ANÁLISIS
BRASIL : ¿NUEVA DICTADURA?
Ciento cuarenta y siete millones de brasileños están convocados para votar hoy en elecciones generales en las cuales se escogerá la Presidencia, la Vicepresidencia de la República, miembros del Congreso Nacional, gobernadores y vicegobernadores y las asambleas legislativas. La elección del nuevo Jefe del Estado luce polarizada entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, aunque de acuerdo a los sondeos de opinión habrá necesidad de una segunda vuelta el 28 de octubre. En este caso se plantea no la consabida rivalidad entre organizaciones políticas tradicionales, sino entre aspirantes que con su victoria habrían de agravar necesariamente el futuro político de la nación, que dado su tamaño y fortaleza económica, suele marcar el rumbo de los procesos políticos latinoamericanos . El aspirante Bolsonaro cuyos planteamientos y propuestas difieren radicalmente de los acostumbrados debates electorales deberá obtener la mayoría en la primera ronda pero le sería sumamente difícil para no decir imposible de acuerdo a las encuestas, que pueda repetirla en el balotaje.
EL “TRUMP CARIOCA “
Bolsonaro, ex militar, personaje excéntrico,
con ideas delirantes y en algunos casos opuestas al sentido común, se ha revelado
sin embargo con un “fenómeno electoral” en la línea del llamado nuevo populismo
y asumiendo la experiencia del actual huésped de la Casa Blanca tanto que
popularmente se le conoce como el “Trump carioca “ . Todo ello aprovechando un vacío
político de tal magnitud que se ha planteado nuevamente incluso la necesidad de
la dictadura militar. En este sentido el candidato ha prometido que su gobierno
sería la reedición de los regímenes militares nacidos en 1964 precisamente en su
país y que desataron una onda expansiva en el Cono Sur. También amenaza con un
eventual “autogolpe“para disolver
el Parlamento y convocar a las fuerzas armadas al control de las áreas claves
del poder. Su candidato a Vicepresidente
Hamilton Mourao , general retirado en
febrero pasado ha dicho que el “caos que la corrupción ha generado en el país sólo se acaba con una intervención
militar". En la misma línea de razonamiento el actual Comandante del Ejército
Eduardo Villas Boas (es tradición brasileña que los militares solo hablan en
los cuarteles) no descarta públicamente la necesidad de una acción castrense.
Por su parte el candidato
Haddad escogido por el Partido de los Trabajadores una vez que Lula hoy en prisión, fue inhabilitado para competir
representa la opción democrática de izquierda
pero en buena medida estigmatizada por los casos de corrupción que afectaron sucesivamente a los dos
ex presidentes socialistas Da Silva y Rousseff. Sin embargo. ante el riesgo de que más que una
victoria electoral se trata de
considerar el rumbo que el país tomaría en manos de Bolsonaro , seguramente recibirá el apoyo de los otros
candidatos que apuestan - por encima de las actuales situaciones adversas en
materia económica y el rebrote de la pobreza y la intranquilidad institucional
– a la vigencia del sistema democrático.
De esta manera se
considera como incierta e impredecible
una futura gestión de Bolsonaro quien
más allá del triunfo electoral numérico no contaría con la
base de sustentación real en términos sociales y políticos para aplicar un
programa cuya viabilidad solo garantizaría la fuerza de las armas.
DERECHA E IZQUIERDA
Por otra parte, un
gobierno de Fernando Haddad quien seguramente buscaría ampliar su base de sustentación
en alianza con otros partidos deberá enfrentar de todas maneras una convulsión política con signos inevitables de
agravamiento. Es decir, el viejo “Coloso latinoamericano” se enfrenta ahora a un dilema cuyos resultados
tendrán un serio impacto en la región y particularmente en los países vecinos. Y
es que por comodidad semántica se ha puesto de moda nuevamente en Latinoamérica
el dilema entre izquierda y derecha que ha caracterizado etapas históricas
decisivas en el pasado. En las circunstancias de Brasil la confrontación no
debería equipararse a diferentes situaciones en otras naciones vecinas ya que Bolsonaro
no tiene nada que ver con las posiciones de Piñera en Chile, Moreno en Ecuador,
Vizcarra en Perú o Duque en Colombia, cuyas victorias podrían interpretarse
como respuestas a la experiencia de gobiernos que también por simplificación
suelen considerarse como nacidos todos del Foro de Sao Paulo. El ex militar, quien confiesa estar a favor de
la tortura, “ que el error de la dictadura
fue matar y no torturar y que las mujeres no deben merecer el mismo trato de
los hombres porque se embarazan “representa en verdad una opción parecida al neofascismo
recalcitrante que recientemente ha cobrado fuerza en minorías europeas
fanatizadas por la xenofobia. Un error
de apreciación también presente en la evaluación de la izquierda continental al
asociarla automáticamente con el fenómeno del chavismo venezolano que obedece -
y ello explica su larga consolidación en el poder – a realidades especificas
del país y que lo diferencian en esencia de gobiernos como el de los Kirchner
en Argentina, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, Ortega en Nicaragua y las
mismas gestiones de Lula y Rousseff en Brasil. En todo caso la disputa
Bolsonaro- Haddad que seguramente habrá de dilucidarse el 28 de octubre promete nuevamente la
aparición del fantasma dictatorial nada más y nada menos que en Brasil , por
cuanto incluso vaticinando la victoria de Haddad y la ampliación en apoyo de su
gobierno por otros factores democráticos ello no pondrá término automáticamente
a la amenaza de una nueva etapa de retroceso de las conquistas democráticas ni
tampoco a las complicaciones derivadas de la corrupción y la desigualdad social
que en el caso brasileño se asocia a históricos niveles de pobreza.
@mfsierra
Manuelfsierra@yahoo.com
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