El 21 de octubre de 1952 - hoy se
cumple 66 años - Leonardo Ruiz Pineda bajó de la escalera de la casa que le
servía de refugio clandestino a su familia junto a su compañero de lucha Jorge
Dáger. “Alberto “, (era su nombre de batalla)
traía en sus manos aquella tarde un portafolio, un sombrero y una pistola italiana calibre 22. Dáger que
le esperaba en el recibo le dijo: “esa pistola me parece muy pequeña para ti ,
llévate mi 45 que es mucho más efectiva “, y la respuesta no se hizo esperar :
“ tu quieres que me enferme mas de los
riñones llevando ese cañón tuyo en la cintura “ y luego salieron en compañía de
Santos Gómez , de reconocido valor en la
clandestinidad. Pasado unos minutos el
auto se detuvo en el puente Los Caobos donde esperaba un hombre que se acerco a la puerta del auto y le
hizo entrega a Leonardo de un sobre que contenía el precio que el desconocido
le había puesto al “Libro Negro” editado recientemente por José Agustín Catalá con su prólogo, y que
daba cuenta de la sangrienta pesadilla que vivía el país.
De regreso a la casa Dáger puso en
las manos de Aurelena la esposa de “Alberto” el sobre que contenía la cantidad de veinte
mil bolívares (el precio más alto de un
libro para la época) y se conoció entonces que el generoso comprador era el
reconocido poeta y escritor Juan
Liscano. Santos Gómez junto con Leonardo prosiguieron camino para una cita
ignorando que faltaban pocas horas para un desenlace fatal. En la prensa del
día siguiente , la cámara de Francisco Edmundo “Gordo“ Pérez dejó para la historia
la fotografía del cuerpo de un hombre atravesado en la Avenida Principal de San
Agustín del Sur. La leyenda de la foto resumía: “un solo proyectil cegó la vida
del doctor Leonardo Ruiz Pineda; la bala penetró en la región malar derecha y
siguiendo una trayectoria ascendente asomó cerca de la región parietal izquierda;
el cuerpo quedo tendido en la calle, boca arriba con los pies dirigidos hacia
la acera, entre un gran charco de sangre”.
VIAJE A LA MUERTE
Ruiz Pineda viajaba en el puesto
delantero de un auto conducido por David Morales Bello propiedad de Germán
González, por cierto muerto poco después en la Seguridad Nacional y se
encontraba acompañado por Segundo Espinoza y Leoncio Orta. El escritor José
Vicente Abreu construyó un excelente relato de los pormenores del asesinado basado en los testimonios de
los testigos y en las declaraciones posteriores a la caída de la dictadura, del
agente Daniel Augusto Colmenares quien con junto Francisco León Matute,
siguieron el auto en una moto hasta el lugar del crimen.
Ruiz Pineda fue seguido por ambos
desde la plaza Pérez Bonalde en Catia, donde lo dejó la luchadora Regina Gómez
Peñalver y allí fue esperado por Morales
Bello. El auto tomó la Avenida España con dirección al Atlántico recogiendo frente
a la planta de la Leche Silsa a Espinosa y Dorta ; tomo la vía del “ Puente 9
de Diciembre ” , luego doblo hacia la izquierda por la Avenida Principal de El Paraíso
hasta llegar a la Roca Tarpeya y allí cruzo hacia la Avenida Principal de San
Agustín que registraba a esa hora un fuerte congestionamiento de tránsito,
luces tambaleantes y una camioneta
accidentada donde iba un señor y varios niños que los obligo a detenerse. Al
minuto actuaron los sicarios , por lo que Abreu en su reportaje se hace una
pregunta pertinente “ ¿ La camioneta formaba parte de la Seguridad Nacional o
era una ayuda del cielo a la dictadura? “ Aurelena la viuda fue a la Seguridad
Nacional a solicitar el cadáver de su esposo y resulto detenida hasta febrero
de 1953 en la Cárcel Modelo y posteriormente deportada junto a su familia a
España. Alberto Carnevalli muerto pocos meses después por una irremediable
enfermedad asumió la jefatura de la
lucha clandestina. Raúl Nass funcionario muy cercano a Rómulo Gallegos contaba
que en la mañana del 24 de noviembre de 1948 Ruiz Pineda y Carnevalli coincidieron en
Miraflores y al enterarse que era inevitable el derrocamiento del Presidente y
novelista se abrazaron con fuerza y juraron encabezar ellos la resistencia al
gobierno militar. Seguramente no se imaginaron entonces que la ceremonia era en
verdad un solemne pacto de sangre.
PERIODISTA VISIONARIO
Además de estratega y recio
luchador político Ruiz Pineda fue un periodista de pluma resuelta con alma y palabra de poeta; trabajó en el
diario Ahora que dirigía Luis Barrios Cruz, fue colaborador de “Fantoches” el
histórico semanario humorístico de Leoncio Martínez, articulista de la revista
Elite y fundó y dirigió el diario Fronteras en San Cristóbal. En su prólogo al
“ Libro Negro ” editado por Catalá dejo los perfiles de lo que sería una
acertada estrategia frente “la magnitud de la tragedia publica que conmueve a
la nación y que reclama una coordinación de fuerzas que propicie el acuerdo de
las fuerzas fundamentales de la nacionalidad ; no se trata de una aventurada conjuración de
ambiciones políticas sino de una patriótica aglutinación de responsables
sectores del país a fin de impedir que sobrevenga una etapa de desgarrada
guerra civil o de anarquía disolvente o reaccionaria. “ A los 66 años del
asesinato de Ruiz Pineda sus palabras representan hoy más que nunca una
inalterable enseñanza.
EL VIRUS DE LOS ANDES
A comienzos de siglo las
tensiones políticas sacudieron a los países andinos, además de severas
complicaciones económicas en Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia, mientras en
Venezuela cobraba fuerza el proyecto de la revolución bolivariana de Hugo
Chávez que después devino en lo que Heinz Dieterich por simple comodidad semántica bautizó
como “ socialismo del siglo XXI “. El ya famoso “péndulo histórico “ de América
Latina que en el pasado se resolvía entre democracia y dictadura ahora cobra
fuerza estimulado por crecientes tendencias como la corrupción generalizada,
todavía aunque pequeños brotes de xenofobia y los conflictos territoriales
entre los países pospuestos durante años. Ello explica ahora la inestabilidad
política peruana, el cambio de línea del gobierno de Ecuador incluso en el
vinculo histórico con Venezuela, el recrudecimiento de los enfrentamientos
tradicionales en Bolivia; la incertidumbre sobre el futuro de Colombia y el
dramático fenómeno que significa las masivas migraciones venezolanas hacia los
países andinos todo lo cual supone nuevos elementos y complicaciones económicas
y sociales entre naciones vecinas. La región ahora padece de un nuevo “virus “
, que ojala no conduzca a mayores enfermedades.
@manuelfsierra
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