ABC de Javier Cercas /
Escritor español
“La democracia perfecta
es un dictadura pero perfectible”
La crisis europea será
pacifica porque existe la Unión. La UE es la única utopía razonable que hemos
creado durante mil años. Soy bastante pesimista sobre el tema catalán. El Papa
Francisco es de una gran sensatez. La novela es el género de la libertad
absoluta, como creyó Cervantes, dice el autor de “Soldados de Salamina”.
MANUEL FELIPE SIERRA
Luego de tres invitaciones, ésta es la primera vez que
Javier Cercas viene a Venezuela. Sin embargo, confiesa seguir con interés lo
que ocurre en el país, lo cual demuestra durante la conversación privada. Es
uno de los principales escritores de habla hispana. Su primera novela,
“Soldados de Salamina”, lo consagro internacionalmente por un novedoso manejo
del lenguaje al contar un episodio de la Guerra Civil Española. Luego “Anatomía
de un instante” (que analiza desde diversos puntos de vista el famoso golpe del
coronel Tejero el 23 de Febrero de 1981, que puso en peligro la naciente
democracia española), significa para los críticos un valioso testimonio de cómo
pueden combinarse con éxito varios géneros literarios para reconstruir la
historia. Y ni hablar de “El impostor”, una obra que rescata las curiosas
memorias de un falso testigo del conflicto español, que ahora conoce un
extraordinario éxito en las librerías españolas y latinoamericanas. En la sede
de la Embajada de España, y a propósito de la Semana Cultural de España 2015,
conversamos con Cercas, catalán-español, sobre el conflictivo escenario del
viejo continente. Esta son sus reflexiones para los lectores de ABC de la
Semana.
Sus obras fundamentales se refieren a la Guerra Civil, el
periodo del franquismo, y la transición democrática de los años 70’s. En los
últimos años, España ha vivido una situación económica, al igual que muchos
países del continente, sumamente complicada. Aunque en el caso español ahora
hay signos de mejoramiento, se vive un cuadro político cambiante, con la
aparición de nuevas fuerzas que amenazan la relación bipolar, PARTIDO POPULAR y
PSOE, con la aparición de PODEMOS a la izquierda y CIUDADANOS al centro, y el
rebrote de grupos nacionalistas radicales. ¿A dos meses de las elecciones,
puede hablarse de un nuevo cuadro político que implicaría, de alguna manera,
una nueva transición?
Bueno, yo en primer
lugar quería decir que mis libros hablan del pasado, del pasado inmediato,
hablan del pasado para hablar del presente no por el pasado en sí mismo. Yo por
eso, a mí cuando me dicen que mis novelas son históricas, tengo ganas de
cortarle la cabeza a quien lo dice.
Es una historia muerta.
Creo que el pasado es
una dimensión del presente, sin la cual el presente es incomprensible, pero
creo que debemos asumir todas esas certezas con la convicción de que vivimos
una dictadura del presente. Porque la gente cree que el pasado no tiene
relación con el presente, que es algo que esta guardado en unos archivos, que
el presente se entiende sin el pasado. Dicho esto, ciertamente España vive un
momento de crisis, pero todos vivimos momentos de cambio, porque la palabra
crisis significa cambio, y las crisis pueden ser para bien o para mal. Es
lógico que existan momentos de incertidumbre, porque no solo España sino Europa
han vivido la más grave crisis económica desde la crisis de 1929. Y quiero
recordar que aquella crisis se resolvió con una Guerra Mundial con 50 millones
de muertos. Esta crisis será pacifica, afortunadamente, entre otras cosas,
porque existe algo que se llama la Unión Europea, que es el gran proyecto para
mí del siglo XXI. Y ello, debido entre otras cosas, como decía Felipe González:
“es una crisis milagrosa, porque la vamos a resolver con votos y no con botas”.
Pero no estoy seguro que se vaya a producir en España un cambio político total.
Pero en todo caso un reacomodo.
Un reacomodo sí, pero
no va a ser un cambio, porque, vamos a la historia, porque uno de los grandes
problemas de España han sido las rupturas permanente. Cada vez que llegaba un
partido al poder, aprobaba una constitución nueva o había por lo general
guerras civiles o golpes de Estado. Esa ha sido nuestra historia a lo largo de
dos siglos. La vigente Constitución del año 78, de la cual muchos se quejan que
no la han votado. Pero olvidan que los norteamericanos no han votado nunca la
constitución.
Claro, pero han existido las Enmiendas.
Claro enmiendas, como
también los ingleses. Pero una democracia sólida es una democracia que se
sustenta en instituciones sólidas. La transición española no fue perfecta, a
partir de los años 70’s.
Un periodo que usted registra en su obra “Anatomía de un
instante” que recoge el intento de golpe de Estado del coronel Tejero.
Si claro, no existe la
democracia perfecta, la democracia perfecta es una dictadura, su virtud es que
es perfectamente perfectible.
Y que se construye todos los días, como dice Walesa.
Exactamente, sobre esto
a mí me gusta mucho citar un verso de Bob Dylan, que dice “quien no está
ocupado en nacer, está ocupado en morir”, la democracia es igual, o mejora o
empeora.
UNIDAD Y MIGRACIONES
¿La democracia española ha mejorado o empeorado?
El problema con la
democracia española es que ha empeorado en los últimos años, pero yo no creo
que vaya a haber un gran cambio
Europa vive ahora el impacto de migraciones agresivas, y la
aparición de expresiones políticas radicales de derecha y de izquierda en
Francia, Grecia, Italia, Holanda, España, la victoria del ala radical del
Partido Laborista de Gran Bretaña, entre otros datos. ¿Considera que esto pueda
influir en un replanteamiento de la Unión Europea?
La unión de Europa es
la única utopía razonable que hemos creado los europeos. Durante mil años nos
hemos estado matando, esa ha sido nuestra historia, una historia de permanentes
guerras civiles. Yo pertenezco a la primera generación que no conoce una guerra
entre las grandes potencias. Este es un hecho excepcional, mire, en Europa
hemos conocido utopías asesinas, es
decir paraísos teóricos convertidos en infierno reales, hemos conocidos muchos.
Pero utopías razonables, solo hemos conocido la Unión Europea, la cual se ha
convertido en una promesa de prosperidad para todos los europeos, porque los
grande países por si solos que aportan más desde el punto de vista económico,
contra las grandes corporaciones no pueden nada. Y por lo tanto la democracia
está en peligro, porque son esas corporaciones las que imponen las normas. Pero
un organismo como la Unión Europea si pude luchar contra ellas, y solo mediante
una unidad real se puede preservar una democracia real en Europa. Lo que pasa
es que antes las crisis, como ocurre actualmente, muchos se refugian en los
viejos demonios como el nacionalismo, por ejemplo. Eso explica el surgimiento
de estos movimientos, que usted señala.
¿Y sobre el tema de la crisis migratoria?
Por primera vez hemos
visto actuar a Europa de una forma unida. Para mí eso es muy importante, porque
antes si había una crisis migratoria en Italia era un problema de los
italianos, si había una crisis migratoria en Grecia era un problema de los
griegos. Creo que los europeos tenemos que decidir si queremos ir a una Europa
unida, a una Europa confederada, o queremos volver a esos viejos demonios que
nos han llevado a la guerra y a la desunión.
Usted habla de nacionalismo, está el caso de Cataluña,
donde usted ha vivido por mucho tiempo. Allí se realizó recientemente un referéndum
no vinculante para los efectos del separatismo, pero que arrojo resultados que
le conceden la mayoría del nuevo gobierno a sectores separatistas, que incluso
ya han aprobado la posibilidad de declarar la independencia. ¿No cree que ello
desate un efecto demostración en otras regiones autonómicas donde tiene mucho
peso el separatismo?
Sabe que soy catalán.
Ese es un problema real, no solo español, ni catalán, es un problema europeo,
que hay que entender en el contexto de la crisis. En Cataluña siempre ha
existido un tanto por ciento separatista, un quince por ciento, es gente que
por razones sentimentales es separatista, ahora eso ha aumentado hasta un
cuarenta y siete por ciento en las últimas elecciones. Hay un problema,
indudablemente, que hay que solucionar. A mí me parece una mala idea que nos
separemos de España, porque significa separarnos de Europa, y en términos
económicos, en términos culturales, y de todos puntos de vista. Pero es un hecho
que hay un problema, y la única solución, posiblemente sea una solución
europea. Vamos a ver si aceptan la reforma constitucional de la que se habla. Pero
yo soy bastante pesimista porque no veo, ni al pueblo catalán ni al gobierno
español con ganas de resolver el problema.
Según sus biógrafos, usted se considera ateo y
anticlerical, pero en sus crónicas y reportajes demuestra mucho interés por el
giro que ha tomado el liderazgo del Papa Francisco, no sólo en el ámbito de la
Iglesia Católica, sino en términos políticos en función de la paz.
No conozco muy bien el
asunto, pero hay dos cosas evidentes. Una es que este Papa quiere cambiar la Iglesia
de verdad, y lo está intentando de verdad, cosa que el anterior no pudo. Y que
este Papa tiene un proyecto sólido de cambio para la Iglesia, y ello no va a
ser fácil porque la resistencia es enorme.
LA FUERZA DEL PAPA
Se han expresado estas diferencias en el reciente Sínodo de
Obispos.
Y se van a expresar con
más fuerza, pero este Papa tiene mucha fuerza, tiene un proyecto real, es hábil,
y quiere hacerlo, parece que es un hombre con una idea muy clara y con energía.
Y que el papel político que desempeña lo hace porque puede, y porque los demás
le dan esa capacidad, y lo que ha hecho hasta ahora me parece de una gran
sensatez. Ahora, aparte de que es un Papa político, como lo era Wojtyla.
Claro,
pero ahora se da en un contexto internacional distinto.
El Papa, no olvides,
ejerce el poder que nosotros le damos, porque él no tiene poder ejecutivo para
ejercerlo para imponer sus normas.
Sus libros, sus crónicas, artículos, en general su
ejercicio literario, es considerado como literatura de no ficción, con
elementos del nuevo periodismo, de lo que algunos llaman la “nueva prosa de
prensa”. Usted considera que con ello, su obra marca un punto de inflexión con
la novela tradicional, con la vieja literatura.
Bien complicada esta
pregunta, a ver, primero la ficción pura no existe, es un invento de los que no
saben lo que es la ficción. La ficción siempre está contaminada de la realidad,
la realidad es el carburante de la ficción. Si existiera la ficción pura sería
una cosa muy aburrida, porque la ficción es una reelaboración de la realidad.
Es verdad que algunos de mis libros son peculiares, cuando escribo quiero ser
distinto, y creo que son distintos, que tienen unas reglas distintas.
Y siempre comienzan con una pregunta.
Siempre. Y el libro es
un intento de responder esa pregunta, pero que al final no tiene respuesta,
porque las novelas no dan respuestas claras ni taxativas, o sus respuestas son
ambiguas o contradictorias. Dicho esto, yo tengo una idea, yo creo que nos
conformamos con una idea demasiado estrecha de la novela, creo que la novela
puede hacer muchas cosas, y creo que es el género de la libertad absoluta, así
lo creyó este señor, que increíblemente era español, que se llamaba Miguel de
Cervantes, y que nos dijo hagan ustedes lo que quieran, y no lo estamos
haciendo por desgracia. Mis novelas es verdad que participan de la crónica,
pero también participan de la historia, y del ensayo, pero también participan
de la biografía y de la autobiografía, así es como yo concibo la novela, como
un banquete con muchos platos, como un “cocido”, como un plato donde puedes
meterlo todo. Como un gran monstruo omnívoro que lo va devorando todo, y que
mientras devora, va mutando, va cambiando. Mi idea de la novela es un género de
géneros, y cuando me dicen que no parece literatura me alegro mucho, porque la
literatura de verdad es lo que no parece literatura, toda literatura autentica
es antiliteratura.
Al parecer el género que usted maneja está cobrando mucha
fuerza.
Yo no sé si es un
género.
O este tipo de escritura.
Es un tipo de escritura
mestiza, si, es posible, yo la he usado desde siempre.
El escritor tiene compromisos en televisión, es fuerte el
calor, en las librerías caraqueñas no se consigue su libro “El Impostor”, lo
cual le preocupa, y desea saber más de lo que pasa en Venezuela.
Es una situación que no
es fácil de analizar desde el exterior, verdad.
Podría simplificarse como una “Monarquía Petrolera en
América Latina”. Da la mano, sonríe, y dice “buen título para un libro”.
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