Eloy Torres Román/ Internacionalista y
profesor de la UCV
TRUMP ES EL FENÓMENO PERNICIOSO
DE LA
ANTIPOLÍTICA
Hoy en día está
en entredicho el “esencialismo estadounidense”. Republicanos y demócratas viven
crisis de identidad. Clinton prolongaría la política de Obama y Trump
propiciaría la confrontación con América Latina, señala el especialista.
En esta
oportunidad las elecciones norteamericanas han despertado un especial interés
sobre todo en América Latina por la presencia de Donald Trump quien de ser
electo redefiniría la política de su país en Latinoamérica en dos aspectos
fundamentales como la inmigración y el proteccionismo económico. A escasos días
de la consulta las encuestas revelan un empate técnico entre el aspirante
republicano y la candidata demócrata Hilary Clinton. Eloy Torres Román es
internacionalista, profesor de la UCV y además con experiencia en varios
destinos diplomáticos, estas son sus reflexiones para los lectores de ABC de la
Semana.
A pocos días para las elecciones estadounidenses se ha
configurado según los encuestológos, un empate técnico entre Hilary Clinton y
Donald Trump, lo cual cambia un poco el escenario ya que parecía que pese al
enorme esfuerzo de Trump se vaticinaba el triunfo de Clinton contando con su
mayoría en los llamados “votos electorales”. Pero parece que ese clima ha
cambiado ¿Cómo ves el escenario de la recta final?
A últimas horas
y después de los debates electorales quizás han cambiado algo las matemáticas
de estos resultados electorales; si bien es cierto que Clinton tenía una amplia
ventaja las realidades políticas han hecho que en este momento ello haya
cambiado un poco y que ahora nos movamos en el terreno de la incertidumbre. Tampoco
sabemos hasta qué punto ello atenderá a las famosas denuncias de los correos de
la candidata investigados por el FBI y qué impacto pueda tener en la votación.
Es curioso pero ya el jefe del FBI había dictaminado
que con la denuncia de los famosos e-mail si bien podría decirse que hubo descuido
ello de ninguna manera configuraba un delito como para que fuera objeto de
investigación y de juicio. Ahora se ha replanteado el tema con una finalidad
claramente electoral como un recurso de última hora que favorecería a Trump.
Creo que Clinton
ha sido bastante inteligente al dejar que se revisen todos los documentos y
archivos que podrían contener algunos elementos ilegales y eso es demostrar una
gran valentía para detener también la avalancha de desencanto que ha
caracterizado esta campaña.
Una campaña que ha estado muy por debajo del nivel de
las confrontaciones presidenciales estadounidenses, ha carecido de ideas y
planteamientos concretos y han abundado los insultos y los disparates de todo
tipo principalmente por parte de Trump.
Es cierto, más
allá de Clinton y del mismo Donald Trump lo que preocupa, porque ellos son
personas que tienen un espacio en el tiempo finito, recordemos que son
setentones, en última instancia lo que importa es que la sociedad
estadounidense está atravesando por una crisis de identidad con ella misma
porque esa sociedad liberal, el “esencialismo estadounidense” hoy en día está
en entredicho porque elementos fundamentales con las cuales se construyó como
la liberalidad, el respeto a la ciudadanía, el ciudadano por encima del Estado
(actualmente quizás por los avatares de la propia realidad económica global en
la cual los Estados Unidos son un factor muy importante) esa realidad se esté
viendo un poco resquebrajada y eso hace que surjan estos tipos de candidatos.
SORPRESA Y TRADICIÓN
Cuando hablas de ese tipo de candidatos te refieres a
Trump, quien ha roto los esquemas electorales de ese país no siendo un político
profesional sino un empresario, que tampoco puede considerarse como el
empresario modelo para los estadounidenses, y logró la candidatura republicana
sin contendor y con un lenguaje y un estilo tremendista.
Ciertamente lo
de Trump ha sido una sorpresa que ha roto con la tradición de las campañas
estadounidenses y del propio lenguaje político. Citando un análisis del Boston
Globe, el partido Republicano apostó por Trump porque le traducía resultados
inmediatos no pensando en lo que podría representar como presidente del país
sobre todo en las actuales circunstancias de la sociedad norteamericana y del
mundo. El drama de los políticos, como se sabe, es que no observan que la
política es para hacer cosas a largo plazo y no en el momento, y el drama de
los republicanos en este caso, es que ellos pensaban que tras ocho años de la
“dictadura carismática” del presidente Obama siendo negro y de padre africano, ahora
encima le colocan a una mujer como presidente; por ello escogieron a Trump para
que sea la “tablita de salvación” como se dice, pero se han encontrado con que
el drama no va a ser tan fácil de remover.
Pero todo ello en el contexto de cambios en la
sociedad norteamericana que ahora se reflejan en el manejo de la política y por
supuesto de las elecciones.
Es así, el caso
concretamente de los republicanos es que ellos también están viviendo un proceso
de crisis de identidad como ocurre con los demócratas porque la batalla entre Clinton
y Sanders por la candidatura no se ha cerrado todavía, a pesar de la victoria
de Clinton y que el perdedor estuvo de acuerdo y la apoya en la campaña; pero
las heridas no están allí en los pies, están más abajo porque es un problema de
la participación del ciudadano norteamericano sobre nuevas bases, con nuevos
esquemas de funcionamiento de la sociedad; lo que ha hecho también que Trump como
hombre exitoso desde el punto de vista del “hombre rico por casino”, sea hoy en
día el estandarte de los republicanos.
Por eso se dice que esta campaña es atípica y como
decíamos, en ella no han estado en juego los grandes temas, los factores que
tradicionalmente las condicionan sino que ha sido una campaña marcada por
acusaciones reciprocas que tienen que ver con la moral personal, es decir,
pareciera que la política estadounidense ha sido arrastrada por la banalización
del debate y las ideas ¿no te parece?
Si claro, es lo
que llaman ellos el “lenguaje no correcto de la política”; primero, por cuanto
se individualiza y no es que los individuos no tenga un papel en los procesos
históricos, sin embargo es muy difícil recoger las castañas después de tanto
insulto por cuanto la sociedad
norteamericana no estaba acostumbrada a eso, porque no es una sociedad tan
politizada como la venezolana, por ejemplo. Cuando digo politizada me refiero a
que el Estado venezolano ha confiscado la ciudadanía; en los Estados Unidos
como se sabe existe una clara separación de los poderes y respeto por la
iniciativa individual pero por la manera como se ha llevado esta campaña se vislumbra
que se avecinan elementos muy peligrosos.
¿Peligrosos te refieres a una victoria de Trump?
Por supuesto,
porque de ganar Clinton ella continuaría con la misma política de Obama que por
cierto no es que lo haya hecho mal pero
lo ha podido hacer mejor; primero porque viene de las minorías raciales, es
joven, carismático pero como le gustaba decir a Luis Herrera Campins de los
buenos toreros: “le faltó aplicar el volapié”. Obama ha podido reestructurar el
sistema político y económico sin necesidad de desdibujar su esencia. ¿Clinton
lo podrá hacer? No sabemos, pero el caso de Trump va a ser peor porque es un
individuo que no tiene propuestas, ni una idea clara de lo que está pasando en
el mundo, como lo demuestra la manera de comportarse y aquí lo que importa, y
es lo peligroso, es que detrás de Trump está el fenómeno pernicioso de la
antipolítica.
RELACIONES Y CONFRONTACIÓN
Bueno, Obama hace ocho años también resulto un
fenómeno electoral con otras características pero que inicialmente nadie pensó
que podría ganar y luego resultar reelecto, pero ya termina su gestión para ser
juzgada. Más allá de las política internas
¿Qué espera a América Latina en caso de que gane Trump?
Dos cosas me
gusta siempre citar: primero, el problema de los paradigmas, la sociedad
norteamericana ha confrontado durante el siglo XX la escogencia de cuatro
candidatos que se han convertido en los paradigmas de ese país; uno fue el
presidente Roosevelt que era un viejo paralitico y ganó las elecciones varias
veces; el segundo fue el presidente Kennedy que era un presidente católico en
una sociedad protestante; el tercero lo constituye Obama que es un presidente
negro; y ahora es una mujer la que opta a ser presidente enfrentada a un
individuo que parece misógino entonces la sociedad estadunidense está dividida
incluso en la familia porque las mujeres pretender votar por Clinton pero los
esposos por Trump. En este caso, América Latina tiene que repensar y
fundamentalmente hablo de Venezuela que
tiene que repensar muy bien sus relaciones con Estados Unidos.
Bueno en general las relaciones de América Latina y
Estados Unidos con Obama incluso han mejorado y se percibe una mayor atención
de Washington hacia nuestros países; está el ejemplo del restablecimiento de
las relaciones con Cuba, el apoyo a los Tratados de Paz en Colombia e incluso
la reciente entrevista de Thomas Shannon con Nicolás Maduro.
Si de acuerdo, pero
tenemos que volver a las relaciones que tuvimos con ellos durante todo el siglo
XX, no solamente son nuestros principales compradores de petróleo directo sino
que es una larguísima tradición de relación política, económica, comercial,
cultural y en última instancia Estados Unidos es una realidad y el solo hecho
de que nosotros nos mantengamos como en el caso venezolano por un discurso de confrontación
que no ha hecho sino entorpecer esa relación y un intercambio respetuoso entre
los dos países.
No hablemos de Venezuela en particular sino de América
Latina ¿En concreto cuál sería la diferencia entre la política de Obama y la
que aplicaría ya no Trump, sino Clinton? Tomando en cuenta que ha habido
modificaciones en el escenario continental, porque hay dos temas fundamentales
para el nuevo gobernante el de la inmigración que ha sido explotado
escandalosamente por Trump y el problema de la integración económica y el
proteccionismo.
Eso son dos
problemas que tiene que abordar el nuevo gobierno, porque el problema de la inmigración
también es parte del problema del proteccionismo como tú dices. Por ejemplo,
Trump no ha querido entender que el mundo se mueve sobre la base de nuevos
escenarios, de nuevas formas, de nuevas prácticas y eso hace que él vea al
mundo a través de un prisma que tiene que ver con el siglo pasado. Es decir: yo,
Estados Unidos me encierro, no tengo que ver con el resto del mundo, voy a
construir un muro, no voy a permitir que entren extranjeros que ocupen los
puesto de trabajos y resulta que no entiendo que el mundo se ha globalizado, y
que hay una realidad que es la fluidez de las poblaciones que se mueven de un
país a otro.
Pero además que es un fenómeno inevitable que no se
detiene con simples decretos o políticas represivas.
Claro, es un
fenómeno inevitable. Lo que sí creo en el caso de América Latina es que su
prioridad debe ser el fortalecimiento de sus economías, abandonar el facilismo
y el populismo, crear cultura de trabajo y ser los más competitivos posibles,
de tal manera que los latinoamericanos podamos ingresar, estar en Estados Unidos,
regresar y mantener con ellos una relación comercial fluida, creciente y
respetuosa.
Claro pero hay que hablar también del comportamiento
de ellos con nosotros, con el latinoamericano e inmigrante que es otra cosa y
es lo que ha dado margen a las propuestas casi racistas de Trump.
Eso hay que
entenderlo, es natural que dado al peso incluso la tradición política de
Estados Unidos ellos pretendan avasallar e influir cada vez más en nuestros países.
Pero justamente esa comprensión nos obliga a actuar en función de la realidad
sin exacerbar tendencias ultranacionalistas, lo cual de ninguna manera
significa abandonar nuestra propia soberanía.
Esos planteamientos que son correctos y han sido las líneas
generales de la relación latinoamericana con Estados Unidos que como decíamos
se han fortalecido con el mandato de Obama, estarían en peligro con una
victoria de Trump por eso es que en el más simple análisis un latinoamericano
preferiría el triunfo de Clinton que no significaría mayores alteraciones de
estas políticas.
Sin duda alguna,
con Clinton con las modificaciones pienso que no sustanciales que podían
existir se va a prolongar las líneas de la gestión de Obama pero no así con una
victoria de Trump porque si hace todo lo que ha dicho sobre este tema estaría
propiciando una confrontación innecesaria y costosa en primer lugar para su
propio país.
Tocando el tema especifico de Venezuela,
independientemente de quién gane las elecciones ¿Qué pasara con el famoso Decreto
Obama que representa una amenaza cierta para el país mas allá que se aplique o
no?
Yo creo que
debido a la postura radical de Trump impulsaría su aplicación, como he dicho en
caso que haga lo que dice que haría, porque Obama lo ha hecho con una relativa
suavidad muy a su estilo. No te olvides que Trump sería un “elefante en la
cristalería”. En el caso de Clinton no habría razones para no reconsiderar los
términos de este decreto que está vigente en buena medida porque el gobierno de
Maduro ha persistido en la misma confrontación planteada por Chávez y que dio
origen a un decreto que ciertamente es inaceptable para la dignidad de
Venezuela.
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