miércoles, 4 de septiembre de 2013

El triunfo de Salvador Allende y el asesinato del general Schnider

Por Julio César Moreno León.

El 4 de septiembre de 1970 Salvador Allende gana las elecciones presidenciales de Chile. Su candidatura sustentada en la coalición bautizada como “UNIDAD POPULAR”-  integrada fundamentalmente por el Partido Socialista, el Partido Comunista, el Partido Radical y el Mapu- obtiene 1.075.616 votos (36.3%), el Ex Presidente Jorge Alessandri candidato del Partido Nacional logra 1.036.278 (34.9); y Radomiro Tómic aspirante oficialista demócrata cristiano  obtiene 824.845 sufragios (27.8%).

La victoria de la Unidad Popular constituye un hecho político sin precedentes en América Latina. Por primera vez en nuestro continente se materializa el triunfo de un proyecto político que aspira realizar una revolución socialista marxista partiendo de los moldes de la democracia representativa, pero el escaso margen de votos con los que Allende supera a Alessandri, unida a la importante votación del demócrata cristiano Tomic, plantea serias interrogantes sobre la estabilidad del nuevo gobierno, y el éxito del proyecto Reeditándose la situación ocurrida en los comicios presidenciales del año 1958, al no obtener ninguno de los candidatos la mayoría electoral absoluta, corresponde nuevamente al Parlamento, de acuerdo con las normas constitucionales vigentes, la elección del Presidente de la República entre los candidatos que obtuvieron el primero y segundo En el 58 Alessandri ganó las elecciones derrotando a Allende por algo más de 30.000 votos y correspondió a los demócratas cristianos ratificar en el Congreso Pleno el apretado triunfo del derechista. Esta vez la DC actuaría en igual sentido, ahora reconociendo a Allende, y condicionando ese respaldo a una reforma constitucional que garantizara el resguardo de las libertades democráticas.

 El proyecto de reforma constitucional conocido como el “Estatuto de Garantías” es aprobado rápidamente en el Congreso por la DC y la izquierda, permitiendo la ratificación del candidato socialista. Contra esta decisión, los grupos más radicales de la derecha se presentan abiertamente hostiles, y en los cuarteles comienza a estimularse el ambiente propicio para una salida de fuerza.

El 22 de Octubre, un grupo de la extrema derecha integrado por miembros del movimiento “Patria y Libertad”,  asesinan al General René Schneider Comandante en Jefe del Ejército. El objetivo inicial del comando subversivo, que actuó en coordinación con el gobierno norteamericano era secuestrar a Schneider y producir una sublevación que derrocara al Presidente Frei, para de esta manera  impedir el ascenso  al poder de la Unidad Popular. Al ocurrir el crimen, la situación revierte totalmente en contra de la conspiración terrorista. La condena al descabellado intento golpista es ampliamente mayoritaria en todo.

Esta operación bautizada como "Track II” (Segunda Vía) fue revelada, luego de las investigaciones realizadas por el Equipo Asesor del Senado de los Estados Unidos, el 18 de Diciembre de 1975.El informe conocido como "Acciones encubiertas en Chile" (1963 -1973) señala:  "Las acciones encubiertas de los Estados Unidos para influir en el curso de la política chilena, lograron su nivel mas alto en 1970. A la CIA se le ordenó desarrollar una campaña para promover un golpe militar en Chile con el fin de evitar el ascenso al poder de Salvador Allende. El 15 de Septiembre de 1970, luego que Allende resultara vencedor en las elecciones, pero antes de que el Congreso chileno hubiera elegido entre él y la segunda mayoría obtenida por Alessandri, el Presidente Nixon se reunió con Richard Helms director de la Agencia Central de Inteligencia, el Asistente para asuntos de Seguridad Nacional, Henry Kissinger y el Procurador General, John Michel. A Helms se le ordenó impedir que Allende tomara el poder. Esta operación tenía que llevarse a cabo sin el conocimiento del Departamento de Estado o de Defensa o del Embajador". 

El asesinato de Schneider tuvo una grave repercusión en la estabilidad de la democracia chilena, al marcar el recrudecimiento de un proceso de violencia civil que venían propiciando grupos extremistas de izquierda y derecha, y que no cesará, hasta  el golpe militar y el suicidio del Presidente Allende en septiembre del 73. En los planes de la CIA, de acuerdo con lo que revela el informe del Senado americano, se contemplaba inicialmente  el soborno a parlamentarios, con el fin de hacer una mayoría en el Congreso a favor del candidato derechista Jorge Alessandri. Este, una vez proclamado Presidente, presentaría su renuncia y convocaría  nuevas elecciones, en las que  Eduardo Frei sería  candidato de todas las fuerzas opuestas a la Unidad Popular. 

La maniobra planteada no puede lograrse debido a la negativa de Frei y del PDC, quienes fueron  siempre firmes partidarios de la ratificación de Allende. El fracaso de este proyecto conduce a la opción violenta, y como consecuencia inesperada, al asesinato del general. Por su  parte, Henry Kissinger afirma en sus Memorias, que la victoria de la Unidad Popular significó un duro golpe para Nixon y para los equipos del gobierno republicano abocados al  seguimiento de la política latinoamericana. De acuerdo con  esa versión, el triunfo  de la Unidad Popular había resultado en cierta manera una sorpresa  para los funcionarios  que arrastrados por el subjetivismo apostaban a la victoria electoral del derechista Jorge Alessandri.

Relata Kisssinger: “Para entonces Nixon había asumido un papel personal. Había sido impulsado a actuar el 14 de septiembre por Agustín Edwards, el Editor de El Mercurio, el periódico chileno más respetado, que había venido a  Washington a advertir cuales eran las consecuencias de la toma de Allende. Edwards se hospedaba en la casa de Don Kendal, principal funcionario ejecutivo de Pepsicola, quien por casualidad traía a su padre a ver a Nixon ese mismo día. Yo me había encontrado con Edwards y Mitchel, durante el desayuno y le había pedido a Helms, ver a Edwards  por cualquier idea que pudiera tener. Después de encontrarme con Kendal, Nixon pidió a Helms, a Mitchel y a mí que fuésemos a su oficina en la tarde del 15 de septiembre. En una conversación que duró menos de 15 minutos, Nixon le dijo a Helms, que él quería un esfuerzo mayor, para ver que podía hacerse para evitar que Allende llegara al poder. Si hubiera una oportunidad en 10 de librarnos de Allende, deberíamos probarlo. Si Helms necesitaba los millones, él lo aprobaría. El programa de ayuda a Chile sería interrumpido; su economía debería ser exprimida “hasta que Kissinger califica en sus memorias a estas reacciones de Nixon frente a Chile, como  “un deseo oprimido, desenfocado y nacido de la frustración de hacer algo”. presidencial, y en declaración pública exhorta a los parlamentarios de la derecha a no votar por su candidatura en la sesión del Congreso Pleno; manifiesta su deseo de que Allende sea finalmente proclamado Presidente de la República, y afirma que confía en las condiciones democráticas del líder socialista.  

Al agradecer el respaldo otorgado por sus partidarios Alessandri dice: "Hago votos para que el próximo Presidente de Chile, de larga y probada convicción democrática, como lo ha demostrado siempre con sus actitudes de respeto de la Constitución y de la Ley, logre éxito en su gestión de Mandatario y pueda dar cumplida satisfacción a los grandes anhelos de nuestros conciudadanos. Consecuente con este patriótico deseo, pido a los señores parlamentarios que me honraron con su adhesión, que no voten por mi nombre en el Congreso Pleno, lo cual contribuirá a que Don Salvador Allende. Ante la delicada situación Jorge Alessandri decide renunciar a su aspiración asuma el Mando Supremo en un clima de la mayor tranquilidad que robustezca la confianza, de modo que permita revitalizar la actividad económica, intensificar en la mayor medida el trabajo común y propender así a la grandeza de la República y a la paz y al bienestar de todos los chilenos".


No obstante, y a pesar del planteamiento formulado por Alessandri, en la sesión del Congreso Pleno, 35 parlamentarios de la derecha sufragan por su candidatura, mientras que 7 congresistas de esa corriente votan en blanco. Allende es electo Presidente de Chile con el respaldo de 153 votos parlamentarios, de los cuales 74 corresponden al apoyo de la Democracia Cristiana.

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