lunes, 20 de noviembre de 2017

                                                                       ANÁLISIS

                                                DIÁLOGO, DISIDENCIA Y PRIMARIAS

MANUEL FELIPE SIERRA

Los días 1 y 2 de diciembre finalmente se reunirán representantes del Gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en República Dominicana con la presencia de acompañantes internacionales para abordar el ya famoso “Caso Venezuela”. El canciller dominicano Miguel Vargas confirmó el encuentro que fuera pospuesto por diferencias entre las partes. Este jueves 16  en Santo Domingo ya  se reunieron representantes de la MUD y el oficialismo en una comisión de seguimiento para fijar los puntos a ser considerados en el encuentro. El jefe de la comisión oficial y ministro de Comunicación Jorge Rodríguez  ratificó también la presencia en la cita de los cancilleres de México, Chile, Paraguay, Bolivia Nicaragua y un sexto todavía por confirmar como acompañantes, junto a los mediadores internacionales encabezados por el ex Jefe del Gobierno Español José Luis Rodríguez Zapatero. Mientras tanto, el vocero de la MUD Stalin González confirmó la asistencia de su coalición y   los términos de la nueva  convocatoria.
A diferencia de las conversaciones del 2016 en esta oportunidad la reunión se realiza en un marco especial. Sin abandonar los temas de la agenda anterior ahora surgen con urgencia dos materias cuyo abordaje es fundamental para  gobierno y  oposición. El deterioro económico asume  características mucho más graves no sólo en niveles macroeconómicos sino en su incidencia directa en la vida de los venezolanos sin distingo político e ideológico. El desabastecimiento y la escasez han dado paso a un impulso demencial de la ya innegable hiperinflación con el desbordamiento del dólar en términos impensados e incluso en la más incontrolable especulación. La escasez de bolívares, por el inadecuado manejo de la liquidez bancaria, ya supone una tragedia cotidiana que afecta básicamente a los sectores de menores ingresos sin que se vislumbren medidas eficaces en el corto plazo. A ello se suma el agravamiento de la crisis sanitaria y los cada vez más alarmantes niveles de violencia criminal;  todo lo cual obliga a decisiones que necesariamente tendrían que ser consensuadas y que escapan al simple dilema de  gobierno y oposición.
En el mismo orden se inscribe la crisis institucional con el “choque de poderes” entre la Asamblea Nacional y la Asamblea Nacional Constituyente que aprueban leyes y toman decisiones cuya viabilidad se hace cada vez más difícil cuando no  imposible y que  generan  cada vez mayor preocupación de la comunidad internacional. Las actuales dificultades para el pago de la deuda externa del Estado y PDVSA se agravan, además del impacto de las sanciones impuestas por el gobierno de Estados unidos, por cuanto carecen de la legalidad y la legitimidad indispensables para generar confianza en inversionistas y acreedores extranjeros.
A diferencia del fallido encuentro del año pasado que reclamaba el despeje electoral (la no realización del referéndum revocatorio creó la percepción que se cerraba la vía del voto) después de las elecciones para la Constituyente, las regionales y las futuras municipales, la opinión nacional e incluso los grupos abstencionistas lucen ya envueltos en el clima electoral, de tal manera que la necesidad de establecer reglas claras y una seguridad mínima en la actuación del CNE se torna en una demanda mucho más urgente y que interesa por igual a oficialistas y opositores. Al mismo tiempo, si se toma en cuenta que el acompañamiento internacional estaría compuesto por países algunos críticos del régimen y otros solidarios con su  planteamiento ideológico se trata de una circunstancia que ayudaría a darle consistencia  a la aplicación de los eventuales acuerdos.
¡CANDIDATO YA!
Los deslindes ocurridos en el seno de la MUD abren espacios para la configuración de nuevas plataformas unitarias ahora sobre la base de mayores coincidencias políticas e ideológicas y no solamente por las necesidades pragmáticas de los partidos. El anuncio de la fracción opositora “16 de julio” en la Asamblea Nacional integrado por doce parlamentarios encabezados por Richard Blanco (ABP) y Omar González Moreno (Vente Venezuela) apunta hacia una línea mucho más radical  que debería inscribirse en la posición contraria a la participación electoral sin cambios sustanciales en el CNE y sus políticas. En cambio, el planteamiento del gobernador electo del Zulia Juan Pablo Guanipa (PJ) y el candidato en Bolívar Andrés Velázquez (Causa R) de convocar lo más pronto posible a elecciones primarias para escoger un candidato presidencial  para el mandato del próximo año, pone fecha fija a la participación en la eventual consulta. Si bien es un planteamiento personal no cabe duda que habrá de ser suscrito por ambos partidos lo cual define una discrepancia significativa en el mundo opositor. Pareciera que la ahora pública  propuesta ya cobraba fuerza   entre las principales organizaciones de la alianza opositora ante la perspectiva presidencial en el 2018.
MUGABE EN CARACAS

Rober Mugabe el  presidente de Zimbabwe (93 años de edad, 37 años en el poder y candidato a la reelección hasta la semana pasada) permanece ahora detenido en su residencia en Harare luego de una acción militar para derrocarlo. Personaje legendario en la lucha africana contra la discriminación racial vino a Caracas el 27 de febrero del 2004 invitado por Hugo Chávez a la “Cumbre de los Países del G-15” días antes del referéndum revocatorio presidencial y fue testigo de una manifestación opositora que solicitaba garantías para el acto electoral y que fue reprimida y arrojó como saldo dos muertos y veinticinco heridos,  mientras el visitante recibía de manos de Chávez una réplica de la Espada de Bolívar. Algunos historiadores han encontrado paralelos, guardando las distancias y la cultura, entre ambos gobiernos. El expresidente George W. Bush en sus memorias “Momentos decisivos” escribe:   “Chávez se está convirtiendo en el Robert Mugabe de Sudamérica porque contaminó las ondas con sus sermones de falso populismo que denominó revolución bolivariana; pero lamentablemente derrochó el dinero de los venezolanos y está arruinando al país.  Bush durante ocho años en el poder conoció de Chávez y Mugabe en el juego de la geopolítica mundial.

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