gobernación del estado no se han traducido en resultados tangibles. Si algún caso, ejemplifica la ineficiencia y la corrupción el régimen es lo ocurrido con la anunciada reconstrucción de este hermoso espacio del país. Es la hora de leer “Azul Fortaleza” de la periodista Marisol Pradas, quien deja impresas unas lúcidas reflexiones sobre lo que no sólo es una tragedia de los litoralenses, sino de los costos y lo que ella, con pertinencia, llama “el populismo infecundo”.

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