lunes, 25 de septiembre de 2017

EL CASO VENEZUELA ¿DIALOGO O INJERENCIA?

ANÁLISIS
EL CASO VENEZUELA  ¿DIALOGO O INJERENCIA?

Manuel Felipe Sierra


¿Por qué el “Caso Venezuela” se ha convertido en tema prioritario de la política internacional compartiendo con las provocaciones nucleares de Norcorea, las migraciones masivas y el terrorismo la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas? Por primera vez el nombre de un mandatario venezolano, en este caso Nicolás Maduro, ocupa minutos en el discurso de un Presidente de Estados Unidos como Donald Trump. La semana pasada en su debut  ante el foro mundial el gobernante se refirió a las sanciones impuestas por su gobierno en materia económica al país y a las prohibiciones personales a Maduro y sus más cercanos colaboradores. Horas después la embajadora ante la Organización Nikki Haley advirtió que no se descarta incluso el embargo petrolero.

El viernes 22 el gobierno de Canadá anunció que Maduro y cuarenta funcionarios de su equipo eran objeto de medidas de congelación de bienes y prohibición de actividades económicas en su territorio. Todo indica que el “efecto Trump” podría repercutir en otras naciones como Perú que encabeza la “línea dura” en el concierto latinoamericano frente a la situación venezolana.

Además del lógico rechazo de Venezuela se han registrado otras reacciones contrarias a las sanciones de la Casa Blanca. El canciller de Rusia Serguie Lavro consideró “inaceptable el uso de la fuerza, incitar disturbios y minar a la autoridades legítimas de cualquier país”. En la misma sede diplomática, el Movimiento de Países No Alineados(cuya presidencia “pro-témpore” ocupa Maduro y que representa a 130 miembros) ofreció una declaración en la cual por unanimidad se opone al uso de sanciones unilaterales por un país al margen de la decisión del organismo. El mismo día, con la sutileza propia de  su diplomacia , el máximo tribunal de China recibía al presidente del Tribunal Supremo de Justicia venezolano Maikel Moreno, uno de los principales funcionarios sobre quien pesan las recientes sanciones.

INJERENCIA Y DIALOGO

Lo ocurrido en los últimos días se vincula  con las exhortaciones y llamadas de atención de los principales líderes mundiales y voceros de los organismos internacionales entre los cuales se destacan las gestiones del Papa Francisco a favor del diálogo y el entendimiento entre los factores del gobierno y la oposición, y que han facilitado la convocatoria a una nueva reunión el 27 de septiembre en Santo Domingo, bajo los auspicios de presidente dominicano Danilo Medina.

Un encuentro, que según los voceros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) supone simplemente una “fase exploratoria”, pero que, dada la gravedad y complejidad del  cuadro de “depresión social” (como lo define el periodista Oscar Silva), que vive el país, ha levantado expectativas sobre resultados concretos e inmediatos que no lucen factibles en el corto plazo.
La polarización política no es nueva pero se ha agudizado una vez que la oposición obtuvo el control de la Asamblea Nacional en diciembre del 2015 y se hizo crítico el “choque de poderes” entre dos planteamientos ideológicos divergentes y dos modos distintos de entender la  gobernabilidad justamente cuando también era evidente la inviabilidad de políticas económicas sustentadas en el  alucinógeno de los altos precios petroleros: El resultado como era previsible ha sido el disparo de la  inflación en términos siderales y  el agravamiento de las distorsiones sociales con  el incremento de la delincuencia y la pobreza.

Un contexto semejante requiere de un mínimo acuerdo entre los ejes de una severa conflictividad pero que debería comenzar por un tema que parece subestimado por ambos como  la reinstitucionalización de los  poderes, como premisa para abordar las otras materias todas demasiado urgentes también.

EL VIEJO BLOQUEO


En la medida que la crisis venezolana se agrava crece el interés en la comunidad internacional sobre su desenlace si se toma en cuenta que a lo largo del  proceso “chavista-madurista” Venezuela se ha incorporado a las alternativas de la geopolítica al lado de los países que ejercen contrapeso a la tradicional  hegemonía estadounidense      en un continente que por sus potencialidades y recursos es clave para el futuro de la economía mundial. De allí que la ayuda internacional no siempre es generosa ni tampoco inocente y habría que distinguir entre quienes proponen el diálogo entre los venezolanos y quienes hablan de salidas “cocinadas” en el exterior e incluso con la amenaza del bloqueo y la intervención a un país. Días antes de entregar la Presidencia a Donald Trump el propio Barack Obama, en enero de este año, recordaba el costoso error  cometido por su país sesenta años atrás con el embargo a Cuba. Y por mera coincidencia el viernes pasado un grupo de mandatarios de Latinoamérica. El Caribe, África y el Pacifico encabezados por el presidente ecuatoriano Lenin Moreno, por enésima vez planteaban en la ONU el cese del bloqueo a la isla. Historia viva y reciente.

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