lunes, 26 de junio de 2017

Análisis:
LOS PROVECHOSOS 95 AÑOS DE “SANTOS YORME”

Solía recordar que a los 14 años en 1936 a la muerte de  Gómez, se sumergió en la aventura política y el periodismo, siendo impactado por un mitin celebrado en el “Circo Metropolitano”, una de las primeras reuniones realizadas en aquellos tormentosos días y en el cual hablaron 27 oradores, entre ellos Rómulo Betancourt, Miguel Otero Silva, Carlos Irazábal, Miguel Acosta Saignes, Rodolfo Quintero, Inocente Palacios y Francisco Olivo. Sin pensarlo mucho se inscribió en La Federación de Estudiantes de Venezuela y junto a Enrique Tejeras Paris vendieron el  periódico  “La Voz del Estudiante” como entusiastas pregoneros en las calles caraqueñas.

 Luego se inscribe en el PDN el partido que agrupaba a los dirigentes de izquierda de todos los matices y que al tiempo marcaría el deslinde entre los militantes de inclinación comunista y aquellos que abogaban por una revolución democrática y nacionalista pero sin ataduras foráneas, consecuentes con las reflexiones en boga del peruano José Carlos Mariátegui. Al tiempo conoce la “Cárcel del Obispó” durante dieciocho meses antes de ser confinado durante seis a Puerto Páez (Apure) donde se compromete con la militancia marxista en sus dos clásicas enseñanzas: la disciplina de acero y la indisoluble vinculación entre el partido y la prensa, era ya un “publicista” en la acepción leninista del periodismo. Al regreso milita en Unión Popular y en Unión Municipal como secretario político de la parroquia San Juan. Toma apuntes, edita publicaciones mimeografiadas, participa en actividades culturales y tiene tiempo para servir de second al famoso campeón peso pluma Oscar Calles en memorables peleas en el “Nuevo Circo” y algunas veces asiste a las veladas bailables con las orquestas de Rafael Minaya y Luis Alfonzo Larraín, “ porque el político debe mantener una relación directa con la vida cotidiana”; a la vez que profundiza en lo que habrían de ser los temas de mayor interés a lo largo de su carrera: la economía (petróleo), la reforma agraria, los problemas de la comunidades y un concepto participativo y social de la democracia.

LEGALIDAD Y CLANDESTINIDAD

En 1945 a la caída de Medina y con la Junta Revolucionaria del Gobierno presidida por Betancourt se abre un trienio de intensa participación política y se incorpora plenamente ya a tareas de dirección en el Partido Comunista de Venezuela recién legalizado, y por supuesto sin abandonar su habitual ejercicio como periodista y editor encuentra un destacado lugar con la fundación de “Tribuna Popular” dirigida por Gustavo Machado. Recordaba que un día se acercó al periódico un joven que quería ser reportero deportivo y él a cambio le entregó un libro de marxismo: “el pichón” de periodista se llamaba Teodoro Petkoff. El PCV fue ilegalizado a raíz de la huelga petrolera en 1950 y enfrentó de nuevo la clandestinidad durante días de persecuciones, cárceles, torturas y exilios cuando la dictadura parecía fortalecerse y la resistencia carecía entonces de una estrategia que estimulara la esperanza en la victoria.  A los meses el nombre de “Santos Yorme” se convirtió en un misterio y una obsesión para la Seguridad Nacional y para su jefe Pedro Estrada;  porque sin duda se trataba del seudónimo de un activista antidictatorial pero pasaban los meses y los implacables esbirros no daban con la presa; mientras tanto por las calles de El Paraíso un inquieto personaje repartía las precarias hojas del diario clandestino “Tribuna Popular”.

 El 23 de enero de 1958 a la caída de Pérez Jiménez  “Santos Yorme” regresa a su verdadera identidad: Pompeyo Márquez, y a lo largo de los últimos sesenta años estaría vinculado a importantes episodios de la lucha política; perteneció a los más altos niveles del Partido Comunista; se mantuvo como habitual columnista de  la prensa en el tratamiento de los grandes temas nacionales e internacionales;  y se comprometió, pese a tener dudas sobre su viabilidad, en la lucha armada encabezada por el PCV y el MIR durante el gobierno de Betancourt. Detenido permanece varios años en el “Cuartel San Carlos” y en 1967 junto a Guillermo García Ponce y Teodoro Petkoff protagoniza una espectacular fuga del penal. Sus artículos con el seudónimo de Carlos Valencia que aparecieron en fugaces publicaciones de la izquierda fueron definiendo la línea de “la paz democrática” que provocó finalmente la ruptura con el sector guerrillero encabezado por Douglas Bravo y facilitó el regreso del partido a la lucha institucional.

EL NUEVO SOCIALISMO

 En 1971 aparece como fundador del Movimiento al Socialismo (MAS) junto a Teodoro Petkoff y otros dirigentes que se proponen la revisión de las coordenadas del “socialismo real” en la línea del “eurocomunismo”, en un proyecto que más que la clásica organización partidista se convertía en un  detonante cultural y social en los años setenta. Es de nuevo senador, funda el diario “Punto” con el aporte de Gabriel García Márquez quien dona la cantidad obtenida con el “Premio Internacional de Novela” Rómulo Gallegos con “Cien Años de Soledad” y participa en los más importantes debates del Congreso Nacional, ejerciendo siempre la presidencia del partido hasta 1993 cuando, mediante el apoyo del MAS a Rafael Caldera, es nombrado en el gobierno de éste como Ministro de Estado para las Fronteras desarrollando una reconocida labor en el tratamiento de la problemática limítrofe.  


 En los últimos años, pese a la edad, no deja de participar en ninguna iniciativa  unitaria de la oposición, enfrentado siempre desde la prensa el proyecto bolivariano de Hugo Chávez por considerar que no era en esencia un planteamiento transformador si no que reproducía el comportamiento de los viejos autoritarismo. En una de su últimas entrevistas a la periodista Macky Arenas, expresó sobre el futuro del país: “retornar a la democracia se convierte en el objetivo central de esta hora, sin importar si se es más o menos radical, uno tiene que tener la sensatez de estar claro en torno al momento que se está viviendo”. En la madrugada de éste miércoles 21, se anunció el fallecimiento a los 95 de Pompeyo Márquez, el legendario “Santos Yorme”. Tres días antes había aparecido su última columna en la prensa.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario