Un mes en la calle
Después de un mes de fuertes protestas en las calles, encabezadas por estudiantes y diversos factores de la sociedad civil, quedan en claro varios elementos. A diferencia de lo ocurrido en 2002 con los sucesos del 11 de abril (que obligaron a la renuncia de Chávez) la disidencia militar de la Plaza Altamira y el paro petrolero de 63 días, las acciones que comenzaron el pasado 12 de febrero revelan más que la impugnación política, una creciente rabia social. Ello es comprensible si se toma en cuenta que el país asiste al desenlace de un proyecto económico que se sabía inviable, pero cuya inviabilidad ahora constituye una dramática realidad. Esta circunstancia hace que las protestas se extiendan a problemas concretos de varios estados. En Táchira el malestar ya existente por tensiones fronterizas, se ha sumado a las barricadas y manifestaciones. En el centro del país, especialmente en Carabobo, se constata el descontento que existe en sectores populares como consecuencia de la inflación y el desabastecimiento.
Tal como lo reflejan las investigaciones más confiables en la materia, Venezuela es la nación de América Latina que registra el más alto nivel de conflictividad social, lo que se traduce en el mayor número de protestas al año. Hasta ahora, éstas habían estado referidas a demandas puntuales sobre reivindicaciones y problemas locales. Sin embargo, con un prolongado cuadro de escasez, desabastecimiento y ausencia de medidas creíbles y concretas para abordar estos problemas, la acción inicial de los estudiantes ha logrado contaminar a sectores decisivos del país, dándole a los últimos hechos el carácter de una suerte de rebelión social, que necesariamente se traducirá en severas complicaciones políticas que atañen a la gobernabilidad del régimen chavista.
Como ha declarado el experto sobre América Latina, Scott Mainwarning: “la movilización ciudadana en las calles por sí misma no va a provocar que Nicolás Maduro renuncie, pero si puede provocar mayores cuotas de represión y necesariamente facilitará el diálogo”.
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