IDA
Y VUELTA DEL REVOCATORIO
Más allá de la fecha de su eventual
realización, el país parece encaminado a la activación por segunda vez del
referéndum revocatorio presidencial consagrado en el artículo 32 de la
Constitución Nacional Bolivariana. Un mecanismo que generalmente es contemplado
para los mandatos de alcaldes y gobernadores en algunos países. En Venezuela en
la Constitución que proclamó la Independencia el 5 de julio de 1811 se encontró
espacio para la figura del revocatorio a
nivel de ayuntamientos, eliminada en los siguientes textos constitucionales.
La mayor tradición de los
referéndums se encuentra en Suiza a nivel de cantones desde la década de 1860
en el marco de una reforma democrática. Los suizos resienten sin embargo, de su
importancia práctica (con excepción de la ciudad de Aarau) ya que la mayoría de las convocatorias
fracasaron. En Estados Unidos varios estados, condados y ciudades tienen disposiciones similares en sus respetivas constituciones pero
sin vigencia a nivel nacional. El caso
que se toma como un ejemplo fue la revocatoria del alcalde mayor de Seattle
Hiram Gil en 1911 y su última aplicación fue en el 2003 con la remoción de Grey
Davies en el estado de Carolina.
En Canadá el mecanismo fue
establecido en 1995 por la provincia British, Columbia y en Argentina está
incorporado en las cartas orgánicas municipales de Córdoba, Corrientes, Chaco,
Misión y Neuquén pero no rige a escala
presidencial. En Venezuela en los años 90 la Comisión de Reforma Constitucional que
presidió Rafael Caldera contemplaba la figura de los referéndums revocatorios,
la cual no llegó a materializarse finalmente, La Asamblea Nacional Constituyente de 1999
retomó la previsión con el razonamiento que se trataba de construir un
andamiaje constitucional para la democracia participativa y protagónica. De
esta manera, el país se convirtió en el
primero en consagrar el mecanismo y ello junto con otros artículos, exaltaron
el nuevo texto como un avance en la legislación continental.
La experiencia cobró vuelo. Después
de exhortaciones de dirigentes opositores en Ecuador el referéndum revocatorio
fue incorporado en la Constitución aprobada en el 2008 por la Constituyente
convocada por el recién electo presidente Rafael Correa. Un año después, Evo
Morales en Bolivia mediante otra Constituyente incorporó el mecanismo. Ambos
países habían vivido a comienzos del 2000 un clima de inestabilidad y de tensiones que implicaron destitución de mandatarios
y cambios de gobiernos en lo que se denominó “el virus de los Andes“. El
retorno a la normalidad constitucional se vinculó con los cambios políticos que
postulaba entonces la revolución bolivariana
que suponía también la reelección presidencial.
El tema del revocatorio resulta altamente
polémico y quienes lo reivindican le confieren un efecto disciplinario sobre
los funcionarios electos, en el sentido de que éstos se cuidarán de decisiones impopulares
ante la posibilidad de la campaña revocatoria, mientras que sus críticos
razonan en contrario, que no sólo revoca el gobierno representativo sino que provoca
en los funcionarios electos miedo y temor para tomar decisiones que siendo impopulares
resultan indispensables y pertinentes ante las crisis.
Otros críticos alegan que el
mecanismo podría ser utilizado como arma por los partidos opositores
adoptándolos como una suerte de sustitutos de las tradicionales conspiraciones
y los viejos golpes de Estado, a los
cuales recientemente el Papa Francisco aludió como “golpes blancos” Se razona
en este caso que frente a la necesidad
de sustituir mandatarios por motivos no políticos (en este caso existe la vía
electoral tradicional) sino por la comisión de delitos comunes, en la mayoría de las naciones
latinoamericanas rige el mecanismo del “impeachment” o “juicio político” como
el que actualmente enfrenta la presidenta de Brasil Dilma Rousseff por supuestos actos de corrupción y quien fue reelecta
el 26 de octubre del 2014 por el voto de la mayoría de los brasileños.
EN LA ESPERA
Venezuela
la disposición revocatoria fue aplicada al poco tiempo de su consagración
constitucional. Frente a la crisis de gobernabilidad decretada por la salida de
Chávez de la Presidencia en 11 de abril del 2002 y las intensas protestas
subsiguientes la Mesa de Negociaciones y Acuerdo convocada por ambas partes con
la mediación de Cesar Gaviria Secretario general de la OEA y el Centro Carter
se recurrió al revocatorio como una fórmula democrática y pacífica para
superar la aguda polarización. Tras año y medio de demora la votación se realizó el 15 de agosto del 2004 y el
mandatario superó la prueba. En el 2007 el
Consejo Nacional Electoral afinó las condiciones y reglamentos para sucesivas votaciones.
La victoria opositora el 6D que le confirió mayoría calificada en la
Asamblea Nacional y el agravamiento de la crisis nacional condujeron a la Mesa
de la Unidad Democrática a replantear la fórmula del revocatorio como la menos traumática
además de democrática y constitucional para abordar un cuadro, que según sus
voceros, deberá pasar previamente por el cambio presidencial y de gobierno.
El 1 de agosto la presidenta del
CNE Tibisay Lucena anunció que se había cumplido con el requisito del 1% de la
recolección de firmas para facilitar el
referéndum, y si bien, son necesarios nuevos pasos para su plena activación todo
indica que el mecanismo se pondría en marcha. Si como lo solicita la MUD su
realización es en el 2016, de resultar favorable ello implicaría la salida del Presidente
y la convocatoria a nuevas elecciones.
Si la votación, en cambio es a partir de enero del 2017 y el resultado también favorece a los solicitantes, el mandatario
sería relevado sin que ello afectara a su equipo de gobierno.
La dirigencia del PSUV a través de su vocero Diosdado Cabello enfatiza “que no hay manera
ni forma que haya referéndum revocatorio para el 2016”, mientras que las
autoridades de la MUD apuestan a la consulta antes del 31 de diciembre de este
año. En ambos casos, según revelan la
mayoría de los sondeos de opinión, el resultado de la votación seria distinto
al que llevó a Hugo Chávez en la madrugada del 15 de agosto del 2004 a proclamar
desde el Balcón del Pueblo de Miraflores, que “la revolución ha triunfado y
habrá de seguir su rumbo con el camino despejado”. De ello hace 12 años.
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