viernes, 21 de julio de 2017

CRÓNICA:
HEMINGWAY EN CARACAS


Ernest Hemingway visita Caracas en enero de 1956 invitado por la Embajada de Estados Unidos y la Asociación de Escritores. A su llegada fue entrevistado por el periodista Carlos Dorante de El Nacional quien traza un perfil: “Hemingway parece un levantador de pesas, su andar de marinero, de atleta, su fortaleza que no cede a los 60 años que transita, llama forzosamente la atención en todas partes” No era extraño: la lucha libre era el espectáculo más popular de Caracas en esa época y algunos luchadores reconocidos como ídolos. Una dama elegante se le acercó en la librería “Suma” de Sabana Grande, lo miró fijamente y le preguntó: “perdóneme, ¡Se parece usted tanto a Ernest Hemingway! Y éste contestó ¿A quién?, bueno cualquiera que sea debe ser un pobre diablo si se parece a mí”. Cuenta Dorante que Hemingway como amante de los deportes y de la tauromaquia dijo admirar a Alfonso Carrasquel (entonces en el cénit de la Grandes Ligas) y  a César Girón “a quien aplaudí a rabiar en Sevilla”. Elusivo para opinar sobre temas literarios dijo que éste era un lujo en estos momentos. ¿Y de sus novelas?, pregunta el reportero: “Me gustan todos mis libros y para eso los firmé” ¿Cuándo volverá a publicar? “Publicaré mi próximo libro cuando vuelva a tener hambre”. Dorante remata ¿Admira algún escritor en especial? “Si, al que escribió La Biblia, parece que tenía talento, ¿verdad?” El 22 de julio de 1961 Hemingway se disparó a sí mismo con una escopeta en su rancho en Ketchum Idaho. Según su biografía, “se presume que una posible causa fue la enfermedad de alzheimer que le fue diagnosticada un poco antes, así como su marcado carácter depresivo y su alcoholismo”.

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