El ABC de Eugenio
Martínez / Periodista especializado en el tema electoral.
“La teoría dice que lo gobiernos no ganan procesos
electorales en medio de crisis económicas”
electorales en medio de crisis económicas”
El venezolano
entiende que el CNE no es un árbitro imparcial. El 6 de diciembre no se va a
escoger un nuevo presidente, ni se van a escoger gobernadores ni alcaldes. El
PSUV y la MUD están haciendo llamados de unidad para evitar pérdidas de votos.
La parlamentaria no es una elección, sino 140 elecciones en una sola, señala el
consultor en marketing político.
MANUEL FELIPE SIERRA
Es conocida su actividad periodística en la
investigación y tratamiento de la información política con énfasis en el tema
electoral. Se desempeña como profesor en la Escuela de Comunicación Social de
la UCAB, conductor del programa radial “El Termómetro”, especialista en
Desarrollo Organizacional y autor de varios libros. Eugenio Martínez desde las
páginas de El Universal ha hecho de sus trabajos una obligada referencia sobre
el curso de las campañas electorales venezolanas. Estas son sus reflexiones
para los lectores de ABC de la Semana.
El 6 de diciembre habrá elecciones parlamentarias en esta oportunidad
matizada por una serie de circunstancias como la situación económica, el
desabastecimiento, la escasez, el disparo de la inflación, etc. Lo que ha
generado un clima de protesta, incertidumbre y hasta de rabia en la colectividad.
Ello añade un componente que de esta consulta diferente a las conocidas hasta
ahora.
La teoría dice que lo gobiernos
no ganan procesos electorales en medio de crisis económicas y ello es cierto, y
es lo que en líneas generales estamos viendo con las encuestas, por ello uno
podría preguntarse si el gobierno podría recuperar en pocas semanas el favor
del voto popular. No obstante, no estamos hablando de una elección presidencial
de ámbito nacional, sino de unas elecciones parlamentarias muy particulares,
porque hablamos de 140 elecciones en una sola, 87 por circunscripciones de
votación, 23 por estados, 1 por el Distrito Federal y 3 por circunscripciones
indígenas, una característica electoral que puede cambiar mucho el resultado
del 6 de diciembre.
Pero también, y este es un dato importante, a diferencia de la
parlamentarias anteriores todos los sondeos y la más elemental percepción indican
que la oposición tiene una opción real de victoria.
Ciertamente, ni en la
relegitimación de poderes del 2002, ni el 2005 cuando la oposición se retiró,
ni tampoco en las anteriores del 2010 se conocía una tendencia consistente en
este sentido. Ahora la oposición tiene opciones reales de obtener al menos la
mayoría simple en la Asamblea Nacional, es decir no menos de 84 diputados.
Pero hay que tomar en cuenta las características de la elección, ya que
en los candidatos por listas habrá de influir el clima de opinión nacional que
es desfavorable al gobierno, pero en la elección por circuitos, no sólo por la
reingeniería que se hizo de las circunscripciones, sino por el ventajismo de
Estado y la capacidad de movilización el día de las elecciones, el oficialismo
tendría ventaja.
Sí, estamos hablando de 87
circunscripciones de votación de las cuales se conocen tendencias históricas de
votación por el gobierno o por la oposición. Según esos datos históricos de 110
diputados, el chavismo tendría asegurados al menos 40 con tradición progobierno
y donde se complica la victoria opositora. Y por otro lado la oposición tiene
17 diputados que se eligen en zonas prácticamente aseguradas con los votos
anti-oficialistas. Ahora bien, hay 46 escaños que se escogen en
circunscripciones muy peleadas que han ganado alguna de las tendencias por porcentajes
muy pequeños. De hecho ambos bloques están haciendo llamados al tema de la
unidad para evitar la pérdida de votos que se lancen fuera tanto de la MUD como
del PSUV
Hay otro hecho significativo, es que ahora la MUD tiene una postura más
crítica frente a la transparencia del árbitro electoral, y estas no solo se
refieren al ventajismo de Estado sino a ciertas normas y decisiones del CNE, lo
cual ha creado un ruido que no existía en elecciones anteriores.
Bueno, lo que creo que ha
cambiado es la estrategia de opinión pública de la oposición, porque las
diferencias técnicas con el CNE siempre han existido. Por ejemplo, para las
elecciones presidenciales del 2012 esas diferencias no se hicieron públicas, se
mantuvieron encubiertas en las conversaciones entre el CNE y la Mesa Técnica de
la MUD.
Pero hay que recordar que 2005, el pretexto de la oposición para no ir
a las elecciones fue la aplicación de las famosas “captahuellas” y otros
mecanismos de procedimientos en las mesas.
En el 2005 el pretexto para no ir
a las elecciones, mas allá de que se iba a perder de una forma importante, era
que el secreto del voto estaba amenazado, no tanto por las “captahuellas” sino
porque se podría reconstruir la secuencia de la votación ya que estas máquinas
en aquel momento no estaban siendo usadas como ahora, estaban en muy pocos
estados colocadas al comienzo de centro de votación y no estaban directamente
asociada a las máquinas.
Pero ya existían reservas y objeciones sobre el llamado “voto
electrónico”.
Si claro, lo que decía la
oposición el 2005 es que no había garantía del que el voto fuera secreto, pero
a lo largo de este tiempo se ha comprobado que ello no es así, por lo que la
estrategia de retirarse de las elecciones ese año no ha jugado a favor de la
oposición, incluso hasta la fecha. Pero ello hizo que calara la impresión de
que el voto no era plenamente secreto, y ello ha sido un condicionante muy
fuerte a la hora de votar, porque en un país donde casi todo el mundo, de forma
directa o indirecta, depende del Estado, el que una persona se atreva de votar
en contra de quien le está prometiendo casa, educación y salud, y además
considerando que existe el precedente de la famosa “Lista Tascon” y de la
discriminación política que ella originó, todo ello crea un condicionante en la
mente del votante cuando se enfrenta a la máquina de votación y ello puede
influir de alguna manera en los resultados que arroja en los comicios sin
importar los datos que se tenga en la encuestas.
Decíamos que ahora la oposición ha señalado sus reservas frente a los
mecanismos electorales y que el 2011 la MUD las conocía pero no las hizo
públicas, ¿Por qué razón ahora si lo hacen? Sera como consecuencia de lo
ocurrido en la elección presidencial del 2013 donde la diferencia entre
Capriles y Maduro fue muy estrecha.
Yo creo que en líneas generales
el venezolano entiende que el CNE no es un árbitro imparcial pero le choca que
un vocero de un partido político salga a decir lo contrario, porque ello sería
una mala estrategia electoral, decirle a la gente lo contrario de lo que ocurre
o lo que piensa. Pero desde el punto de vista técnico, aunque hay diferencias
en el tema de las huellas por ejemplo, la base de datos de las huellas o el uso
de dispositivos biométricos o que se pueda ver en tiempo real quien está yendo
a votar y quien no lo hace. Aunque está claro que es posible ver esto a tiempo
real pero no por quien se está votando, estos elementos siguen en discusión con
el CNE, pero a diferencia de años anteriores ahora se está haciendo ante los
ojos de la opinión pública.
CONFIANZA Y DESCONFIANZA
Con todo ello llama la atención que todas las encuestas sin tomar en
cuenta sus tendencias políticas, indican que más de un 80% de los venezolanos
ira a votar.
Si, podría resultar paradójico
que aunque ha aumentado la desconfianza en el ente electoral, sin embargo ha
aumentado la intención de votos. El venezolano pareciera que ha interiorizado
que el voto es la forma de resolver los conflictos políticos, y que está
dispuesto a votar a pesar del CNE. De hecho no es la primera vez que los
venezolanos tienen una percepción negativa del ente electoral. En 1998 el
entonces Consejo Supremo Electoral tenía los mismos márgenes de credibilidad
que el actual CNE, se puede decir entonces que es un tema cíclico y que el
elector venezolano ha aprendido a lidiar políticamente y no por eso ha dejado
de votar.
Muchos analistas, incluso voceros de la oposición en sus opiniones le
confieren a las elecciones de 6 de diciembre un alcance mayor del que realmente
tienen.
Es bueno recalcar que el 6 de
diciembre se va a escoger la Asamblea Nacional, que no se va a escoger un nuevo
Presidente, que no se van a escoger gobernadores ni alcaldes. Hay tres niveles
en que se podría ver la victoria el 6 de diciembre: con la mayoría simple, tres
quintas partes y dos terceras partes de la Asamblea Nacional. Con la mayoría
simple que son 84 diputados se podrían tomar algunas decisiones parlamentarias
y aprobar leyes que no sean orgánicas; con las tres quintas partes, que son 101
diputados, se podría darle o negarle poderes habilitantes al Presidente; y con
las dos terceras partes que son 112 diputados, se podría nombrar a los miembros
del CNE por ejemplo. Ahora más allá de eso, la AN tiene muy poco poder para
cambiar el devenir del país, es decir el 6 de diciembre independientemente de
su resultados no se va a arreglar milagrosamente el país, ni tampoco este se va
a acabar. Podría ser un primer paso para que el bloque político que tenga mayoría
de diputados, pueda afinar con mayor fuerza su estrategia para el 2016.
Sin embargo algunos sectores de MUD sugieren que una victoria el 6 de
diciembre podría ser el primer paso para iniciativas que llevaran a la
sustitución del gobierno.
Si, esto puede ser, pero depende
del tipo de resultado. Por ejemplo para cambiar el entramado legal que son las
Leyes Orgánicas se necesita las dos terceras partes de la Asamblea Nacional que
son 112 diputados, en cambio con la mayoría simple que son 84 diputados, que es
a lo que la oposición estaría apuntando en estas elecciones, no puedes hacerlo.
Lo que pueda hacer la oposición o el chavismo va a depender mucho de la
cantidad de diputados que se tengan, y esta cantidad dependerá de lo que ocurra
en las circunscripciones de votación, porque repito, no se trata de una
elección, son 114 y 87 por circunscripciones, y allí está la clave del proceso
del 6 de diciembre.
Pero por supuesto, una mayoría en la Asamblea abre el espacio para
iniciativas políticas, tanto del oficialismo como de la oposición.
Por supuesto, en el caso del
chavismo por ejemplo, daría margen para “acelerar la revolución” y en el caso
de la oposición, tomar las vías del referéndum revocatorio o de la Asamblea
Constituyente. En función de los resultados del 6D, una de las dos corrientes
va a salir mejor parada y va a entrar en el 2016 con posibilidades de
desarrollar sus estrategias.
LA UNIDAD
Ante la presentación de los candidatos del oficialismo, se hablaba
mucho de que habría disidencias importantes, hubo algunas pero no de la
magnitud que se pensaba. Y en lado de la MUD han surgido candidaturas de
partidos opositores con tarjeta propia como el MAS, Causa R y el MIN.
Si, el presidente Maduro cuando
presentó los candidatos del oficialismo brindó muy bien una imagen de unidad
del Gran Polo Patriótico. Salvo el Partido Comunista, el resto de los aliados
de PSUV quedaron en puestos secundarios destacados para la AN. Dentro de la
oferta chavista se podría decir que Maduro tiene 15 diputados de su corriente
que buscan la reelección, hay 5 diputados de la corriente de Diosdado Cabello,
hay 7 candidatos que dejan ministerios que por lógica se inclinan hacia Maduro
y tienes incluso a Cilia Flores en la lista de Cojedes. Así que en líneas
generales, el madurismo está muy bien posicionado en las planchas y en ello
podría reflejarse que después del 6 de diciembre Maduro tenga muchísimo más
apoyo en la Asamblea que lo que ha tenido en otros años. Ahora si el resultados
es desfavorable para el chavismo la opinión publica va a culpar de ese
resultado al Presidente de la República y éste llegaría al 2016 mucho más
inestable que en el 2013 y 2014.
Y en el caso de MUD, el caso de la tarjeta única y la aparición de la
llamada “tercera vía”. ¿Cómo podría reflejarse en las elecciones de diciembre?
El sistema electoral venezolano
obliga a los sectores políticos a que se agrupen y vayan en bloques, ya que éste
juega en contra de la disidencia. Bajo mi percepción la MUD se sigue
manteniendo unida más por un sistema que los obliga que por la convicción
unitaria de los partidos que la integran. Tal vez lo sano de la tarjeta única
es que evita que un partido pueda atribuirse que le haya dado más voto a la
alianza que otro, de ser lo contrario comenzaría la enfermiza pelea por el
poder dependiendo de la cantidad de votos que se obtuvieron por partido. Ello
juega a favor de la MUD, aunque desde mi perspectiva la alianza no se ve unida
por convicción sino por el propio sistema electoral.
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