jueves, 30 de junio de 2011

TODO EN ORDEN, COMANDANTE

Análisis

18/02/02
TODO EN ORDEN, COMANDANTE

 Manuel Felipe Sierra 

Parece una crisis por entregas.  Ayer, el contralmirante Carlos Molina Tamayo se tiró al ruedo con unas declaraciones claras y contundentes – en la línea subrayada por el general Guaicaipuro Lameda – y solicitó la renuncia del presidente Chávez,  exhortando además a  la unidad cívico militar.  En menos de dos semanas oficiales de las cuatro fuerzas han coincidido en que la salida del mandatario es un requisito indispensable para recomponer el orden institucional sobre bases democráticas. 


Ahora carecen de todo sentido las afirmaciones de Chávez, Rangel y el general Rincón sobre la existencia de una normalidad idílica en las instancias castrenses. Se hace cada vez más evidente que el clima de tensión que se vive en el mundo civil con graves implicaciones en el plano internacional está produciendo peligrosos oleajes en los espacios de la institución armada y de que el plan de radicalización - única posibilidad que parece tener en sus manos Chávez para preservar la retórica bolivariana - está encontrando resistencia en los niveles intermedios de la FAN.  El mayor  retirado Francisco Ameliach logró el control del MVR (forzando el retiro temporal de Miquilena) sobre la base de que él es el único dirigente del partido de gobierno en capacidad de establecer un vínculo consistente con el chavismo uniformado.  El lunes, Ameliach, de alguna manera, reconocía al periodista Héctor Bujanda que entre sus nuevas funciones está la de articular una relación directa entre los comandantes de las  guarniciones y los planes inmediatos del entorno presidencial para revigorizar la “revolución democrática y pacífica”.

¿Qué ocurrirá en el caso del contralmirante Molina Tamayo?  ¿Habrá nuevos pronunciamientos en la misma dirección? Es posible que ello siga ocurriendo en los próximos días.  Para Ameliach se trata de protestas que son un “alivio” porque se están dando en el escenario del debate público y no en los manejos nocturnos de los cuarteles.  Pero hay otra lectura absolutamente desfavorable para la imagen y la estabilidad del gobierno.  En los juicios del general de la aviación Pedro Soto y del capitán de la GN Pedro Flores el gobierno ha demostrado una asombrosa falta de autoridad, que no puede considerarse como derivación de un comportamiento permanente ni consustancial a la personalidad del Presidente de la República.  Se trataría de un traslado de la anarquía y la desorientación que se percibe en todos los órdenes de la vida nacional al intricado territorio militar.  La aparición del oficial de la Armada amplifica el ruido en el Departamento de Estado y en otros centros del poder mundial sensibles a la estabilidad política venezolana; pone en evidencia que la oposición al gobierno no sólo crece en las plazas y en las calles sino también en la misma medida en el ámbito de la Fuerza Armada Nacional.  Y añade un nuevo elemento de tensión al clima de nerviosismo – nacional e internacional - creado por los recientes anuncios económicos que determinaron la flotación del dólar y las perspectivas de una inflación ingobernable.  Por lo pronto, las cacerolas siguen demostrando que son un eficaz instrumento político.     

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