viernes, 23 de junio de 2017


CRÓNICA:  "EL ÚLTIMO TANGO DE  GARDEL"

Deloffre parece inquieto, Mediasuela hace flexiones en la puerta de “La Suiza” y del fondo de la sala se deslizan sones, boleros y de vez en cuando un pasodoble. Bisoña con la trompeta deja sus pulmones en los sostenidos del “Manisero”. A los minutos enfrente se estaciona un packar negro y Deloffre abre la puerta del auto y da la mano al invitado, un hombre de regular estatura, de piel mestiza, con una ancha sonrisa empotrada a la cara, vestido con un traje de casimir marrón de leves rayas blancas, corbata de seda y un sombrero en la mano. El invitado entra y saluda con un gesto afirmativo de la cabeza. En una larga mesa adornada con flores y candelabros es recibido con saludos y abrazos. En el escenario Graciela canta “Vereda Tropical”. Hay aplausos, se baila, el bullicio cubre el ambiente con decenas de copas de champaña en alto. Con discreción el invitado se levanta y se dirige a una mesa cercana, saluda cortésmente y tiende la mano a una joven de ojos negros, caballera atractiva y que sonríe con cierta timidez. El invitado y la joven caminan hacia la pista y el bandoneón sacude “La cumparsita”. El invitado da pasos seguros, hace giros bruscos, se mueve con serena soltura, deja a la pareja y parece un enfurecido acróbata, mientras la joven se acopla cada vez mejor al ritmo y los movimientos. El ruido aturde la sala, con aplausos y más música. En el bar Deloffre observa jubiloso. Pedro Juan, un sanjuanero que cuenta con gracia la chismografía de la ciudad, ahora se quita el sombrero, sonríe y me dice: “te lo aseguro hermano, Gardel bailó su último tango en Caracas”.


Carlos Gardel murió en un accidente aéreo en Medellín el 24 de junio de 1935 

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