LA NOCHE DE “PAPILLÓN”
Esa noche fue su presentación en la sociedad literaria
caraqueña. Su libro “Papillón” era ya un éxito de venta y algunos críticos anunciaban
la aparición tardía de un nuevo escritor. Para los contertulios del Gran Café de
Sabana Grande era una ocurrencia más de Henri, el estrafalario y locuaz francés que
solía contar sus epopeyas en los bajos fondos parisinos; en los calabozos de Cayena
y El Dorado; sus fugas cinematográficas y sus aventuras en los laberintos
nocturnos de la prostitución. La cita aquella noche fue en la vieja casa del Ateneo
de Caracas en Los Caobos y la bienvenida estuvo a cargo del joven narrador de “Piedra
de Mar” Francisco Massiani y el consagrado poeta del Techo de la Ballena Caupolicán Ovalles. Henri Charriere dijo
algunas palabras con menos elocuencia que las escritas en las páginas de su best
seller elogiado horas antes por Pablo Neruda. “Papillón” abandonó el país, se confundió
con el oropel de la farándula mundial; su libro fue traducido 27 idiomas; se consagró en las salas de cine
del mundo entero gracias a prestigiosos actores de Hollywood y su nombre se
hizo familiar en la “revista del corazón”.
Desde su residencia en la Costa del
Sol antes de morir en 1973 recordó sus años caraqueños en entrevista con el periodista
Ubaldo Nicchi: “los venezolanos no me
fabricaron tal como soy, pero me dieron la posibilidad, la libertad, la
confianza de elegir otra manera de vivir que la justicia francesa me negó. Sólo
por eso le debo un eterno agradecimiento a Venezuela”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario