ANÁLISIS
REELECCIÓN, DIALOGO Y
VICTORIA
En los años noventa América Latina regresó de nuevo al
camino de la democracia después de un período de regímenes dictatoriales como las primitivas tiranías que vivió el Cono Sur,
conformando de esta manera el llamado “péndulo dictadura-democracia” que
caracteriza la historia del continente. Al mismo tiempo cobró fuerza la tendencia a la reelección
presidencial inmediata, además del mandato alterno consagrado en la mayoría de las
constituciones de la región Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador,
Evo Morales en Bolivia, Cristina kirchner en Argentina y Daniel Ortega en
Nicaragua gozaron del favor de la mayoría de sus electores en un proceso de
redemocratización, en la conocida como
la etapa del “posneoliberalismo”.
Otros países también tomaron el rumbo de la reelección como
los casos de Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos en Colombia; Michelle Bachelet y seguramente Sebastián
Piñera en Chile y de superarse un impase interno, Lula Da Silva en Brasil sin
contar con las frecuentes reelecciones ocurridas en Centroamérica y el
Caribe. Jóvito Villalba, en su tenaz
prédica a favor de la democracia venezolana sostenía que “la reelección es la
maldición histórica de América latina” (incluso en los años setenta llegó a
proponer una enmienda constitucional en este sentido) sustentado en la
experiencia histórica de la región; e incluso cuestionaba el mecanismo
reeleccionista venezolano establecido en la Constitución de 1961 que estableció
un paréntesis de diez años entre las elecciones presidenciales con un mismo
candidato. Años después las victorias de Carlos Andrés Pérez en 1988 y Rafael
Caldera en 1993 dejaron en claro grandes
diferencias entre sus primeros gobiernos
y sus segundos mandatos, cuyos balances contribuyeron en buena medida al
desplome del sistema bipartidista con el triunfo de Hugo Chávez en 1998.
Ahora mismo el tema de las reelecciones gravita en las
tensiones políticas que se viven en Ecuador, Bolivia y Honduras. A pocos meses
de entregar la presidencia Rafael Correa a su candidato victorioso Lenin Moreno
debió regresar a Quito para enfrentar decisiones del nuevo gobernante que
amenazan con dividir incluso su partido “Movimiento Alianza País”. Una de las razones
de la diferencia (en lo que la historia latinoamericana conoce como la clásica
“patada histórica”) es el tema de la
reelección. En su constitución del 2008 Correa estableció la reelección
inmediata y seguramente en previsión de nuevas intenciones presidenciales de
éste, Moreno ha propuesto un referéndum
urgente para anular la disposición constitucional ante lo cual Correa denuncia
un nuevo “golpe de Estado”.
Hace unos días en Bolivia el Tribunal Constitucional decidió
que era posible una nueva postulación de Evo Morales luego que esa previsión
fuera negada en un referéndum realizado en el 2016, lo cual lógicamente ha
tensado `posiciones entre los actores políticos, más aún cuando Morales ya
anunció su postulación para el 2019. La crispación política que se vive en
Honduras con los resultados de las elecciones presidenciales del pasado domingo
26 de noviembre entre el presidente Juan Orlando Hernández del Partido Nacional
y el aspirante Salvador Nasralla de la
“Alianza contra la dictadura” tiene que ver con el tema toda vez que Hernández
apostó a una nueva gestión por encima de disposiciones legales como una manera
de enfrentar al posible regreso al poder de una fuerza opositora, que si bien
encabeza el presentador televisivo Nasralla en el fondo seria la reconquista
del poder por Manuel Zelaya, el polémico presidente depuesto el 2009 y que dio
pie a un conflicto político y diplomático que amenaza con repetirse ahora con
elementos ya activos de violencia callejera.
Como si faltaran más elementos para agravar el llamado “Caso
Venezuela”, ya en la mira de la atención mundial, el vicepresidente Tareck el Aissami sin que
todavía sea tema en debate propuso esta semana la reelección del
presidente Nicolás Maduro para una
escogencia electoral con fecha aún impreciso pero que debería realizarse el 2018. Cada año que
pasa parecen confirmarse las esclarecedoras y sabías advertencias de Villalba, el constitucionalista, luchador democrático y
brillante tribuno margariteño.
SANTO DOMINGO
El encuentro entre la
oposición y el gobierno en República Dominicana tiene una enorme importancia
por cuanto refleja la decisión de ambas partes en abordar coincidencias
mínimas, lo cual no significa avanzar en acuerdos concretos a largo plazo. El
solo hecho de formalizar la reunión en un país amigo con cancilleres
acompañantes de México, Chile, Nicaragua, Paraguay San Vicente y Las Granadinas supone el
comienzo de un proceso que como se sabe registra avances y retrocesos y que
requiere de suficiente paciencia para superar resistencias y obstáculos. Sin embargo, la puesta en escena
de la reunión parecida a un “reality show” o a un programa de concursos televisivos
es contraria a la discreción y la prudencia propias e indispensables para este
tipo de encuentros, lo cual podría complicar eventuales coincidencias y
arreglos. Ojalá ello no ocurra.
EL 30 DE NOVIEMBRE
DEL 52
El viernes 30 de noviembre se conmemoraron 65 años de la
victoria de los candidatos de URD para
la Asamblea Nacional Constituyente convocada por la Junta de Gobierno de Suárez
Flamerich Pérez, Jiménez y Llovera Páez para darle piso constitucional al
derrocamiento de Gallegos el 24 de noviembre de 1948. Ni el más agudo analista
hubiera pronosticado una victoria en circunstancias tan adversas: sin libertad
de prensa, con partidos ilegalizados, con persecución de adversarios por una
policía sanguinaria, con cientos de exiliados y un régimen que gozaba de un
alto ingreso fiscal además del control de todos los espacios públicos. Sin
embargo ese día la mayoría del pueblo venezolano acudió a las urnas para
consolidar un triunfo que desenmascaró el proyecto dictatorial que luego durante 5 años marcaría una nueva etapa de oscuridad política en la
vida venezolana.
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