NOVELAS PARALELAS
Ernest
Hemingway y Williams Faulkner constituyen vidas paralelas de la literatura
norteamericana y dos referencias fundamentales de la novela y el cuento del
siglo XX. Hemingway nació en Oak Park (IIIinois) en 1899. En su juventud fue músico, jugador de
waterpolo y ruby, boxeador y conoce el periodismo como reportero del “Kansas
City Star”. Se integra al Cuerpo de Expedición Americano durante la
I Guerra Mundial. Sirve como conductor de
ambulancias de la Cruz Roja y
resulta herido de gravedad en un ataque de la artillería austriaca. Con el
tiempo, sus novelas, cuentos y relatos periodísticos conforman una leyenda
hasta el punto que todavía sus pasos se recuerdan y son atractivo turístico en
las calles y tabernas de Estados Unidos, Cuba Francia y España. Ahora mismo su
pasantía europea es plasmada en la película Hemingway and Gellhorn (en alusión a la primera actriz) que ha sido postulada a los Premios Oscar.
Faulkner
nació dos años antes en 1897 en New Albany en el estado de Mississippi. Siendo
muy joven dejó los estudios y se desempeñó como pintor de techo y cartero en una
universidad antes de incursionar como periodista en un diario de New Orleans. Faulkner
también conoció el combate armado. Durante la
Gran Guerra ingresa como piloto de la Real Fuerza Británica.
Hemingway por su parte, pasa una larga temporada en Europa y de sus pasos quedan
relatos y crónicas memorables. Cazador y pescador se enamoró de las costas
cubanas y en su “Finca Vigía” cercana a La Habana escribió para la revista Life el relato “El viejo y el mar” que le
valió el premio Pulitzer en 1953. Un año más tarde obtiene el Premio Nobel de
Literatura y al recibirlo dijo que ese premio “pertenecía a Cuba”. Faulkner a
su regresó de la estancia europea comienza a escribir novelas ambientadas en el
Condado de Yoknapatawpha versión ficticia del Condado de Lafayette en
Mississippi. La técnica sería asumida años después por Gabriel García Márquez
quien fabularía a su pueblo de Aracataca con el nombre de Macondo. Faulkner ya
había sido laureado. Ya consagrado como autor de novelas como el “Ruido y la Furia ” “Santuario” y “¡Absalon Absalon!” Faulkner
recibe el Premio Nobel de Literatura en 1949.
Ambos
novelistas visitaron Caracas en el lapso de cinco años, invitados por la Embajada de Estados
Unidos y la Asociación
de Escritores. Hemingway lo hizo en enero de 1956 y a su llegada fue
entrevistado por el periodista Carlos Dorante de El Nacional quien traza un perfil: “Hemingway parece un levantador
de pesas, su andar de marinero, de atleta, su fortaleza que no cede a los 60
años que transita, llama forzosamente la atención en todas partes” No era
extraño: la lucha libre era el espectáculo mas popular de Caracas en esa época
y algunos luchadores reconocidos como ídolos. Una dama elegante se le acercó en
la librería “Suma” de Sabana Grande, lo miró fijamente y le preguntó: “perdóneme,
¡Se parece usted tanto a Ernest Hemingway! Y éste contestó ¿A quién?, bueno
cualquiera que sea debe ser un pobre diablo si se parece a mí”.
Cuenta
Dorante que Hemingway como amante de los deportes y de la tauromaquia dijo admirar
a Alfonso Carrasquel (entonces en el cénit de la Grandes Ligas ) y a César Girón “a quien aplaudí a rabiar en
Sevilla”. Elusivo para opinar sobre temas literarios dijo que éste era un lujo
en estos momentos. ¿Y de sus novelas?, pregunta el reportero: “Me gustan todos
mis libros y para eso los firmé” ¿Cuando volverá a publicar? “Publicaré mi
próximo libro cuando vuelva a tener hambre”. Dorante remata ¿Admira algún
escritor en especial? “Si, al que escribió La Biblia , parece que tenía talento, ¿verdad?” El 22
de julio de 1961 Hemingway se disparó a sí mismo con una escopeta en su rancho
en Ketchum Idaho. Según su biografía, “se presume que una posible causa fue la
enfermedad de alzheimer que le fue diagnosticada un poco antes, así como su
marcado carácter depresivo y su alcoholismo”.
Faulkner
llega a Caracas en abril de 1961 y durante tres días comparte con escritores y sus
lectores. El novelista Guillermo Meneses lo entrevista para El Nacional. Ambos escritores hablan
sobre el lenguaje y las técnicas narrativas. Faulkner explica: “para mí el
escritor está demasiado ocupado en escribir, en tratar de llevar al papel la
suma de sus observaciones, de su imaginación y de su experiencia para tener
tiempo de preocuparse con el estilo y la técnica”. Al día siguiente ofrece una
rueda de prensa en la
Asociación de Escritores ante seis intelectuales venezolanos
que fueron seleccionados para formularle una pregunta cada uno.
Miguel
Otero Silva abre los fuegos: ¿En qué
forma podemos los escritores contribuir a evitar una nueva guerra mundial? WF: “Yo pienso que si todo el mundo admirara
en la vida lo que admiran los artistas no habría problema. Si creo no obstante,
que hay mucha gente por ahí que no hace nada y que bien podría gastar todas sus
energías en esa actividad”. El poeta José Ramón Medina lo interroga: ¿Por qué dejó de escribir poesía? WF: “a mi juicio, todo novelista es un poeta
que ha fracasado, el escritor siente la poesía y la hermosura de la vida y
siente también el impulso de expresarse, la misión de todo escritor es sumar
todos esos pensamientos en una sola palabra brillante como un rayo. Pero eso no
puede ser. Y entonces utiliza cuatro líneas del soneto. No le alcanza y entonces usa 10 páginas a
esta altura -ya es cuentista. Todavía no logra su objetivo y utiliza 100 mil
palabras, y es un novelista, lo que trataba de hacer con 100 mil es lo que
pudiera haber hecho al llamarse Shakespeare o Rómulo Gallegos”.Un año después en julio de 1962
Faulkner fallece en Oxford. Al igual que Hemingway, según sus biógrafos “fue
conocido y señalado en público por su alcoholismo”
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