sábado, 21 de junio de 2014

ABC de la Semana


El ABC de Ricardo Ríos – Analista político

“La Constituyente es un mecanismo válido, pero no se puede usar a destiempo”
 
El Gobierno “pidió cacao” con el diálogo. La rebelión en Táchira es muy distinta a lo que pasó en Mérida y en Caracas. Maduro se contrae en la aceptación popular. Estamos en un momento que es muy resbaladizo para la oposición, señala el profesor de la Universidad Central de Venezuela.

Manuel Felipe Sierra

Tuvo una presencia muy destacada como dirigente estudiantil en años pasados y pese a que se desempeña como profesor de Matemáticas, es ampliamente conocido como comentarista y analista político. Es frecuente su presencia en los medios de comunicación y además, es colaborador del diario Tal Cual. Estas son sus reflexiones para los lectores de ABC de la Semana.

— Tras cuatro meses de protestas, más de 40 muertos, alrededor de 3.000 detenidos y considerables daños materiales en varias regiones del país. ¿Cuál es tu balance general?
—El balance es muy complejo, además este es un proceso que está en receso, estamos como en un momento para pensar sobre todo ello. La idea inicial por supuesto estuvo muy marcada por las acciones de vanguardia que siempre son negativas para la propuesta política electoral a mediano plazo, que como se sabe está llevando a cabo como estrategia central la oposición, porque ello le cierra las puertas de comunicación a la parte que requiere la oposición para avanzar y ganar. Aquí hay dos mitades, como dice la gente con cierto humor, dos mitades muy pequeñas, ninguna de las dos mitades alcanza para imponérsele a la otra parte del país y en consecuencia, hay que tener políticas para crecer hacia el otro sector. Precisamente, eso lo hace Maduro con su sistemático “coqueteo” a la clase media, con “el dakazo” por ejemplo, y eso es lo que le da sustento al diálogo con los empresarios desde el punto de vista político, además de esas acciones con las que somete al escarnio público a los comerciantes.

— ¿Y la estrategia del lado opositor?
— Del lado de la oposición hay unas estrategias de crecimiento hacia el sector que está muy descontento con el chavismo, también de clase media, porque el chavismo generó una clase media que no está satisfecha con la situación actual, debido a que están viviendo desabastecimiento, inseguridad, es decir, están viviendo en carne propia los problemas. Pero entonces, cuando finalmente se desarrolló una política que permite construir una base social a favor del cambio, apareció la llamada “salida”.

— ¿Cómo valoras la táctica de la salida?
— “La salida” fue una propuesta hecha por tres segmentos de la Mesa de la Unidad Democrática, impuesta desde afuera, no fue una discusión interna de la MUD, sino que salió con un acuerdo político entre tres organizaciones, o dos y media como también le gusta decir a la gente; entre Vente, dirigido por María Corina Machado; Voluntad Popular, dirigido por Leopoldo López y Alianza al Bravo Pueblo, que tiene un pie puesto en una propuesta y otro en la otra. Esa propuesta que nació el 23 de enero coincidió con la toma de posesión de nuestros alcaldes, que no son pocos, son 73 alcaldes y más de 700 concejales, lo que es equivalente a una brigada del Ejército, de militantes políticos de oposición mostrando gestión para decirle al país, sobre todo al país que busca la MUD, que hay una nueva forma, hay otra forma de hacer política y que esa es mejor que la actual.

Agotamiento

— Y además se dio en el marco de graves complicaciones económicas y sociales…
— Exactamente, ella se sustenta en un gran malestar socioeconómico y la estupidez política del Gobierno que significó el pago discriminado de aportes por Cadivi para viajeros, que coincidió con la parte más aguda del desabastecimiento, es decir, “se encontró la paja seca con la chispa” y se prendió la protesta. Por otro lado, el movimiento estudiantil de manera autónoma había venido sosteniendo acciones fuertes contra la inseguridad. Yo trabajo en la UCV y allí somos víctimas permanentes de todo tipo de atracos y vejaciones, y un intento de violación en la Universidad Nacional Experimental del Táchira enervó a unos estudiantes que manifestaron su indignación y se fueron a protestar a la casa del gobernador Vielma Mora y se creó la fantasía de que lo habían atacado a él y a su familia, utilizando entonces la mentira como estrategia política para justificar la represión. Porque el gobernador no vive allí, su familia no vive allí, esa es una casa protocolar, allí no estaban ellos. Pero armaron ese alboroto, metieron presos a cinco estudiantes, los mandaron con presos comunes a Coro y ahí “se armó la buena”, justamente días previos al Día de la Juventud, que yo recuerdo desde muy niño que siempre ha sido un día de movilización de la juventud venezolana y además, la juventud que no es del Gobierno siempre ha intentado hacer una marcha paralela a éste. Allí se montó “la salida”, el acuerdo político con los estudiantes fue que al acto iba todo el mundo y nadie hablaba sino los estudiantes, pero allí hablaron Leopoldo, María Corina y creo que también habló el Alcalde Mayor, Antonio Ledezma.

— Pero el caso de Táchira también se vincula a una situación muy tensa de conflictividad en la frontera.
— Claro. Táchira es una región agotada de represión, agotada de piratería, agotada de corrupción y agotada de abuso de poder. Fíjate que sólo hay un grupo de personas que consigue todo lo que se le impide a los tachirenses, en particular las muy humillantes colas por el “chip”, si tienen cercanía con el Gobierno. Y no sólo eso, les están cerrando las posibilidades de hacer mercado en Cúcuta, porque además les impiden que desde Caracas se les envíe comida, medicinas, incluso prensa. Por eso cuando aquello estalló, estalló toda esa rabia. La rebelión en Táchira es muy distinta a lo que pasó en Mérida, muy distinta a la de Caracas. Tenía rasgos propios y cruzó desde los barrios más populares hasta los lugares más encumbrados, y eso fue lo que asustó al Gobierno. Esa insurrección tachirense fue muy fuerte y se fue alimentando junto con los alzamientos que produjo la represión absurda de la manifestación del 12 de febrero.

— Ese fue un día clave para las acciones que se organizaron posteriormente en el país.
— El 12 de febrero se dio la marcha, y resalto el cuento del acuerdo político porque ello aclara que esa marcha no fue convocada por Leopoldo López, él simplemente se montó sobre la ola. Al llegar a la Fiscalía se cumplió la meta, pero después de la movilización hubo confrontación entre ambos sectores. Hubo gente del chavismo a la que la policía dejó pasar para que lanzara objetos y de este lado de la oposición también hubo gente que se confrontó.

La estrategia del diálogo

—Por cierto que Henrique Capriles Radonski declaraba recientemente que la oposición debe hacer una gran cruzada por todo el país, porque no es cierto que la oposición está en su mejor momento, aunque sí es verdad que el Gobierno está en su peor momento.
— Sí, eso es muy interesante. La oposición social y la oposición económica, es decir la gente que está molesta con el Gobierno, ha alcanzado niveles estratosféricos. El Gobierno se contrae cada vez más en la aceptación popular. Yo creo que la paciencia de Capriles en algún momento (si le sale bien) va a cobrar con creces, porque se mantuvo en la posición de no conflictividad social, se mantuvo en la idea de hacer política a través de la gestión y en la idea de crecer sobre los sectores populares. Si eso le da renta va bien, si no, toda esta actividad política se va a convertir en una gran efervescencia nada más y puede dejar remanentes de frustración que serían muy malos. Estamos en un momento bien resbaladizo para la oposición, por ello tienen que actuar con mucha intensidad.

— Muchos dicen que el diálogo lo hizo el Gobierno en un momento en el que sentía muy débil, muy acorralado, y eso le dio oxígeno por un tiempo. Pero el hecho de que ahora lo obstaculice, podría revelar que recobró fuerzas.
—Eso era evidente, pero la política es así, un juego a dos. El Gobierno “pidió cacao” con el diálogo y la oposición tuvo que lanzarse a conquistar espacios porque había debilidad en el campo contrario.

— Ahora, Leopoldo López ha plateado una Constituyente y María Corina Machado adelantar las elecciones. ¿Ves viable alguna de estas propuestas?
— La Constituyente es un mecanismo válido pero no se puede usar a destiempo, no es un comodín, depende de las circunstancias. Adelantar las elecciones dependerá de cómo vaya la crisis política. La renuncia de Maduro, que María Corina planteaba recientemente, sólo puede ocurrir si hay una gran crisis política tan inviable que la única opción sea salir del Presidente, además ello es algo que el propio Presidente normalmente facilita.

— ¿La situación actual podría conducir a estas opciones?
— Yo no siento que estemos en ese momento, a pesar de las grandes divisiones que hay entre los conductores del Estado, es decir, en el oficialismo. Además, para que haya elecciones, como ha dicho la MUD, debemos consolidar las instituciones. Así que la prioridad inmediata para una acción electoral, es cambiar el Tribunal Supremos de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, la Contraloría y la Procuraduría, y entonces, allí es donde cobra cuerpo la idea de haber ido al diálogo.

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