martes, 6 de septiembre de 2011

ESPERA INÚTIL

AL COMPÁS DE LOS DÍAS

ESPERA INÚTIL
08/08/2008
Manuel Felipe Sierra

El régimen trata de crear expectativas todavía sobre el contenido de la llamada “reforma constitucional”. Se argumenta que los opositores juegan “posición adelantada” cuando anuncian el rechazo a la propuesta. Se sabe que el objetivo final de la nueva constitución es la reelección indefinida y perpetua de Chávez. ¿Hace falta que se haga la presentación formal de un texto que reflejará sin atenuantes el modo de pensar y actuar de un mandatario que sobrepasa los ocho años en el poder?


De lo que se trata es de legalizar lo que se ha venido haciendo hasta ahora para la configuración de un modelo totalitario. ¿Acaso hoy existe la propiedad privada en estricto sentido? ¿No ha sido estrangulada mediante una serie de disposiciones que hacen inviable el funcionamiento del aparato productivo? ¿Allí no radica la explicación de la quiebra de empresas, el ambiente hostil para la inversión nacional y extranjera, y los altos niveles de desempleo? Seguramente nunca se establecerá de manera expresa la eliminación de la iniciativa individual, pero ésta se diluirá en un concepto, según el cual, los tentáculos del Estado decretarán su lenta desaparición.

No se consagrará la liquidación de la libertad de expresión. ¿Pero quién duda que este derecho ha sido conculcado mediante mecanismos sutiles en algunos casos y brutales en otros? Hoy la educación plural es sometida a restricciones de toda naturaleza y, en buena medida, su esencia ha cambiado por obra de la creciente ideologización de los programas de estudio. La autonomía universitaria ha sido vulnerada por la creación de las escuelas superiores bolivarianas que uniforman la enseñanza en función ideológica. La cultura, en su sentido más amplio y plural, está siendo sustituida por el concepto “cultural socialista” a través del uso dirigido de las editoriales, bibliotecas, concursos; y la ofensiva contra los ateneos y las academias, a partir del empeño en borrar el pasado y construir la aberrante “historia oficial” del proceso bolivariano. ¿Los consejos comunales tutelados por el oficialismo y alimentados por millonarios recursos financieros no están asumiendo de hecho facultades de las alcaldías y las gobernaciones? ¿Qué sentido tiene entonces esperar para debatir lo que ya es más que conocido? El reto es simple: la defensa de los derechos sociales. 

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