El ABC de Roberto Enríquez – Presidente de COPEI
"Los modelos cívico-militares, siempre terminan siendo más militares que cívicos”
Se debe insistir en una política de lucha para la clase media. Estamos viviendo la caída más violenta y abrupta de nuestra calidad de vida. A partir de 1958 AD y COPEI lograron darle carácter y amor por la libertad a la sociedad venezolana. El problema económico es ante todo un problema social, opina el dirigente político.
Manuel Felipe Sierra
Roberto Enríquez se formó en el movimiento universitario y ha cumplido con todas las etapas de la dirigencia política. Desde hace algún tiempo se desempaña como presidente del partido demócrata-cristiano COPEI, junto a un equipo que plantea la renovación de una organización política que el pasado 13 de enero cumplió 68 años. Estas son sus reflexiones para los lectores de ABC de la Semana.
— El 13 de enero se celebraron 68 años de la fundación de COPEI, un partido que ha sido referencia clave en la política venezolana. De aquel COPEI ya sabemos la historia, ¿pero cuál es en este momento la importancia o el papel del partido?
— Ante todo COPEI es una institución democrática fundamental para el país. En Venezuela no es normal ver instituciones de cualquier área que duren 68 años, son muy pocas, son excepcionales. Y yo creo si algo debe hacernos sentir orgullosos, es precisamente contar con una institución que con sus altos y bajos, y con sus crisis y aciertos, hoy en día ha sobrevivido y está planteándose un proyecto de futuro.
— ¿Cuál es ese proyecto?
— Nosotros nos planteamos dirigir los destinos del país, estamos diseñando todo un proyecto de nación actualizando nuestras tesis políticas, ideológicas, el modelo económico, la arquitectura político-jurídica, la organización social, y vamos a una lucha de mucha audacia, pero también de mucha responsabilidad. Queremos que cada cosa que hagamos, independientemente de que como ser humanos podamos equivocarnos, la realicemos asumiéndolo con responsabilidad, es decir, no estamos dispuestos a poner a los venezolanos a asumir riesgos que nosotros como dirigentes no estemos dispuestos a asumir, sino predicar con el ejemplo y que lo que nos planteemos sea realmente lo que estamos dispuestos a hacer. Y otra clave fundamental es por supuesto que tenemos un modelo de sociedad, un proyecto de nación inspirado en la llamada “sociedad solidaria y justa”, en el modelo de la distribución equitativa de las oportunidades que tiene una línea económica social de mercado que hoy en día yo me atrevería a decir que es la verdadera ante el capitalismo y ante el socialismo estatista.
— Que han estado en crisis las dos concepciones…
— Yo creo que están agotadas y son inviables, yo creo que lo que puede tener viabilidad son modelos que planteen el crecimiento económico con equidad social, por lo menos es la única fórmula que yo encuentro.
— ¿Y eso es posible?
— Por supuesto, tan solo es cuestión de ver lo que está ocurriendo en Alemania, un modelo de economía solidaria y productiva, porque es sostenible en el tiempo. Cuando las visión de la economía es muy liberal termina generando crecimientos económicos exponenciales pero a costa de un gran sufrimiento social y por su parte, las visiones estatistas no terminan logrando ni lo uno ni lo otro, porque dejan el sufrimiento social pero destruyen el crecimiento económico. Entonces son dos alternativas que no son opciones reales para los pueblos, las opciones para los pueblos son aquellas que le permitan prosperar y la prosperidad es crecimiento económico, social, cultural y ese modelo económico que tuvo mucho éxito en Chile cuando gobernaron los social-cristianos y que hoy en día está salvaguardando la Unión Europea, porque ésta no se ha desplomado gracias al gobierno social-cristiano alemán y a su modelo de económico social de mercado.
Modelos económicos
— Es la locomotora de la economía europea que tiene tantos problemas…
— Claro, Alemania es la nación que ha soportado y quien mantiene a la UE unida y para nosotros es una referencia, que con características venezolanas, queremos aplicar. Somos también un modelo cívico-popular, cívico-democrático y hoy en día estamos siendo gobernados por un modelo cívico-militar (reconocido por el propio gobierno) que como todos los modelos cívico-militares, siempre terminan siendo más “militares” que “cívicos”. Hemos escuchado a Maduro, sin ningún pudor, decir que las decisiones de alto gobierno se toman en fulana dirección político-militar, incluso sacó un decreto dándole jerarquía a esa dirección. Entonces, ¿en qué terreno nos coloca eso? COPEI tiene un proyecto ante todo democrático, colectivo, de sociedad solidaria y con una clara vocación de conducción política de la sociedad venezolana y queremos que el país sepa que estamos planteándonos dirigir y gobernar Venezuela, dentro de la unidad por supuesto, pero con el acento en que la opción preferente es la lucha por los más pobres y otra cosa, es la lucha por los sectores profesionales y de clase media. Yo creo que una de las cosas en la que más se debe insistir es en una política de lucha por la clase media, no sólo en los principios democráticos, sino en sus necesidades reales e inmediatas. Los sectores profesionales del país están viviendo la caída más violenta y abrupta de su calidad de vida y nosotros que tenemos que tener una política para ello, porque al ritmo que vamos, el salario mínimo va a superar al salario de los profesionales y de la clase media. Yo creo que en este aniversario debemos presentarnos ante el país y es a lo que yo estoy invitando a mis compañeros, a que levantemos la autoestima, a que entendamos que somos un partido “grandes ligas” y que lo que tenemos es que decirle a Venezuela cuál es nuestra oferta, nuestro plan, que nos hemos equivocado pero también hemos acertado y ante todo aquí hay una nueva generación muy bien formada y eso hay que agradecérselo a los lideres que nos antecedieron. Le decimos a Venezuela que estamos preparados para gobernar al país con un modelo democrático, solidario y próspero.
El agotamiento de los partidos
— Muchas personas explican el advenimiento de Chávez y de su proyecto por el agotamiento de los partidos tradicionales, fundamentalmente de AD y COPEI. ¿Acaso se ha superado esa situación?
— El modelo democrático, representativo y participativo de aquel momento sin lugar a dudas se agotó y por eso emerge Chávez, creo que porque la política económica fracasó pero en lo otro tuvo aciertos. Yo considero que haber logrado inocular el germen democrático en el ADN del venezolano es un logro que es solo comparable a la epopeya de Simón Bolívar con el logro de la Independencia, después de ello el otro gran logro es que a un gran pueblo sometido y acaudillado, AD y COPEI lograron darle carácter y amor por la libertad, a partir de 1958 es que la sociedad venezolana comenzó a ser igualitaria, comenzó a tener mucho sentido el poder en manos del pueblo y eso lo logramos nosotros. Nuestro desafío es orientarnos a la lucha de un modelo democrático donde entendemos que la economía es ante todo una política social, siempre los políticos venezolanos han cometido el error de ver de reojo los temas económicos y no es así. Nosotros creemos que el problema económico es ante todo un problema social y debemos atenderlo. Y ese mismo error lo cometió Chávez, por eso el chavismo destruyó la economía venezolana. Sin embargo, no sólo fue un error de los partidos, también de las élites del país: sindicales, gremiales, productivas, económicas, comunicacionales, académicas; aquí hubo un colapso de ellas y por eso un proyecto autoritario, como el que está gobernando al país, logró emerger al poder.
— 15 años después de este proyecto que hasta hace un año fue de Chávez, ¿cuál es tu visión? ¿Tiene viabilidad? ¿Puede remontar esas dificultades que va a enfrentar?
— Un modelo que pretende dejar la suerte de todo un país en manos de quienes tienen el control del poder político es inviable. El liderazgo lo que tiene que hacer es movilizar, impulsar y motivar a la sociedad, no controlarla. Actualmente estamos siendo gobernados por un modelo que aspira controlar la sociedad y eso es inviable. Yo creo que estamos en una inercia, en donde ya dependerá del quiebre político y de la capacidad nuestra de consolidar una mayoría poderosa. Pero estoy convencido de que el “modelo chavista” es además impertinente, no representa los verdaderos anhelos populares, las verdaderas reivindicaciones sociales y creo que de lo que trata es de ir a un modelo democrático e institucional. Tenemos que construir una nueva ecuación de élites en Venezuela, basadas en los aportes cualitativos que cada sector le ofrece a la sociedad venezolana y no a su poder económico o a su influencia de opinión pública, sino a lo que cada sector le corresponde. No puede hablarse “patria” mientras existan pobres, mientras hayan niveles de exclusión tan criminales, tan brutales, no podemos decir que tenemos una nación.
— Esa es la visión de COPEI. Ahora, está claro que para sustituir el régimen actual se requiere de la unidad, que ha sido un poco el signo de esta lucha en los últimos años. ¿Ese pensamiento tuyo es compartido con esos otros sectores que están siendo representados por la MUD?
— En la MUD tenemos plena conciencia de que la unidad es irrenunciable. Sin lugar a dudas tenemos perspectivas distintas de comprender al país, eso es normal además, pero tenemos una causa común y una visión común que es la necesidad de estar unidos y de luchar por la democracia. Ahora, cada quien tiene sus acentos y los coloca donde cree. Para nosotros el acento pasa por una sociedad basada en el amor, en el respeto a la dignidad del otro, en la atención a los sectores populares; con una política pública muy clara en lo económico, en lo social, en la educación. Pero si creo que siempre hay que hacer un llamado a que nadie se deje jurungar el ego, individualmente nadie va a poder lograr lo que podemos lograr unidos. La MUD no es un partido, es una coalición de factores políticas y en consecuencia, tenemos divergencias naturales, eso es absolutamente normal.
— El año pasado fue un año de mucha tensión, con muchos eventos como la muerte de Chávez, lo que pasó con la elección la de Maduro que fue cuestionada en su momento y luego, las elecciones municipales del 8 de diciembre. Este año comienza con dos visiones: que Maduro después de un año de dificultades logró estabilizarse, pero está también la gran interrogante del problema económico que obliga a medidas que tienen un costo también en términos sociales.
— Absolutamente y las medidas económicas se están tomando o se van a tener que tomar por el fracaso del modelo que este gobierno promovió. Yo creo que la tragedia venezolana con el gobierno que ya va para 15 años, es que nunca quiso darle prosperidad a los venezolanos, siempre quiso tener en las ergástulas del poder sometido al pueblo venezolano, porque así son estos proyectos estatistas, eso es en lo negativo la visión militaristas. Porque quiero aclarar que nosotros no somos “anti-militares”, somos anti-militaristas. No es posible que el ingreso petrolero más grande que ha tenido Venezuela en su historia se haya dilapidado como se dilapidó con este gobierno, no tienen ninguna autoridad moral quienes están gobernando para hablarnos de ajustes fiscales, del aumento del precio de la gasolina, de ajustes en el tipo de cambio; no tienen autoridad moral porque han despilfarrado nuestra mayor riqueza.
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