lunes, 18 de marzo de 2013

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CHÁVEZ EN BLANCO Y NEGRO (II)




Después del resultado del referéndum revocatorio del 2004 que le resultaron favorables,  se produce la radicalización del proceso chavista tarea en la cual pasa a ser fundamental la alianza con los hermanos Castro en Cuba. Si bien existían las misiones en materia educativa y de sanidad ahora se establece una vinculación cada vez mayor en términos políticos. La nueva ayuda cubana se traduce en instructores militares, servicios de inteligencia y contrainteligencia, el anillo de seguridad presidencial y tareas que deberían corresponder al propio Estado. Al mismo tiempo comienza una ofensiva internacional para la exportación de la revolución ahora llamada “socialismo del siglo XXI”. Se formaliza el Acuerdo Energético con los países de Latinoamérica y el Caribe en un acto celebrado en Puerto la Cruz con la presencia de Fidel Castro, y se dan los pasos para la creación del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) promovida por Cuba y Venezuela como un escenario político con la presencia de naciones caribeñas.

Los resultados electorales de Bolivia con la elección de Evo Morales y de Rafael Correa en Ecuador, así como la fuerza acumulada por Ollanta Humala en Perú y el triunfo de Michelle Bachelet aspirante socialista en Chile, facilitaron la estrategia. Ésta se da en dos planos: los países que pasan a integrar la nueva alianza y que expresan identificación con el proceso chavista y aquellos que se mantienen como aliados sólo en decisiones cruciales en el ámbito diplomático como los Kirchner en Argentina, Lula en  Brasil, Tavaré Vásquez y Pepe Mujica en Uruguay, Fernando Lugo en Paraguay, Manuel Zelaya en Honduras, Mauricio Funes en El Salvador y por supuesto Daniel Ortega en Nicaragua quien se convierte también en miembro activo del ALBA.

Entra a jugar el tema de la alianza con la FARC en Colombia, como un instrumento que más allá de su fortaleza militar representa  la oposición más fuerte con planteamientos “socialistas clásicos” que se avienen a la operación que se ejecuta desde Caracas. De allí un duro y prolongado enfrentamiento con el presidente Álvaro Uribe que llegó a registrar incluso el riesgo de la intervención militar. Ciertamente, además del tradicional cuadro de desigualdad social que viven los países latinoamericanos, en esos años se daban  síntomas de una sostenida inestabilidad política en los países andinos, lo que se llamó “El Virus de los Andes” y que requería de reformas que se dieron a través de la convocatoria a constituyentes. Por supuesto, la palanca fundamental que permitió la expansión de la propuesta radicó en unos precios petroleros que se mantuvieron en altos niveles y que obedecieron ya no a coyunturas geopolíticas o el temor de la guerra sino a una recomposición del mercado energético.

En lo interno Chávez avanzó en lo que habría de ser la segunda herramienta  de su propósito de perpetuación en el poder: la reconversión de las Fuerzas Armadas. Por esta vía se aprobaron leyes y reglamentos que fueron transformando a la estructura militar sobre nuevos parámetros y valores. Una transformación que hoy hace de las Fuerzas Armadas una institución más parecidas al Ejército Cubano o a las milicias de Kadafi que a la institucionalidad castrense del hemisferio. La reelección obtenida el 2006  frente a Manuel Rosales le abrió nuevos espacios para avanzar en la consolidación de su modelo de naturaleza ya claramente autocrática en camino al totalitarismo. La aprobación y la vigencia de la Ley Resorte considerada por la oposición como “Ley Mordaza” facilitó nuevos pasos para el control y la expansión de la estructura mediática oficialista y en paralelo mayores presiones para los medios de la comunicación plural. En estas condiciones el proyecto de Chávez estrecha sus relaciones políticas y diplomáticas, ya no sólo con el ámbito latinoamericano sino con países como Irán, Siria, Libia, Bielorrusia y Corea del Norte convertidos en la contraparte frente a  las políticas de Estados Unidos. Vendrían nuevos elementos que comentaremos en la próxima entrega.

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