ANÁLISIS
CUMBRE DE LIMA: CORRUPCIÓN Y GOBERNABILIDAD
Donald Trump y Pedro Pablo Kuczynski conversaron de nuevo
telefónicamente el jueves sobre el tema de Venezuela y la celebración de la VIII
Cumbre de las Américas convocada en Lima para los días 13 y 14 de abril, a la
cual se decidió no invitar al presidente venezolano. Maduro, sin embargo, ha
ratificado su decisión de estar presente, luego de recibir el apoyo de los
países que integran la “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América”
(ALBA) que se reunieron esta semana en Caracas.
El encuentro limeño abordará dos temas sustantivos para el
continente: corrupción y gobernabilidad. Casualmente ambas materias han
generado una crisis política en Perú, cuyo desenlace podría comprometer el
mandato de Kuczynski e incluso la celebración del cónclave continental.
En diciembre pasado las fracciones parlamentarias que
representan el “fujimorismo” plantearon la “vacancia” del mandatario acusado de
“incapacidad moral” por una supuesta implicación en los archiconocidos manejos corruptos
de la empresa brasileña Odebrecht. En aquel momento un grupo de los
parlamentarios afectos al expresidente en prisión también por acusaciones de
corrupción además de violación de los derechos humanos, cambiaron su voto ante
la promesa de indulto para Fujimori quien desde el 2007 se encuentra en la cárcel.
Kuczynski parecía entonces haber superado la tormenta pero en todo caso por
obra de la casualidad y la conveniencia momentánea de los actores políticos.
El jueves 8 de marzo se reactivó el caso y un total de 29
parlamentarios, es decir, tres más de los votos requeridos para que proceda la
sustitución presidencial, insistieron en una solicitud ante el Congreso
Nacional, avalada por los partidos Fuerza Popular, Frente Amplio, Nuevo Perú,
Alianza para el Progreso, El Partido Aprista, y parlamentarios independientes.
Días antes surgieron nuevas acusaciones contra el exgobernante prisionero, lo
cual bloqueó la posibilidad de que éste recobrara la libertad prometida. Según
los conocedores, es posible que en este caso proceda la petición de “vacancia”
y se abra un período para el restablecimiento de las funciones gubernamentales,
sin descartar incluso la convocatoria a nuevas elecciones. El mandato de Kuczynski
ha estado caprichosamente condicionado a la suerte de Fujimori, porque incluso
su elección en 2016 estuvo determinada, en buena medida, para impedir la
victoria de Keiko Fujimori (tal como ocurrió en 2011 con el triunfo de Ollanta
Humala), a quien en razón de su parentesco se asocia automáticamente con la polémica
gestión de su padre.
Falta saber ahora si el desenlace del “affaire” Kuczynski
obligará a posponer o cancelar la reunión que por encima de la importancia de
su temario ha estado guiada por la situación política venezolana y la
posibilidad de que Maduro decida, a todo evento como lo ha dicho, darse por un “invitado
indeseable”. Por ahora el mandatario cuestionado admite que “es un momento
complejo, pero hay que luchar”. Lo que sí está claro es que de ello ocurrir la
reunión debería sufrir cuando menos un cambio en su convocatoria. Un Kuczynski fuera
de la Presidencia por “incapacidad moral” y acusado de protagonizar severos
trastornos políticos, sería la negación misma de la lucha contra la corrupción
y el respeto a una sana forma de conducir el Estado.
EL PETRO DE COLOMBIA
Hoy se realizan en Colombia las elecciones legislativas para
la conformación de la Cámara del Senado y Diputados, en una elección demasiado
importante de cara a la escogencia presidencial para el 27 de mayo de 2018. La
consulta se realiza tal como acaba de declarar el secretario general de la OEA,
Luis Almagro, bajo una seria amenaza de violencia; y es que si bien es cierto
que los Acuerdos de Paz suscritos entre el gobierno de Santos y las FARC en
septiembre de 2016, significaron un alentador paso en la normalización de la
vida del país, aún falta por definirse la situación del grupo guerrillero Ejército
de Liberación Nacional (ELN). Si bien era previsible, tal como ocurre en estas
situaciones, que se registraran acciones de sectores contrarios a la
pacificación, el hecho cierto es que en los últimos meses ha crecido el número
de líderes sociales asesinados según las advertencias de organizaciones de los
derechos humanos y la propia Naciones Unidas.
El resultado de las elecciones parlamentarias aportará sin
duda un indicio para lo que pudiera ocurrir en la votación para la Casa de
Nariño. A estas alturas los especialistas consideran, que si bien el “Centro
Democrático” de Álvaro Uribe debería obtener una significativa votación al
igual que “Alianza Verde” y “Colombia Humana” que apoyan al candidato
izquierdista Gustavo Petro, ellas no definirán una clara mayoría tal como acaba
de ocurrir con las votaciones en Italia. Ello se explicaría, entre otras
razones, porque habría desaparecido la polarización entre “uribistas” y
“santistas” que caracterizó las últimas votaciones y ahora se abre espacio para
nuevas opciones presidenciales entre las cuales se destaca la que representa el
exalcalde de Bogotá, a quien se le asigna un 23 por ciento de los sufragios,
empatado con el aspirante del “uribismo” del “Centro Deomocrático” Iván Duque y
a considerable distancia de los demás aspirantes que oscilarían en un 10 por
ciento.
La mayor expectativa se centra en la posible elección de
Petro, a quien se considera al frente de una corriente que podría reproducir el
“fenómeno chavista” venezolano y quien recientemente ha propuesto una Asamblea
Nacional Constituyente, en la línea de Chávez, Correa (Ecuador) y Morales
(Bolivia), aunque suele marcar distancia del proceso bolivariano, reivindicando
su gestión como alcalde de la capital y sus planteamientos a favor de la
economía abierta y el respeto a las fórmulas democráticas.
Seguramente el riesgo que implicaría una victoria de Petro,
se vería recompensado al final por el voto del electorado independiente por el
candidato Duque, aunque falta por definirse el peso del nuevo partido de las FARC,
una vez descartada la candidatura de su líder Rodrigo Londoño “Timochenko”, y
cuyos sufragios tributarían seguramente a favor de Petro. Sin embargo, para el
analista de “El Tiempo” de Bogotá, Gustavo Duncan: “El fenómeno Petro es
inédito en la historia reciente. Desde Gaitán, y si se quiere Rojas Pinilla,
ningún candidato antiestablecimiento había tenido tantas opciones reales de
llegar a la Presidencia”.
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