ANÁLISIS
"EL CASO VENEZUELA”: ¿SE ABRE EL CAMINO DEL
DIÁLOGO?
La
confrontación política nacional se
orienta en direcciones que finalmente podrían conducir a un dialogo o
aproximación de posiciones en función de la convivencia entre el gobierno y la
oposición. En las últimas semanas tres escenarios se han conformado y que
apuntan en la misma dirección.
Constituyente: El presidente Nicolás
Maduro anunció el 1 de mayo la
convocatoria a un proceso constituyente con el argumento de que una vez
fracasados los recientes intentos de
diálogo resultaría pertinente remitir la confrontación a una Constituyente, que
en definitiva, es el mecanismo constitucional que apela al poder originario. El
sorpresivo anuncio era lógico que despertara el rechazo inicial de la Mesa de
la Unidad Democrática (MUD), comprometida ya con una política de calle que ha
representado durante más de dos meses acciones de protesta con desenlace de
decenas de muertos, heridos, detenidos y cuantiosos daños materiales en el
territorio nacional. Un grupo de calificados juristas rechazo la convocatoria sobre la base en que ella
debería ser sometida previamente a un referéndum consultivo de acuerdo al
antecedente de la AN de 1999 que aprobó la constitución vigente. Un
señalamiento que contó con el apoyo de las fuerzas opositoras e incluso de la Fiscal General de la
República Luisa Ortegas Díaz y de calificados voceros del oficialismo, y por
supuesto del llamado “chavismo disidente“.
Una
comisión especial presidida por el ministro Elías Jaua, realizó durante tres
semanas un ciclo de consultas con diferentes sectores y culminó su tarea declarando que más allá de la
decisiones contrarias de la MUD, Fedecámaras y la Conferencia Episcopal el
planteamiento había recibido un importante respaldo entre actores distinto a
los partidos comprometido en la conflictividad que afecta al país; en paralelo
en Consejo Nacional Electoral (CNE) activó el mecanismo para el mes de julio y
la realización de elecciones de gobernadores para el 10 de diciembre, y abrió
la inscripción de aspirantes a constituyentes mientras que el Tribunal Supremo de Justicia(TSJ), en su Sala Constitucional daba a conocer la sentencia 378 que establece “no es necesario un referéndum
previo para la consulta electoral propuesta por el Presidente de la República”.
El viernes dos de junio la rectora del CNE Sandra Oblitas anunció que se
evaluaba “una gran participación de las personas con deseo de postularse en
todo el país “, y el mismo día la Fiscal Ortega Díaz recurrió entre la sala
correspondiente para solicitar una interpretación de la decisión por
considerarla “regresiva y violatoria de
los derechos humanos”. El Presidente Maduro, por su parte, indico que de todas
maneras lo aprobado por la Asamblea sería
sometido a un referéndum aprobatorio, disipando el temor de que se tratase de aprobar un instrumento al margen de la
voluntad popular.
¿Culminará
el proceso en marcha en julio con la elección de los miembros de la nueva ANC, o
éste pudiese ser interrumpido de convocarse a un nuevo diálogo ya sobre bases
más confiables y seguras entre el gobierno y la oposición con mediación
internacional y que apuntara ciertamente hacia un mínimo acuerdo en función de
la paz?. Algunos analistas consideran que la propuesta presidencial y su
activación seria una manera de tener en la mano una fuerte herramienta de
negociación, ya que no aparece
políticamente viable que una Asamblea, sin el apoyo de los principales actores políticos
sociales y económicos, pueda convertir en constitucionales los contenidos del
llamado “Plan de la Patria” (tal como lo han planteado voceros oficialista),
que ya fueron rechazados en la derrotada reforma de Chávez del 2007 y que ahora,
dado el desgaste en la popularidad y apoyo del gobierno demostrado con el
resultado de la elecciones parlamentarias del 2015 y la tendencia sostenida de
las encuestas, ésta pudiera imponerse en un votación abierta, sin que ello no contribuya a profundizar aun
más la violencia y los enfrentamientos .
Presión
Internacional:
El 31 de mayo la Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió la reunión
de Consulta de Cancilleres sobre la situación de Venezuela en la cual se esperaba una declaración crítica demandando incluso el cese de la convocatoria
constituyente y contando para ello con el número de votos requerido para sumar la mayoría. Como se sabe, la instancia
se ha convertido en los últimos meses en un escenario de discusión de los
acontecimientos nacionales, gracias a la polémica participación de su secretario
general Luis Almagro y más aun después que el gobierno venezolano decidiera su
retiro de la organización (único caso desde su creación de 1948) por considerar
que ella ha desnaturalizado sus objetivos iníciales y se ha puesto al servicio
de una estrategia de Estados Unidos y varios país aliados para facilitar una
intervención foránea.
El
Jueves 1 de junio la canciller Delcy Rodríguez anunció la convocatoria “de inmediato” a los cinco países
que habrían aceptado ayudar en un proceso
de diálogo: Nicaragua, El Salvador, San Vicente y La Granadinas, República
Dominicana y Uruguay y que además había decidido concurrir a la nueva reunión
de la OEA entre el 19 y 21 de junio en Cancún (México). También durante la
semana el exjefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero (uno de los
exmandatarios mediadores en el frustrado dialogo del año pasado) sostuvo en Caracas
numerosas reuniones con el Presidente Maduro, dirigentes del PSUV y de la MUD,
para la aprobación de un documento mucho más concreto que los anteriores, que
garantizaría los resultados de nuevas conversaciones.
La Presión de
Calle:
Desde hace más de 80 días en el país se han registrado numerosas protestas
convocadas por la MUD por la plena
vigencia del orden constitucional, la celebración de elecciones de gobernadores
y alcaldes; la libertad de los presos políticos, y la ayuda humanitaria
internacional ante el grave desabastecimiento de alimentos y medicamentos. Si bien estas acciones se ha concebido como
protestas pacificas y civilizadas, en la práctica han devenido en una
prolongada batalla entre la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuerpos policiales locales,
grupos armados infiltrados y manifestantes con un saldo de hasta ahora de más
de 70 muertos, miles de detenidos y
daños materiales en edificios públicos y residenciales, establecimientos
comerciales e industrias y cierres recurrentes de vías y calles no sólo en las
tradicionales zonas opositoras del Este de Caracas sino incluso en remotos
lugares del interior del país.
Las
protestas en este caso se diferencian de años anteriores en que ya no se
limitan a los partidos que las promueven sino que se han extendido a sectores
sociales seriamente afectados por una dramática situación económica y ante la
cual no se perciben respuestas eficaces
ni viables sino mas bien el camino a su agravamiento.
De
la misma manera que la iniciativa de la ANC es una importante herramienta de negociación
en manos del gobierno la prolongación, perfectamente factible, de la llamada
“presión de la calle” por parte de la MUD supone también un instrumento
decisivo para obligar a conversaciones y
negociaciones. Por primera vez por encima de las peticiones e intereses puntuales
de los actores, existen elementos concretos y con incidencia directa en la
sociedad que podría facilitar finalmente la búsqueda de algún
entendimiento que abra paso a
perspectivas de paz en el futuro. Tendría vigencia entonces la vieja sentencia
militar: “hay que hacer la guerra para conquistar la paz”
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