domingo, 25 de mayo de 2014

ABC de la Semana

El ABC de Carolina Abrusci / Politóloga y Profesora de la UCV

“El movimiento estudiantil está en la calle por una reivindicación social que hacía mucha falta en Venezuela”

Vemos a un Gobierno débil, ilegítimo, con cuestionada gobernabilidad, y por eso la represión es desmedida. Un joven que estudié cinco años, saque su carrera y consiga un buen trabajo, no puede tener calidad de vida en este país. Chávez se enamoró de un proyecto político que no muestra sino deterioro, abandono, humillación e indignidad, señala la dirigente política.

Manuel Felipe Sierra

En 2006 y 2007 participó activamente en las movilizaciones estudiantiles de rechazo al cierre de RCTV y contra la Reforma Constitucional propuesta por el régimen, que fue derrotada por la mayoría de los venezolanos. Ahora, como profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) sigue de cerca las acciones emprendidas por los jóvenes en los últimos meses. Carolina Abrusci además es Sub Secretaria Juvenil Nacional de AD. Estas son sus reflexiones para los lectores de ABC de la Semana.

— Después de varios meses de protesta, ¿cómo evalúas la situación del país y la presencia en acciones de calle del movimiento estudiantil, del cual has formado parte de alguna manera en los últimos años?
— Este nuevo episodio de la historia venezolana hoy me pone en el mismo reto pero con unos zapatos distintos, porque en 2006 era representante estudiantil, estaba directamente en el movimiento estudiantil que tenía unas claras exigencias que había llevado desde las universidades a las calles, pero hoy en día estoy en los zapatos de una profesora, pero de profesora a su vez como joven venezolana militante de las filas juveniles de AD y por lo tanto, a pesar de que esos zapatos han cambiado, mi corazón sigue siendo de estudiante y siento esa nostalgia y esa obligación de apoyar a esa juventud que entiende que a la par de la formación del estudio, de la capacitación, está el deber de luchar por un país que nos merecemos; de luchar hasta alcanzar esos sueños que nos mueven con la idea de vivir en un país con mejores condiciones, un país de democracia, de paz, de tolerancia, de diálogo, de inclusión, de respeto a la vida.

— Además esta ha sido una protesta muy fuerte. Ha habido más de 40 muertos y miles de detenidos…

— Sin dura han sido unos meses muy difíciles.Por eso mi apoyo a todos esos jóvenes que hoy en día están en la calle luchando por esos sueños que persiguen sin importar la adversidad que estamos atravesando y dejándole al país algo que es imposible que perdamos, porque al perderlo estaríamos liquidando la esperanza de muchos venezolanos que hoy en día cuestionan la posibilidad de salir de esta pesadilla; que sienten desesperanza, que están desesperados y agotados, que han vivido en carne propia esta crisis tan horrible. Esos jóvenes, esas caras que están hoy en la calle nos recuerdan y nos ratifican que no todo está perdido y que Venezuela tiene la posibilidad de un futuro mejor, mientras la juventud venezolana se mantenga en la calle.

Represión desmedida

— ¿Qué diferencias estableces entre aquellas protestas de 2006 y 2007 y las de ahora, que han tenido un contenido más violento como consecuencia de una brutal represión?

— En aquél momento la situación del país era difícil y los estudiantes salieron a la calle por determinadas cuestiones, como por ejemplo el tema de RCTV y de la Reforma Constitucional, donde nos jugábamos el proyecto de vida del país por los próximos años y que condicionarían las próximas generaciones. La verdad es que el movimiento estudiantil hoy está en la calle con una cara de reivindicación social importante que hacía mucha falta en Venezuela, y que sin duda alguna es definitivo. De alguna manera ello es lo que marca la contundencia, porque si en aquél momento la situación era difícil ahora es crítica, por eso es que ahora quizás se ha marcado la fuerza y la constancia de los estudiantes en la calle. Y ante esa contundencia vemos a un Gobierno débil, ilegitimo, con cuestionada gobernabilidad, y por eso la represión es desmedida, pero por supuesto uno no puede retirarse, porque al retirarse uno muestra debilidad. De alguna manera el hecho de que te callen implica que tu razón se ve cuestionada, por eso entre más represivo es el régimen, los estudiantes con más fuerza están en la calle, porque precisamente esa es una de las características de la juventud, una de sus bondades, la perseverancia, la constancia, y quizás la irreverencia, aunque yo creo que este no es momento de ser irreverente, yo creo que es momento de ser contundente y responsable. Precisamente las generaciones que han marcado la historia de este país como la del 28, estaba integrada por jóvenes con pasión pero con mucha cabeza, y ellos lograron y formularon unos objetivos que les permitieron lograr determinadas reivindicaciones que pudieron dejarle como legado al pueblo venezolano la democracia.

— También la generación del 58 en la lucha contra la dictadura perezjimenista…
— Claro, que de manera contundente puso fin a ese terrible episodio que representó la dictadura que lamentablemente hoy a nosotros nos toca revivir, el riesgo y la puesta en jaque de la democracia venezolana, que en su momento sirvió de inspiración a tantos otros países que vieron en nuestro modelo de gobernabilidad, de alternancia, de respeto a la Constitución, un modelo a seguir, a pesar de todos esos errores que se pudieron haber cometido. Yo creo que esas virtudes fueron mayores y creo que hay una generación que lamentablemente no supo defenderlas con fortaleza y compromiso. Si uno recorre a Venezuela y ve sus hospitales, sus escuelas, sus carreteras, sus vías, son grandes obras construidas en democracia y destruidas por el chavismo, y lamentablemente no hemos sabido reivindicar esas obras físicas y sociales intangibles, como el derecho de la mujer al voto, la inclusión, el voto universal directo y secreto, el acceso a la educación masiva, la descentralización, esos grandes logros que hoy en día se revierten después de más de una década de retroceso, de odio, de polarización. Todo ello ha determinado la contundencia de este movimiento estudiantil que hoy en día ve todo eso por lo que sus abuelos lucharon y que sus padres disfrutaron, y que sus hijos no podrán tener. Por eso es que nuestro deber es para con nosotros mismos, pero también para esas generaciones anteriores, para honrar esas luchas y esas vidas que fueron entregadas en aras de un país mejor, y por sobre todo, por la idea y la esperanza de dejarle un mejor país a nuestros hijos.

— Hay una cosa importante y es que en estas protestas entra a jugar otro factor: un desencanto, un pesimismo de los jóvenes en relación a su futuro. Y este es uno de los factores que ha estimulado la presencia de las madres y de la familia, acompañando a los jóvenes.
— Ese sentimiento lamentablemente lo vive la juventud venezolana y eso explica también el éxodo de los jóvenes y la contundencia en la lucha, porque tú puedes bien ser beneficiario de una educación pública que este Gobierno ha golpeado, porque la situación interna de las universidades así lo demuestra ante la escasez de los recursos y la negativa, ese bloqueo que el Gobierno nacional le tiene a las universidades, los centros de pensamiento neutral a los que tanto les teme. Un joven que estudie sus cinco años, saque su carrera y consiga un buen trabajo no puede tener calidad de vida en este país dadas las condiciones que tenemos en estos momentos. No puede emanciparse, es absolutamente imposible por meritos propios adquirir una casa propia, la posibilidad de ver crecer una familia, ni siquiera de adquirir la canasta básica con un sueldo mínimo y suponiendo que no sea un sueldo mínimo aun así la inflación nos come a una velocidad que lamentablemente no nos permite progresar. Esa situación adversa donde además suponiendo que tú tengas una situación económica favorable, pero pones en riesgo tu vida en la calle, porque la verdad es que la inseguridad no mide, no pregunta, simplemente llega toca tu ventana y cambia tu vida y la de tu familia, así de fácil. Los jóvenes que de alguna manera que pudieran sentir miedo, pudieran sentir un clima de cierta inestabilidad con respecto a su futuro, hoy en día han decidido irse, y muchos tienen la posibilidad de salir del país, pero otros no. Es decir, tomar esa decisión de irse a un lugar nuevo, empezar de cero, abandonar tu familia, tus raíces, tu vida, es una decisión muy difícil. De alguna manera, ese condicionamiento del futuro del país hacia un porvenir, nos obliga a estar en la calle.

¿Calle o Constitución?

— Todo esto tiene una explicación, como se ha dicho y es obvio, en el fracaso, de un modelo económico y político que se vino construyendo a lo largo de estos años. Es decir, aquí lo que se impone de alguna manera es una revisión a fondo, salir de esta situación implica asumir de nuevo un modelo democrático, de participación.
— Absolutamente. Y es que la historia de la humanidad ya había demostrado el derrumbe y el fracaso de estas ideas en el año 89. Además es una especie de socialismo trasnochado, porque no es estrictamente un socialismo, es el comunismo que se llamó “socialismo real” en la Unión Soviética, pero ese modelo fracasó. Lamentablemente el expresidente Hugo Chávez se enamoró de un proyecto político que no muestra sino deterioro, abandono, humillación e indignidad, como el modelo cubano que tiene sumergido a ese noble pueblo en esa terrible situación, gracias a la dictadura, al régimen de los hermanos Castro. Chávez trató de implementarlo en un país como Venezuela, pero creo que no midió fortaleza y la entereza de un pueblo que se niega a ver a su país hundido como consecuencia de esas ideas políticas vencidas que realmente jamás podrán echar raíces sólidas en un país como el nuestro.

— ¿Cuál sería la manera más eficaz de enfrentar ese modelo? Esa es una de las discusiones que está presente en el mundo opositor. Por ejemplo, muchas de estas protestas y lo que hemos visito es consecuencia de esa política llamada “la salida” que plantearon Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma; pero también hay otra visión y es la que va en el sentido de que hay un desgaste evidente del modelo, vienen dificultades económica, las encuestas revelan que hay un descenso del Gobierno, mientras todo indica que la oposición va en una línea de crecimiento permanente. ¿No sería mejor esperar los otros mecanismos constitucionales donde lo decisivo sea el voto de los venezolanos?
— Comenzando esta conversación citamos esa gran victoria, que según Chávez fue pírrica, pero en realidad fue una gran victoria, que fue la de la Reforma Constitucional de 2007. Allí el chavismo se jugaba el todo por el todo, estaba apostando a la concreción a nivel constitucional del modelo político que ellos han venido reivindicando y han tratado de implementar en el país, pero fracasaron. De alguna manera el movimiento estudiantil logró consolidar esa mayoría que nos garantizó ponerle freno a este modelo de destrucción y de retroceso que se iba a implementar en el país con forma de Carta Magna. Por mantengo la esperanza, aunque a muchas personas eso no los guste, de que es a través de vía constitucional y democrática, porque yo creo que hemos logrado grandes avances y cuando nos hemos resistido a la vía electoral hemos tenido grandes retrocesos, y un gran ejemplo fue haber dejado de asistir a unas elecciones parlamentarias que le regalaron la Asamblea Nacional al chavismo, que aunque fue un gran clamor de la gente en ese momento, fue un gran error. Hemos venido mejorando con mucho esfuerzo y quizás hemos debido tratar de hacerlo con mayor celeridad, pero la verdad es que no nos podemos restar merito porque esta lucha ha sido muy dura. ¿Entonces debemos plantearnos la dificultad de ganarle a este Gobierno por la vía electoral? ¡Claro! Ellos están aferrados al poder y van a hacer todo para conservarlo, pero nosotros también vamos a hacer todo lo posible para hacerles frente. Nosotros estamos peleando contra un monstruo que tiene ventajismo, abuso de poder, impunidad de su lado. Y no sólo creemos que es posible, también tenemos ejemplos históricos en nuestro propio país y en otras latitudes. Por eso creo que es importante que tengamos un poco de cabeza fría en estos momentos en los que el corazón está caliente, para evaluar la posibilidad de apegarnos a la Constitución, a ley y a la vía pacífica para ponerle freno a esta situación tan terrible que estamos viviendo los venezolanos.

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