sábado, 9 de julio de 2011

SUMATE, COMO PRETEXTO

LA SEMANA EN TRES ACTOS

SUMATE, COMO PRETEXTO
07/09/2003
Manuel Felipe Sierra


La ofensiva desatada por el oficialismo, encabezada en este caso, por el vicepresidente ejecutivo José Vicente Rangel, es sólo un pretexto, una de las numerosas maniobras que tratarán de retrasar y complicar la activación del referéndum revocatorio. El tema del “firmazo” es importante pero no lo fundamental. El gobierno resiente la derrota que para sus planes representa la consignación de un número superior al exigido por la Constitución Nacional para la realización de la consulta refrendaría ante el nuevo Consejo Nacional Electoral, el 20 de agosto.

Al alto gobierno debe preocuparle también el hecho de que los rectores electorales hayan ratificado su disposición de mantenerse apegados a los lapsos legales previstos para la votación; así como la decisión del Tribunal Supremo de Justicia que ratifica la validez en el tiempo de la recolección de las firmas. Súmate es una asociación civil que con arreglo al texto constitucional y con el apoyo de millones de venezolanos que procuran una salida a la crisis de ingobernabilidad que ya se traduce, en una insufrible tragedia nacional, se dedicó a organizar las rubricas requeridas para la aplicación de un derecho democrático y pacifico. El hecho cierto, es que después de una jornada que movilizó a cientos de miles de venezolanos se logró en un día recoger la expresión voluntaria de los ciudadanos para hacer efectivo un mecanismo perfectamente legal.


Como lo ha dicho la coordinadora de la asociación, María Corina Machado, el volumen de firmas presentadas ante el CNE “están blindadas”. Ellas están debidamente contrastadas con los datos del Registro Electoral Permanente. Es posible, como en toda operación de este tipo, que se registre un margen de error que no suele sobrepasar el cinco por ciento. Ello de modo alguno invalidaría el cúmulo de firmas que supera abrumadoramente los requisitos  contemplados en la ley. En el supuesto que se produjera una decisión del CNE -que resultaría abiertamente política y complaciente con el régimen- existiría la posibilidad de un nuevo “firmazo”. Como lo ha dicho la vocero de Súmate, éste podría organizarse en el término de quince días. Pero sin duda alguna la recolección sería superior a la que se logró el 2 de febrero. Las razones son obvias: en siete meses la base de sustentación del chavismo se ha debilitado como lo comprueban todas las investigaciones de opinión; se ha diluido el efecto depresivo que entonces operaba en los sectores adversarios al régimen como consecuencia del resultado del paro cívico nacional del 2 de diciembre y la negativa a viabilizar el referéndum consultivo; y ahora además se ha reactivado la movilización popular una vez que se despeja el horizonte hacía la nueva consulta.

Por supuesto, no será el único intento dilatorio para evitar que el revocatorio se realice este año o en todo caso, en los dos primeros meses del 2004. Pero en ello el gobierno ha demostrado torpeza y nerviosismo. El globo de ensayo del lanzamiento de prematuras candidaturas a gobernaciones y alcaldías se desinfló inmediatamente como era previsible. La estrategia impulsada por Rangel ha resultado contraproducente. Lo ocurrido en el Zulia con el lanzamiento del alcalde Di Martino y en Monagas con la del  parlamentario Briceño -ambas aspiraciones rechazadas públicamente por el MVR- ponen en evidencia que las contradicciones y discrepancias en el seno  de la alianza oficialista se acentuarán de éste persistir en el afán de configurar un cuadro electoral extemporáneo.

Por otra parte, el anzuelo lanzado hacía sectores de la oposición para estimular tempranas apetencias electoralistas tampoco funcionó. La utilización de fiscales y jueces del engranaje judicial chavista para tratar de intervenir mediante la formula del allanamiento policial al Consejo Nacional Electoral tampoco tuvo éxito. Las presiones que se ejercen sobre el TSJ para que pueda producir una interpretación, según la cual, la revocación del mandato de Chávez no impediría la presentación inmediata de su nombre en las elecciones presidenciales previstas en la Constitución en situaciones como ésta, choca contra el más elemental sentido común. Pero en el caso que ello llegare a ocurrir no significaría, de ningún modo, la desactivación del dispositivo refrendario. Al gobierno sólo le queda estimular el escenario de la violencia, pero también en este sentido el tiempo se le agota irremediablemente.



RADIOGRAFIA
DE LA CATÁSTROFE

El 73 por ciento de la población no tiene ingresos para comer tres veces al día. La mayoría de los venezolanos vive con menos de un  dólar al día. Las ventas en los comercios registraron un descenso de 26 por ciento en el primer semestre. La industria de alimentos cayó 20 por ciento en los últimos seis meses. La venta de carros disminuyó 53,63 por ciento en un año. El sector productivo se ha contraído 61 por ciento entre 1998 y el 2003 al pasar de 11.539 fabricas medianas y pequeñas a solo 4.550. En Carabobo solamente el 2002 se perdieron 59366 puestos de trabajo en la actividad manufacturera. En Miranda los desocupados ascienden a 58675. En Aragua a 48.628, y en el Distrito Metropolitano a 23.157. En Lara el 50 por ciento de las empresas han cerrado sus puertas en menos de cinco años. En Carabobo el cierre en el mismo lapso ha afectado el 46 por ciento de las empresas de la región. En Aragua la disminución ha afectado al 57 por ciento del tejido industrial. La economía cayó en 18,5 por ciento en el semestre. La cesta de productos básicos se ubica en 238.972,37 bolívares. El precio de la canasta alimentaria se incrementó en 33,38 por ciento en el último año. Hay 600 mil desempleados en el sector de la construcción. Estas cifras son aportadas por el Banco Central y estudios de instituciones debidamente calificadas y con solvencia técnica. Ello revela que no se trata de una crisis económica coyuntural sino del desplome, de una verdadera catástrofe del país que tiene una incuantificable repercusión en términos sociales, especialmente para los sectores menos favorecidos de la nación. No es acaso ello mas que suficiente para que se revoque el mandato de un gobierno que ha conducido al país a tales niveles de pobreza y de paralización.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         


LA PALABRA
Y EL VIENTO

El régimen chavista se analiza fundamentalmente por el proceso de desmontaje institucional y el secuestro de las instituciones claves de la sociedad en el camino de construir un modelo de naturaleza autocrática. Pero hay un aspecto tan grave como la propia esencia del proyecto “bolivariano”, que es el incumplimiento de las promesas. El periodista y parlamentario Pastor Heydra después una rigurosa investigación, ha puesto en la calle el texto (los libros de El Nacional) “Las promesas de Hugo Chávez”. Un material indispensable para entender la actual coyuntura y que demuestra como el actual gobierno ha batido record en el incumplimiento  de las ofertas electorales y las que suele hacer Chávez en sus largas comparecencias televisivas. Un libro que combina el análisis lúcido con datos y referencias irrefutables sobre el fracaso de la revolución chavista. “Las promesas de Hugo Chávez” está en la calle  desde el pasado 15 de agosto y será presentado el miércoles 10, en horas del mediodía, en la librería del Ateneo de Caracas.

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