jueves, 21 de abril de 2016

GUERRA MUNDIAL CLIMÁTICA


Los riesgos y amenazas del cambio climático van más allá de las razones que suelen ser aducidas por las grandes potencias para tomar medidas urgentes e inaplazables. Esa preocupación presidió La Conferencia Climática de París del año pasado. Ahora la Asamblea Anual de la Unión Europea de Geosciencias que se celebra en Viena ofrece datos y evidencias más alarmantes: la relación entre el cambio climático y la guerra. Varias ponencias recuerdan que una época de frió redujo la agricultura del Imperio Romano; un volcán desequilibró a la cultura Maya, y la sequía provocó revueltas en la Irlanda medieval. Francis Ludlow del Trinity College de Dublín en su presentación sostuvo que: “aunque el cambio climático del pasado se debió a causas naturales y el actual según todo los estudios apunta a la acción humana los desafíos para la Humanidad, son los mismos”. El científico asegura haber encontrado “vínculos recurrentes entre registros históricos y episodios de violencia como la Batalla de Clontraf en 1014 y momentos de intensa sequía que provocaron epidemias, hambrunas y movimiento de población en busca de comida”. Hoy la situación ha cambiado y según otras especialistas resulta muy difícil saber cuándo un evento natural extremo podría afectar a la sociedad porque el mundo está estrechamente globalizado y cada vez mas conectado a través de la tecnología, Ludlow advierte: “deberíamos estar preparados para momentos inesperados, hemos tenido experiencia en erupción de volcanes en los últimos 200 años, pero no sabemos como la actual sociedad podría manejarlos”. La conclusión: la  guerra mundial ya no sólo depende de las armas sino como ha ocurrido en el pasado (ignorado por muchos) de los curiosos caprichos de la naturaleza.


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