AL COMPÁS DE LOS DÍAS
El MIEDO (I)
22/08/2007
Manuel Felipe Sierra
El miedo es el principal aliado del totalitarismo. No el miedo como hecho personal ni sinónimo de cobardía. Es un ambiente, un clima, que va apoderándose de todos los espacios de una nación. Como una lobotomía social que el mismo ciudadano tarda en reconocer, pero que anula sus derechos, lo coloca en indefensión y lo refugia en la resignación.
Sebastián Hafner, lúcido analista del nazismo, sostiene que es más fácil socializar la sociedad que socializar los medios de producción. De allí la diferencia entre Hitler y Stalin. Chávez avanza en las dos vías. Se puede alegar que todavía no hemos llegado a la tragedia de las viejas tiranías, pero lo cierto es, que se camina hacia un proyecto semejante que ha ganado un terreno decisivo.
En un país donde todos los poderes están al servicio de una tardía obsesión revolucionaria, ya no existe margen para la disidencia democrática. Cuando algunos empresarios comentan que “hay que aprovechar para hacer dinero porque después no se sabe lo que venga” y cuando se repite que “Venezuela no es Cuba”, se asume una gigantesca mentira. Pocos países han resistido como lo han hecho los anticastristas: Bahía de Cochinos, la guerra en el Escambray, los éxodos de Camarioca, Mariel y los “balseros”. Todavía, en La Habana , mujeres vestidas de blanco ofrecen una señal de resistencia.
Y cuando cierta dirigencia se dispone a legalizar la estafa constitucional para construir una nueva alternativa, como si ello fuese factible en el marco del absolutismo, ya son demasiados elementos que revelan que la sociedad ha sido ganada por la comodidad, la atención a los asuntos domésticos y la inútil creencia de que algún día un salvador echará atrás la trama tejida en los últimos años.
Chávez lo es todo, como en las autocracias que se respeten. Su liderazgo es absoluto y tutelar. Está en la radio y la televisión, en las vallas de las carreteras, en las franelas de los estudiantes. Compite con Bush en el escenario mundial; su rostro junto a Castro adorna los afiches que invitan al retorno del comunismo moscovita y hasta aparece sonriente en las latas de atún que comen los damnificados del Perú. Su nombre se asocia internacionalmente con Venezuela. Como Hitler, Stalin, Castro, Mao Tse Tung o Ceaucescu. “El Gran Hermano te vigila” de Orwell no es una simple ocurrencia literaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario