lunes, 13 de agosto de 2012

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SEMBRAR EL PETRÓLEO



En 1936 cuando Arturo Uslar Pietri acuñó la frase de “sembrar el petróleo” en un editorial del diario “Ahora”, resumía una reflexión generalizada en los círculos intelectuales  tras la muerte de Juan Vicente Gómez.  En esos días Alberto Adriani y otros estudiosos del fenómeno económico advertían también sobre la necesidad de aprovechar la riqueza petrolera para diversificar la economía nacional y obtener el mejor uso de los ingresos fiscales. Sin embargo, los posteriores periodos de alza de los precios petroleros antes de servir para alcanzar los objetivos propuestos en el famoso escrito de Uslar, sirvieron más bien para reforzar el modelo rentista-petrolero.

Gumersindo Rodríguez, político y economista de amplio reconocimiento acaba de publicar un libro fundamental sobre el tema. “Rómulo Betancourt y la siembra del petróleo” es un valioso estudio que se complementa con una compilación de testimonios sobre la generación política de 1958 a la cual perteneció Rodríguez con rango protagónico. El texto central consiste en una revisión exhaustiva, esclarecedora y definitivamente brillante de los principales escritos de economía de Betancourt desde 1927 hasta 1976. Ellos sirvieron de base para el llamado “Plan de Barranquilla” en 1931 y en buena medida de plataforma programática para los partidos democráticos y los gobiernos nacidos a partir del 23 de enero de 1958.

Rodríguez quien fue ministro de Cordiplan y factor principal en el diseño de la “Gran Venezuela” en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, explica cómo ese proyecto procuró la redistribución del ingreso fiscal en función de las exigencias de sectores mayoritarios de la población. ¿Pero qué ha ocurrido para que las advertencias de Uslar, Adriani y la sostenida prédica de Betancourt sigan teniendo vigencia después de 76 años? ¿Qué factores y realidades han impedido que la riqueza petrolera se haya utilizado en una beneficiosa redistribución en función de potenciar la economía y atender a las grandes exigencias nacionales? En su libro Rodríguez encara el tema con franqueza y notable lucidez pedagógica. El autor con profundo conocimiento de la problemática venezolana asumió la política en su adolescencia margariteña, se convirtió en luchador antidictatorial, conoció la clandestinidad, la cárcel y el exilio y fue uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, en 1960 para adentrarse posteriormente en el estudio y la investigación económica en importantes universidades del extranjero. El testimonio de Rodríguez cobra una notable importancia en estos años y ante el reto definitivo de “sembrar el petróleo” o acentuar la catastrófica tendencia actual hacia el populismo y el uso inapropiado de una riqueza providencial y perecedera.  

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