sábado, 9 de julio de 2011

EL SAINETE BANANERO

Análisis

EL SAINETE  BANANERO

Manuel Felipe Sierra


¿Cuándo son las consecuencias de ese sainete propio de la política bananera, que protagonizaron durante 48 horas el presidente Chávez y la oposición? ¿Ha comenzado la trama del poschavismo aunque con los mismos actores? ¿Era tan fácil convertir en realidad el estribillo “se va, se va”? ¿Era verdad granítica la fortaleza del régimen? Chávez retomo el poder la madrugada del sábado como obra del voluntarismo y la torpeza de quienes propiciaron su salida. El debilitamiento social de un gobierno no significa que éste carezca de recursos y artes para su supervivencia.

Chávez y su mimético Alto Mando Militar, sin duda, juraron a un engañoso repliegue. Después de gobernar durante tres años en función casi exclusiva de consolidar su influencia en el estamento militar no era fácil desajustar este engranaje con la acción de un grupo de oficiales que más allá de sus méritos no tenía mando de tropa y esperaban la hora infortunada que en el ánimo de los militares supone el pase a retiro. Era utópico quebrantar la estructura chavista con una sola demostración de fuerza popular. Los cambios de gobierno por la vía de la presión de las masas son procesos de lenta y laboriosa acumulación; otra cosa son los típicos golpes de Estado que se fabrican en las sombras cuartelarías.

Por eso lo ocurrido la semana pasada no tiene explicaciones todavía convincentes. ¿Por qué fueron tan amateurs los triunfadores momentáneos? ¿Cómo se rende Chávez cuando aún tiene el apoyo real de los principales componentes de la FAN? ¿Por qué si solicito la salida del país no se le facilito la misma madrugada de los hechos? ¿Por que se creo un vació de mas de 12 horas para anunciar al presidente provisorio? ¿Por qué no se tomó la medida elemental de suspender las garantías o el toque de queda? ¿Pro que el anuncio del nuevo gabinete no reflejo el arco de fuerzas que estimuló la huelga indefinida? ¿Por qué no se blindo jurídicamente el apoyo internacional al nuevo gobierno cuando este tema ha resultado el más irritante para Chávez? ¿Por qué no se tomó en cuenta la opinión de gobernadores y alcaldes –que más allá de su militancia- representan un factor real para la gobernabilidad?
Pero para el gobierno también se plantean lecciones insoslayables. No es posible imponer impunemente un proyecto revolucionario aéreo ni jugar tramposamente con las reglas del juego democrático. El gobierno de Chávez queda maculado para siempre por la sangre de venezolanos inocentes. Se comprobó que su apoyo militar no es invulnerable y que incluso puede ser quebrantado por oficiales poco representativos de sus fuerzas. Es evidente que existe una oposición activa de tal envergadura que fue capaz de protagonizar la acción de calle más numerosa en la historia del país.

El escenario de la política internacional –fundamentalmente las democracias satanizadas por el discurso presidencial- se convirtieron irónicamente en sus fiadores, lo cual obligas a un comportamiento más ajustado al nuevo esquema exterior. Si algún efecto positivo –en caso que loo hubiere- se deriva de los recientes hechos y de la grotesca parodia de “cambio de gobierno” es que por un tiempo se libera un juego que lucía atrapado por la ingobernabilidad y la incertidumbre. El gobierno se verá ahora obligado a reajustar el proceso bolivariano, y la oposición a observar una conducta que sea dictada más “por la cabeza que por el corazón”, como decían los viejos revolucionarios, quien con toda seguridad no se habrían visto envuelto en esta chapuza que avergüenza al país.   

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