Análisis:
LOS PROVECHOSOS 95
AÑOS DE “SANTOS YORME”
Solía recordar que a los 14 años en 1936 a la muerte de Gómez, se sumergió en la aventura política y
el periodismo, siendo impactado por un mitin celebrado en el “Circo Metropolitano”,
una de las primeras reuniones realizadas en aquellos tormentosos días y en el
cual hablaron 27 oradores, entre ellos Rómulo Betancourt, Miguel Otero Silva,
Carlos Irazábal, Miguel Acosta Saignes, Rodolfo Quintero, Inocente Palacios y
Francisco Olivo. Sin pensarlo mucho se inscribió en La Federación de
Estudiantes de Venezuela y junto a Enrique Tejeras Paris vendieron el periódico
“La Voz del Estudiante” como entusiastas pregoneros en las calles
caraqueñas.
Luego se inscribe en
el PDN el partido que agrupaba a los dirigentes de izquierda de todos los
matices y que al tiempo marcaría el deslinde entre los militantes de
inclinación comunista y aquellos que abogaban por una revolución democrática y
nacionalista pero sin ataduras foráneas, consecuentes con las reflexiones en
boga del peruano José Carlos Mariátegui. Al tiempo conoce la “Cárcel del
Obispó” durante dieciocho meses antes de ser confinado durante seis a Puerto
Páez (Apure) donde se compromete con la militancia marxista en sus dos clásicas
enseñanzas: la disciplina de acero y la indisoluble vinculación entre el
partido y la prensa, era ya un “publicista” en la acepción leninista del periodismo.
Al regreso milita en Unión Popular y en Unión Municipal como secretario
político de la parroquia San Juan. Toma apuntes, edita publicaciones mimeografiadas,
participa en actividades culturales y tiene tiempo para servir de second al famoso campeón peso pluma
Oscar Calles en memorables peleas en el “Nuevo Circo” y algunas veces asiste a
las veladas bailables con las orquestas de Rafael Minaya y Luis Alfonzo
Larraín, “ porque el político debe mantener una relación directa con la vida
cotidiana”; a la vez que profundiza en lo que habrían de ser los temas de mayor
interés a lo largo de su carrera: la economía (petróleo), la reforma agraria,
los problemas de la comunidades y un concepto participativo y social de la democracia.
LEGALIDAD Y
CLANDESTINIDAD
En 1945 a la caída de Medina y con la Junta Revolucionaria
del Gobierno presidida por Betancourt se abre un trienio de intensa
participación política y se incorpora plenamente ya a tareas de dirección en el
Partido Comunista de Venezuela recién legalizado, y por supuesto sin abandonar
su habitual ejercicio como periodista y editor encuentra un destacado lugar con
la fundación de “Tribuna Popular” dirigida por Gustavo Machado. Recordaba que
un día se acercó al periódico un joven que quería ser reportero deportivo y él a
cambio le entregó un libro de marxismo: “el pichón” de periodista se llamaba
Teodoro Petkoff. El PCV fue ilegalizado a raíz de la huelga petrolera en 1950 y
enfrentó de nuevo la clandestinidad durante días de persecuciones, cárceles,
torturas y exilios cuando la dictadura parecía fortalecerse y la resistencia carecía
entonces de una estrategia que estimulara la esperanza en la victoria. A los meses el nombre de “Santos Yorme” se
convirtió en un misterio y una obsesión para la Seguridad Nacional y para su
jefe Pedro Estrada; porque sin duda se
trataba del seudónimo de un activista antidictatorial pero pasaban los meses y
los implacables esbirros no daban con la presa; mientras tanto por las calles
de El Paraíso un inquieto personaje repartía las precarias hojas del diario
clandestino “Tribuna Popular”.
El 23 de enero de
1958 a la caída de Pérez Jiménez “Santos
Yorme” regresa a su verdadera identidad: Pompeyo Márquez, y a lo largo de los
últimos sesenta años estaría vinculado a importantes episodios de la lucha
política; perteneció a los más altos niveles del Partido Comunista; se mantuvo
como habitual columnista de la prensa en
el tratamiento de los grandes temas nacionales e internacionales; y se comprometió, pese a tener dudas sobre su
viabilidad, en la lucha armada encabezada por el PCV y el MIR durante el
gobierno de Betancourt. Detenido permanece varios años en el “Cuartel San
Carlos” y en 1967 junto a Guillermo García Ponce y Teodoro Petkoff protagoniza
una espectacular fuga del penal. Sus artículos con el seudónimo de Carlos
Valencia que aparecieron en fugaces publicaciones de la izquierda fueron definiendo
la línea de “la paz democrática” que provocó finalmente la ruptura con el
sector guerrillero encabezado por Douglas Bravo y facilitó el regreso del
partido a la lucha institucional.
EL NUEVO SOCIALISMO
En 1971 aparece como fundador
del Movimiento al Socialismo (MAS) junto a Teodoro Petkoff y otros dirigentes
que se proponen la revisión de las coordenadas del “socialismo real” en la
línea del “eurocomunismo”, en un proyecto que más que la clásica organización
partidista se convertía en un detonante cultural
y social en los años setenta. Es de nuevo senador, funda el diario “Punto” con
el aporte de Gabriel García Márquez quien dona la cantidad obtenida con el “Premio
Internacional de Novela” Rómulo Gallegos con “Cien Años de Soledad” y participa
en los más importantes debates del Congreso Nacional, ejerciendo siempre la
presidencia del partido hasta 1993 cuando, mediante el apoyo del MAS a Rafael
Caldera, es nombrado en el gobierno de éste como Ministro de Estado para las Fronteras
desarrollando una reconocida labor en el tratamiento de la problemática
limítrofe.
En los últimos años,
pese a la edad, no deja de participar en ninguna iniciativa unitaria de la oposición, enfrentado siempre
desde la prensa el proyecto bolivariano de Hugo Chávez por considerar que no
era en esencia un planteamiento transformador si no que reproducía el
comportamiento de los viejos autoritarismo. En una de su últimas entrevistas a
la periodista Macky Arenas, expresó sobre el futuro del país: “retornar a la
democracia se convierte en el objetivo central de esta hora, sin importar si se
es más o menos radical, uno tiene que tener la sensatez de estar claro en torno
al momento que se está viviendo”. En la madrugada de éste miércoles 21, se
anunció el fallecimiento a los 95 de Pompeyo Márquez, el legendario “Santos
Yorme”. Tres días antes había aparecido su última columna en la prensa.
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