martes, 2 de mayo de 2017

ANÁLISIS


OEA: MARCHAS Y CONTRAMARCHAS


Un día como hoy 30 de abril de 1948, nace 69 años en una fría y contaminada mañana de Bogotá la Organización de Estados Americanos (OEA) con la asistencia del Secretario de Estado norteamericano John Marshall. La representación venezolana fue encabezada por Rómulo Betancourt quien había entregado la presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno meses antes a Rómulo Gallegos. Comenzaba la “Guerra Fría” y Estados Unidos impulsaba la estrategia de “contención del comunismo”.  Betancourt en su discurso alentó la iniciativa pero advirtió el riesgo de que al calor de esta política cobraran fuerzas de nuevo las tradicionales dictaduras militares.
A los pocos meses fue derrotado Gallegos por un golpe de estado que abrió paso a gobiernos antidemocráticos y posteriormente en 1953 a la dictadura de Pérez Jiménez. La OEA, por su propia naturaleza compuesta por los estados habría de reflejar los cambios pendulares que suelen registrarse con el tiempo en América Latina. La segunda reunión fue en Caracas en marzo de 1954 durante el régimen perezjimenista, y a ella asistió el Secretario de Estado Foster Dulles. El objetivo principal del encuentro fue la aprobación de una resolución contra el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala que, según Washington habría emprendido una serie de reformas que consideraba favorables a la expansión del “modelo comunista”.
La resolución autorizaba de hecho, la intervención militar en territorio guatemalteco que a los días se inició desde Honduras para derrocar a Arbenz y colocar en el poder al coronel Castillo Armas. Pérez Jiménez recibió entonces la “Legión de Honor en el Máximo Grado de Comandante en Jefe” (la más alta condecoración que otorga la Casa Blanca). Era entonces el reinado de la llamada por Betancourt “Internacional de las Espadas”. A partir de los años sesenta con el discreto renacer de los gobiernos democráticos en el continente entre ellos el retorno de la democracia en Venezuela y la elección precisamente de Rómulo Betancourt y en Estados Unidos de John Kennedy se registraba un importante cambio en las relaciones hemisféricas. En paralelo se registraba el triunfo de la “Revolución Cubana” de Fidel Castro que apuntaba desde un comienzo al enfrentamiento con Estados Unidos y como derivación la cercanía con el “bloque comunista”. Cobró fuerzas la llamada “Doctrina Betancourt” (que reeditaba la Doctrina de la Legitimidad Constitucional del canciller ecuatoriano Carlos G Tovar de 1907) y según la cual no podrían reconocerse gobiernos que no fueran productos de la voluntad popular, la cual cambió el rumbo de la composición y las decisiones del organismo. En la VI Conferencia en San José de Costa Rica en agosto de 1960, Venezuela acusó al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo como responsable del atentado contra Betancourt el 24 de junio de ese mismo año y por primera vez se aplicó el “Tratado Interamericano de Reciprocidad” que estableció sanciones económicas y el bloqueo diplomático de República Dominicana.  
En 1962 por iniciativa también de Venezuela alegando la “incursión castrista” en territorio venezolano se aprobó la exclusión de Cuba del organismo. La OEA habría de mantenerse desde entonces como la máxima instancia diplomática continental poniendo énfasis en el respeto a los valores de la democracia; aunque en los años setenta emergieran las dictaduras militares del Cono Sur y sobrevivieran cada vez más desgastadas las viejas tiranías centroamericanas. En aquel tiempo Juan Domingo Perón al retornar a la Argentina definió la organización como un “escenario de democracias pentagonianas” porque por razones obvias en ella ejerce un mayor peso la diplomacia de Estados Unidos.
El 11 de septiembre de 2001 se aprobó en Lima la “Carta Interamericana Democrática” que establece que los gobiernos no solo son legítimos por su origen obra del voto sino por su desempeño. Un año después el instrumento fue invocado durante el abandono del poder de Hugo Chávez en 2002 pero desechada una vez que éste regresara a la Presidencia. Sin embargo, meses después sin haberse invocado la declaración el secretario general de la organización Cesar Gaviria presidió en Caracas una mesa de negociaciones y de acuerdos entre la oposición venezolana que condujo al Referéndum Revocatorio Presidencial del 2004 cuyo resultado ratificó la legitimidad del mandatario.
Desde hace unos meses el tema venezolano y la posibilidad de invocar la CID se ha discutido en el seno del organismo impulsada por la oposición nacional con el abierto apoyo del secretario general Luis Almagro generando un clima de tensión que condujo después de la reunión del 25 de abril de este año a que el gobierno de Nicolás Maduro anunciara que comenzaba el proceso del retiro del país (el primero que se produciría a lo largo de casi siete décadas del organismo); una decisión que ha generado polémica en América Latina hasta el punto de que el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump afirmara “Venezuela es un desastre; veremos que ocurre; estoy muy triste por lo que ha pasado”.   
¿Se consumará el retiro después de los dos años que establecen los reglamentos correspondientes? ¿Tendrá éxito la gestión anunciada por otras naciones miembros para evitar la separación de un país que ha tenido históricamente una activa presencia en la instancia? Para el ex canciller y ex embajador en la OEA Roy Chaderton: “Al dejar el organismo velamos por nuestros propios intereses, por supuesto tomando en cuenta siempre los intereses de nuestros aliados, pero no tenemos que librar una batalla en contra de los intereses del imperio que es el gran hegemòn en el organismo; hemos seguido la evolución de los acontecimientos y creemos que llegó la hora ante el desastre creciente que significa una OEA vasalla”. Por otra parte el internacionalista Eloy Torres Román señala: “la decisión de Maduro violenta una vez más el marco institucional del país, porque se trata de una organización de estados y no de gobiernos por lo cual se requiere de la aprobación de los otros poderes que dan fisionomía al Estado”. El especialista sostiene que “la propia organización deberá actuar con los medios diplomáticos para convencer al gobierno venezolano a colocarse en la senda de la racionalidad”. Venezuela nuevamente asume protagonismo en la  organización que nació hace hoy 69 años en una semana bogotana poblada de escombros y cenizas por el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y pavoroso incendio del “Bogotazo”. 


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