miércoles, 13 de julio de 2011

RUIDO DE SABLES

Análisis
10/05/2002

RUIDO DE SABLES

 Manuel Felipe Sierra

Lo  único  claro  a   un  mes  de los episodios de abril es la grave  balcanización de la FAN. ¿Golpe o contragolpe?. Cuesta mucho creer en la tesis de una conspiración clásica. Es cierto que existían factores que presionaban para la salida de Chávez. En la calle había prendido la consigna de “se va, se va”; los signos de ingobernabilidad eran cada vez más apabullantes; la CTV,  Fedecámaras y una sorpresiva explosión de la clase media, habían sustituido la oposición convencional confundida durante tres años con la ruina de los partidos tradicionales.

Seguramente algunos militares venían madurando la idea del golpe. Pero si estaba en marcha un plan golpista, todo indica que la hora cero no era propiamente la noche del 11 de abril.  Ningún conspirador a la hora de actuar incurre en tantos  errores infantiles como los presuntos conjurados. Lo que resulta evidente, es que la magnitud y el desenlace de la movilización de ese día sorprendió y sobrepasó la capacidad de respuesta del gobierno y creó un estado de confusión y perplejidad. Chávez debió pensar y   anunciar su renuncia (si fue verbal o escrita es una minucia tribunalicia) ante un claro vacío de poder. El alto mando militar desorientado se colocó a la defensiva.  No tuvo claridad sobre el curso de los acontecimientos. Chávez abandonó la Presidencia de la República por 48 horas y pasó a ser, históricamente, el único mandatario de la etapa democrática depuesto, aunque por breve tiempo.


Ante la constatación de un nuevo gobierno provisorio débil y amateur ( que debutó con un decreto que establecía un modelo monárquico) se activaron los mecanismos propios del contragolpe: el pronunciamiento del general Baduel en Maracay, y la aparición de los círculos bolivarianos en la calle,  facilitaron  el retorno del mandatario.

En treinta días las condiciones del país no han variado en sentido favorable para la democracia. La exhortación oficial al diálogo se hizo sobre bases excluyentes. Una aproximación inicial  para la reconciliación  sin la presencia  de la CTV y Fedecámaras es como buscar la paz en Colombia con prescindencia de la FARC. Si se producen rectificaciones  en las políticas económicas sus resultados no se conocerán en el corto plazo. Hasta ahora, lo único que marcha  con inusitada velocidad  es la crisis militar.

 La designación del general en jefe Lucas Rincón como ministro de la Defensa  (señalado como uno de los factores de la discordia castrense) sólo se explica como parte de un plan para limpiar el máximo nivel de la Fuerza Armada Nacional que habría estimulado con su pasividad los hechos del mes pasado. Por ello, la sustitución de generales por coroneles en las principales guarniciones; y por ello también, el mejor ejecutor de este plan es el general Baduel, convertido en un titular de la Defensa de facto. Persisten los rumores. Regresa el ruido de sables.  Los cuarteles son noticia. Es obvio que Chávez fracasó en el empeño de militarizar la vida civil. Lo que se hace en los países desarrollados y democráticos es todo lo contrario: civilizar la vida militar.

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