La solución de fondo
Cuando están a punto de cumplirse dos meses del inicio de las protestas en las cuales han fallecido 39 personas y 2.026 han sido detenidas (de las cuales solo el 3% goza de libertad plena), las movilizaciones asumen nuevas formas en Caracas, pero se mantiene el mismo nivel de tensión en Táchira, Mérida y Carabobo.
Maduro instaló una mesa de diálogo y facilitó la presencia de una comisión de Unasur, que estableció contacto con la MUD, organizaciones estudiantiles, ONG defensoras de los derechos humanos y otros factores de la sociedad civil.
Es decir, si bien no ha cristalizado un acuerdo mínimo entre el oficialismo y la oposición, se han dado pasos en la búsqueda de una salida a una confrontación que de prolongarse podría conducir incluso a un conflicto armado. Pero en todo caso, resulta claro el altísimo costo que las acciones han tenido para la economía y la tranquilidad colectiva.
Es evidente que el régimen, que ha usado con desmesura la violencia de la GNB, la PNB y de los llamados grupos colectivos (que si bien no responden directamente a sus instrucciones, se ubican en el campo del chavismo más radical) y el movimiento estudiantil, junto a los sectores sociales que lo apoyan, han sido sobrepasados por la dinámica de los acontecimientos.
En este escenario se impone un diálogo que exige naturalmente una alta dosis de desprendimiento mutuo y de manejo de la realidad. ¿Es ello posible? ¿Sobre qué base puede abrirse el camino para el restablecimiento de la paz y la reconciliación? Monseñor Ovidio Pérez Morales ha hecho el planteamiento de un gobierno de transición en el sentido de que Maduro llame a integrar a su equipo a personas independientes o de partidos opositores como un primer paso.
La comisión de Unasur ha propuesto que el Gobierno acelere la liberación de los presos políticos y avance en la renovación del CNE, el TSJ y en el nombramiento de un nuevo contralor, todo ello con una visión de pluralidad democrática. Sin duda ello sería un abreboca para avanzar en materias de fondo, porque en realidad se trata de abordar un cuadro de extrema polarización que ha dividido al país en dos bloques iguales.
Ello impondrá, más temprano que tarde, una solución que involucre la decisión de la mayoría del país.
Excelente análisis
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