En 1992 debía elegirse el Secretario
General de las Naciones Unidas. Como es lógico, surgieron varios candidatos,
pero el excanciller egipcio Boutros Boutros Ghali (conocido como el “Arquitecto
de Camp David” por su participación en los acuerdos entre Egipto e Israel en
1979) se convirtió en el principal favorito, con el apoyo del mandatario francés
François Mitterrand. Ghali visitó Venezuela y se entrevistó con el presidente Carlos
Andrés Pérez en busca del apoyo de otros gobernantes latinoamericanos. Se trataba del primer
aspirante árabe-africano para ocupar el alto cargo. Sin embargo, había un
escollo que era necesario superar: China, con un voto decisivo en el Consejo de
Seguridad, guardaba silencio en relación al tema. En una visita del canciller
venezolano, Armando Durán a Beijing, le planteo el asunto al primer ministro Li
Peng, quien le restó prioridad a esta designación en el marco de la compleja diplomacia
de su país. Durante la conversación, como era de esperarse, no se volvió mencionar
el asunto. A la hora de la despedida, Li Peng estrechó la mano de Durán y le
dijo sonriente: “Dígale a su Presidente que por él y por América Latina, China
votará por Boutros Ghali”, quien, de esta manera, resultó electo en el cargo
hasta 1996. Desde El Cairo el martes 16 de febrero se informó que Boutros Boutros
Ghali falleció a los 93 años de edad. ¿Quién hubiese pensado que en todo ello
estuvo metida la mano de Carlos Andrés Pérez?
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