ANÁLISIS
NO ALINEADOS: DE BANDUNG A MARGARITA
En Belgrado, Yugoslavia, en septiembre
de 1961 se realizó formalmente la primera Cumbre del Movimiento de Países No Alineados
(MNOAL) con la asistencia de veintiocho naciones, veinticinco como miembros
fundadores y tres como observadores teniendo como anfitrión al Mariscal Josip
Broz, “Tito” el mandatario yugoslavo que
si bien su país integraba el bloque comunista eran conocidas sus diferencias
con las líneas impuestas por Moscú. Dos invitados especiales dieron relieve al
encuentro: Jawaharlal Nehru, primer
Ministro de la India después de la Independencia y Gamal Abdel Nasser, el
gobernante egipcio impulsor del
panarabismo y del socialismo árabe.
Un año antes una reunión celebrada
en El Cairo había definido las coordenadas de la nueva organización que emergía
para cumplir un papel activo y relevante en la política mundial de un grupo de
países militarmente débiles y económicamente subdesarrollados, en el marco
bipolar de la “Guerra Fría”. Ya entonces existían dos antecedentes
significativos: El Congreso de los Pueblos Oprimidos en Bruselas en 1927, con
la presencia de líderes asiáticos, africanos, latinoamericanos y conocidos
intelectuales europeos y luego la
Conferencia de Colombo (Sri Lanka) en 1954 auspiciada por los países asiáticos en plena Guerra
de Indochina.
Sin embargo, la referencia más
cercana y fundamental fue la Conferencia Afroasiática de Bandung (Indonesia) en
abril de 1955, que juntó veintinueve jefes de Estado para estudiar los
problemas mundiales y definir un camino común hacia la coexistencia pacífica.
El anfitrión, Achmed Sukarno, para el momento se consideraba uno de los
principales líderes de la lucha antiimperialista. Los llamados “Diez principios
de Bandung” habrían de ser adoptados
como la verdadera filosofía del movimiento que nacía con objetivos parecidos en
la capital egipcia.
La Descolonización de África que
cobraba impulso a partir de los años
sesenta habría de ser uno de los factores
esenciales en la lucha del MNOAL que se encontraría
posteriormente en 1964 nuevamente en El Cairo
y luego 1970 en Lusaka (Zambia) con una participación que subió a cincuenta y
cuatro países miembros, ocho observadores y representantes de los movimientos
de liberación de varios territorios todavía en lucha contra el colonialismo. En
1973, la conferencia se realiza en Argel ya con setenta y cinco miembros, siete
observadores y doce representantes de los movimientos anticolonialistas, en la cual se debaten y se fijan posiciones frente al
sionismo, el apartheid, los restos del colonialismo aun vigente y se formula
además una declaración de carácter económico ante la crisis petrolera desatada
por el conflicto árabe- israeli.
En la Habana en 1979, se realizó la sexta cumbre, la cual habría
de marcar un nuevo rumbo en la organización, dado que algunos de sus miembros cuestionaron
la sede toda vez que el gobierno de Fidel Castro, a diferencia de lo ocurrido
años antes con el Mariscal “Tito” y su relación con el Kremlin, el régimen cubano jugaba entonces
un papel militante al lado del Bloque Soviético. No obstante, habría que tomar
en cuenta que desde la instalación del gobierno fidelista en 1959 (antes de su
adhesión a la Unión Soviética en la “crisis de los misiles” en 1962), mantenía
estrechas relaciones y coincidencias con la causa de la descolonización en
territorio africano como el apoyo ofrecido
a la revolución argelina y la incursión del “Che” Guevara en El Congo y que
además, la mayoría de los movimientos subversivos latinoamericanos que recibían su ayuda no
giraban en la órbita soviética sino que levantaban
las tesis del “Tercer Mundo” por la liberación nacional.
La desaparición de la “Guerra Fría”
a comienzos de los noventa implicó un notable cambio para el MNOAL que bajó su
presencia internacional y hubo de privilegiar temas ya no necesariamente
políticos, sino mas bien relacionados con una nueva problemática económica, social
y ambiental; y la configuración de un cuadro geopolítico multipolar, agravado
posteriormente con el replanteamiento de la guerra terrorista.
En 1974, Colombia participó como observador durante el gobierno de
Belisario Betancur y luego en 1983, en la VII Cumbre en Nueva Delhi, fue
aceptado su pleno ingreso y ya 1995 se realizó en Cartagena de Indias la XI Cumbre bajo la
presidencia de Ernesto Samper. Venezuela desde 1989, en la Cumbre de Belgrado
durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez formalizó su incorporación
pese a que sus gobiernos en política exterior habían coincidió con la posturas
esenciales del movimiento.
Reuniones del MNOAL se realizaron
posteriormente en: Baghdad (Irak), Nueva Delhi (India), Harare (Zimbabwe),
Yakarta (Indonesia), en Durban (Sudáfrica), Kuala Lumpur (Malasia), nuevamente
en La Habana en el 2006 y Sharm el Sheikh (Egipto), en Teherán y en el 2014
nuevamente en Argel. Donde se aprobó a Nueva Esparta, Venezuela como la sede de la XX Cumbre, a la cual asistirán ciento veinte países
miembro lo que supone casi dos tercios de los miembros de la Naciones Unidad,
además de observadores y donde el mandatario
Nicolás Maduro asumirá la presidencia del movimiento hasta la Cumbre del
2019.
¿ÉXITO POLÍTICO?
Es evidente que el MNOAL, ya no
tiene el peso especifico de los años de la “Guerra Fría” y que muchos de sus
miembros representan gobiernos que ahora apuestan a la democracia representativa y que se han
incorporado en el plano económico a los acuerdos de libre comercio o procesos de
integración en los cuales conviven en tratados como la Alianza del Pacifico y
otros similares con países capitalistas.
La agenda ahora privilegia nuevos
temas y en esta ocasión deberá abordar
la emergencia terrorista ya no sólo en el Medio Oriente sino también en Europa, así como los retos que imponen a sus miembros los
cambios generados por la revolución tecnológica mundial. No obstante, sigue siendo una instancia que por la
cantidad y composición política de sus miembros, tiene una incuestionable
importancia en la diplomacia mundial. Seguramente las tensiones políticas que
vive Venezuela le restarán el impacto nacional que el evento suele tener en
otras oportunidades, pero sin duda su realización representa un logro incuestionable
para la gestión diplomática venezolana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario