El ABC de Armando
Durán / ex canciller, escritor y analista político
“CON MADURO, EL FUTURO DE VENEZUELA
ES UN ENIGMA”
El chavismo
ya no puede seguir gobernando de manera hegemónica. En estas elecciones
Capriles se mostró muy distinto al Capriles del 7 de octubre. Creo que
lamentablemente nada cambiará con la auditoria del CNE. Estamos ante un cuadro
que obliga a los dos antagonistas a entenderse y dialogar, señala el ex
embajador y columnista de El Nacional.
Doctor de
Filología Clásica de la
Universidad de Barcelona y autor de varios libros de cuento,
Armando Durán sin embargo nunca renunció a su inclinación política. De allí que
haya ocupado importantes cargos como ministro de Información, ministro de la Secretaría , Canciller y
embajador en España y Uruguay. Ahora se dedica a profundizar en el análisis
político y ha publicado varios ensayos sobre el proceso chavista, siendo
reconocido además como un polémico columnista de la prensa nacional. Estas son
sus reflexiones para los lectores de ABC de la Semana.
¿A una semana cuál
es su balance sobre las elecciones del 14 de abril?
Lo más destacable de
estas elecciones ha sido la escasa ventaja que según el CNE obtuvo el candidato
Nicolás Maduro. Se trata de una experiencia nueva en esta etapa del proceso
político que se inició hace 14 años con la victoria electoral de Hugo Chávez en
diciembre de 1998, y le envía a los dirigentes políticos de ambos sectores un
mensaje importante. El chavismo ya no puede seguir gobernando de aquella manera
hegemónica que caracterizó a la
Presidencia de Chávez. Este es un cuadro que obliga a los dos
antagonistas del drama nacional a entenderse y dialogar. O a radicalizar sus
posiciones y arrojar a Venezuela al abismo.
En su primer discurso Maduro ha hablado del diálogo incluso
con “el diablo”, pero al mismo tiempo mantiene el tono de confrontación
En su discurso de toma de posesión
Maduro llamó al diálogo, tal como se lo había recomendado José Vicente Rangel
el martes 16 desde las páginas de Últimas
Noticias, pero su oferta a sentarse con la oposición, incluso con el
diablo, mirarse a los ojos, tomarse de las manos y hablar, se desvaneció en
gran medida al incluirla en el contexto de un discurso que insistió en la
radicalización de las posiciones. Denunció a Primero Justicia, partido que
parece ser en estos momento la principal referencia política de oposición de
estar conspirando con Estados Unidos para imponer en Venezuela una dictadura
fascista, comparó a Capriles con Carmona
Estanga y prácticamente le declaró la guerra a todos los venezolanos que no
piensen exactamente como el quisiera. Es decir, que a pesar de la evidencia
principal que arrojó la elección del 14 de abril, un país dividido en dos
mitades iguales, en lugar de alentar algún modus
vivendi – nadie en su sano juicio exigiría más – insistió en polarizar
aún más las posiciones de las dos Venezuela.
Pero sin duda es un discurso orientado a sus partidarios más
radicales que no entenderían un viraje retórico sorpresivo
Si, es posible que esta
ambivalencia sea su respuesta a los sectores más radicales y moderados del
chavismo, pero mucho me temo que, sin la autoridad de Chávez, a Maduro se le
puede escapar la situación de las manos.
Estos resultados
marcan el deslave del chavismo
No puede hablarse de
deslave del chavismo cuando su candidato obtuvo más de 7 millones y medio de
votos, pero la caída de casi un millón de votos del Polo Patriótico es una
evidente señal de alarma. El chavismo, ahora sin Chávez, ya no, ni
probablemente vuelva a ser, el mismo. En su entrevista con José Vicente Rangel
del domingo pasado, transmitida por Televen, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional
y a todas luces el par de Maduro en la dirección política del país, negó que en
Venezuela existiera una crisis política y que se hablara de una crisis interna
del PSUV. A su vez exaltó la figura de Maduro, para quitarle al nuevo
Presidente su responsabilidad en la pérdida de casi 800 mil votos con respecto
a la votación chavista el pasado 7 de octubre y desmintió que entre él y Maduro
hubiera estallado una rivalidad que pusiera en peligro la unidad socialista,
pero que al margen de estas consideraciones, era preciso determinar por qué
tantos miembros de las clases más “explotadas” habían abandonado el campo chavista
para votar por el candidato de los “explotadores.”
¿Qué
factores considera que influyeron decisivamente en la alta votación de Capriles
Radonski?
Por un lado la ausencia
de Chávez. Al margen de las calificaciones que puedan aplicársele a Maduro, de
la intensa campaña por convencer a los habituales electores rojos-rojitos que
Chávez y Maduro eran la misma cosa y que votar por Maduro equivalía a votar por
Chávez, ciertamente muchos chavistas no compraron el argumento. A ello debemos
añadir el hecho que durante su Presidencia, sus partidarios no le atribuyeron a
Chávez responsabilidad alguna en el gran desastre nacional. La inseguridad, la
escasez, la falta de vivienda, la inflación y el colapso de los sistemas
educativos y de salud no era culpa de Chávez, sino de la incapacidad de sus
colaboradores, entre los cuales estaba Maduro. Por otra parte, Capriles que
gracias a esta diferenciación podía tratar a Maduro de igual a igual, incluso
despectivamente, burlándose de sus errores, abandonó el tono conciliador que le
había hecho presentarse ante la sociedad como un perfecto moderado, y podía
pasar a asumir posiciones mucho más críticas y contundentes frente al gobierno
y a su contendor.
GOBIERNO COLECTIVO
Y seguramente también las devaluaciones de la moneda y la
situación de escasez y desabastecimiento
que afectan mayormente a los sectores populares
Sin duda, estos hechos hicieron mucho más visible las
insuficiencias del gobierno, cuyos efectos más devastadores, paradójicamente, como
tú dices afectan a los venezolanos más desvalidos económica y socialmente. Esta
combinación de factores es la mejor respuesta a la “extrañeza” de Cabello.
Consideras que
la revisión de actas y la nueva auditoria pueden modificar los resultados
Creo que lamentablemente
nada cambiará con esta nueva auditoria. Las declaraciones de Luisa Estela
Morales sobre la inconstitucionalidad del voto manual, de Tibisay Lucena sobre
el error que cometería la oposición haciéndose falsas expectativas y de Sandra
Oblitas afirmando que las auditorías no pueden modificar los resultados, sumado
al hecho de que la nueva auditoria necesitará 30 días para concluir su tarea de
auditar 46 por ciento de las cajas cuando el día de las elecciones bastaron un
par de horas para auditar el 54 por ciento, no dejan lugar a dudas sobre el
verdadero y engañoso valor que le da el régimen a la dichosa auditoria: un
saludo a la bandera, simplemente para calmar las protestas de la oposición y
evitar la mala conciencia de la comunidad internacional.
¿Qué
diferencias se establecen entre el gobierno de Chávez y el gobierno de Maduro
sin que ello tenga que ver con la orientación bolivariana de ambos?
La principal diferencia
es que el gobierno de Chávez era autoritariamente unipersonal, no tenía
necesidad de consultar a nadie y bastaba que Chávez ordenara algo para que su
mandato se cumpliera al pie de la letra y sin chistar. Maduro, en cambio,
carece de la autoridad de su mentor, de ahí que para no fracasar en su intento
de llegar a Miraflores, haya tenido que recurrir a un artilugio que no existía
hasta ahora, ni legal ni lingüísticamente: el Alto Mando Político-Militar de la Revolución Bolivariana.
Es decir, que frente al gobierno de un solo hombre que condujo Chávez durante
14 años, ahora el régimen, sin líderes del calibre de Chávez, tendrá que
recurrir a una dirección más o menos colectiva de iguales y deba satisfacer las
aspiraciones de un grupo de tendencias e intereses distintos que se mueven el
seno del chavismo.
¿Qué retos
estarían planteados para la sociedad democrática y los partidos políticos?
El principal reto para la oposición
venezolana es no perder las posiciones adquiridas en las elecciones del 14 de
abril. En otras palabras, eludir la cada vez más visible propensión del
chavismo a radicalizar sus políticas para detener un crecimiento que parece
lógico y que pondría en peligro la estabilidad del régimen y hasta la
permanencia de Maduro en la
Presidencia después de sus primeros tres años de gobierno,
cuando sería constitucionalmente posible revocarle su mandato.
La reciente
votación opositora no es estática, podría cambiar dependiendo de las políticas
que se desarrollen en el futuro e incluso de la gestión que realice Maduro que
no puede ser juzgada prematuramente
Está claro, los sectores
democráticos están obligados a conservar
y mejorar, a como de lugar, la actual correlación de fuerzas, hasta
convertirse, en medio de un ambiente abiertamente hostil, en la principal
fuerza política del país. Como ha quedado demostrado estos días, se trata de un
empeño muy difícil de llevar a cabo pero también perfectamente factible.
DIPLOMACIA CHAVISTA
¿Cuál es el
efecto de esta elección en el plano internacional?
Por ahora ninguno.
Mientras Maduro logre contener al sector militar del chavismo, un objetivo que
no luce sencillo, sobre todo después de haber ratificado, por las razones que
sean, al almirante Diego Molero como ministro de la Defensa y de nombrar al
general Miguel Rodríguez Torres como ministro del Interior. Ambos representan
el ala más dura y más chavista del régimen. Ahora bien, mientras Maduro consiga
conservar la apariencia democrática que supo imprimirle Chávez a un gobierno
que no era del todo democrático, sus relaciones internacionales, excepto con
Estados Unidos y Canadá, no tienen por qué sufrir modificación alguna.
Chávez juzgó siempre en antiimperialismo, la confrontación
con Estados Unidos, en el esquema de Fidel Castro aunque en este caso no
existieran razones para ello
Es preciso recordar que
Chávez siempre aseguró que Estados Unidos trataría de aislar a Venezuela, al
menos retóricamente, pese a mantener una creciente relación comercial y
económica con ese país. Una estrategia que había tenido éxito en el caso
cubano. Para escapar de esa trampa se empeñó en realizar una agresiva campaña
de alianzas internacionales basadas en el poder político que le brindaba el
barril de petróleo por encima de los 100 dólares. El resultado es la reducción
muy considerable de la influencia de Washington en América Latina, la creación
de una serie de instancias bajo su control, como UNASUR y el CELAC y la
profundización de sus relaciones con enemigos reales de Estados Unidos, como
Irán y Siria, y rivales de mucho peso como Rusia y China.
Maduro como Canciller estuvo muy cerca de Chávez en el
manejo de esta estrategia y es previsible que ahora como Presidente la acentúe
Claro, Maduro fue el
Canciller de Chávez y tiene muy buenas relaciones personales en todo el mundo
con estos gobernantes y países por lo que no existen razones para pensar que la
posición internacional de Venezuela vaya a cambiar en un futuro próximo.
¿Considera
que efectivamente se ha abierto una nueva página en la política venezolana?
Sin la menor duda, y un gran enigma
porque después de 14 años, uno sabía más o menos qué esperar de Chávez, pero
ahora con Maduro, el porvenir de Venezuela es un enigma.
No existe
el riesgo que el gobierno de Maduro evolucione hacia un régimen represivo,
calcado de la experiencia cubana con preeminencia militar
Como señalaba antes, ese
es el gran peligro que corremos todos, gobierno y oposición. Por ahora no hay
suficientes elementos de juicio para hacerse una idea verosímil del rumbo
definitivo que la ideología o las necesidades le impongan emprender a Maduro.
Lamentablemente, en el curso de estas últimas semanas se percibe una tendencia
de Maduro a radicalizarse. Si tenemos en cuenta que su formación ideológica y
política es de extrema izquierda, no dudamos que su meta sería esa.
Pero en el mundo actual y en contexto latinoamericano es
viable esa radicalización
Por supuesto, el mundo es
distinto ahora y no luce creíble la repetición de la experiencia cubana en la Venezuela actual.
Precisamente, esa es la razón de que Venezuela viva suspendida como de un hilo,
en un estado de equilibrio muy inestable.
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