lunes, 12 de marzo de 2018

ANÁLISIS
CUMBRE DE LIMA: CORRUPCIÓN Y GOBERNABILIDAD
Donald Trump y Pedro Pablo Kuczynski conversaron de nuevo telefónicamente el jueves sobre el tema de Venezuela y la celebración de la VIII Cumbre de las Américas convocada en Lima para los días 13 y 14 de abril, a la cual se decidió no invitar al presidente venezolano. Maduro, sin embargo, ha ratificado su decisión de estar presente, luego de recibir el apoyo de los países que integran la “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América” (ALBA) que se reunieron esta semana en Caracas.
El encuentro limeño abordará dos temas sustantivos para el continente: corrupción y gobernabilidad. Casualmente ambas materias han generado una crisis política en Perú, cuyo desenlace podría comprometer el mandato de Kuczynski e incluso la celebración del cónclave continental.
En diciembre pasado las fracciones parlamentarias que representan el “fujimorismo” plantearon la “vacancia” del mandatario acusado de “incapacidad moral” por una supuesta implicación en los archiconocidos manejos corruptos de la empresa brasileña Odebrecht. En aquel momento un grupo de los parlamentarios afectos al expresidente en prisión también por acusaciones de corrupción además de violación de los derechos humanos, cambiaron su voto ante la promesa de indulto para Fujimori quien desde el 2007 se encuentra en la cárcel. Kuczynski parecía entonces haber superado la tormenta pero en todo caso por obra de la casualidad y la conveniencia momentánea de los actores políticos.
El jueves 8 de marzo se reactivó el caso y un total de 29 parlamentarios, es decir, tres más de los votos requeridos para que proceda la sustitución presidencial, insistieron en una solicitud ante el Congreso Nacional, avalada por los partidos Fuerza Popular, Frente Amplio, Nuevo Perú, Alianza para el Progreso, El Partido Aprista, y parlamentarios independientes. Días antes surgieron nuevas acusaciones contra el exgobernante prisionero, lo cual bloqueó la posibilidad de que éste recobrara la libertad prometida. Según los conocedores, es posible que en este caso proceda la petición de “vacancia” y se abra un período para el restablecimiento de las funciones gubernamentales, sin descartar incluso la convocatoria a nuevas elecciones. El mandato de Kuczynski ha estado caprichosamente condicionado a la suerte de Fujimori, porque incluso su elección en 2016 estuvo determinada, en buena medida, para impedir la victoria de Keiko Fujimori (tal como ocurrió en 2011 con el triunfo de Ollanta Humala), a quien en razón de su parentesco se asocia automáticamente con la polémica gestión de su padre.
Falta saber ahora si el desenlace del “affaire” Kuczynski obligará a posponer o cancelar la reunión que por encima de la importancia de su temario ha estado guiada por la situación política venezolana y la posibilidad de que Maduro decida, a todo evento como lo ha dicho, darse por un “invitado indeseable”. Por ahora el mandatario cuestionado admite que “es un momento complejo, pero hay que luchar”. Lo que sí está claro es que de ello ocurrir la reunión debería sufrir cuando menos un cambio en su convocatoria. Un Kuczynski fuera de la Presidencia por “incapacidad moral” y acusado de protagonizar severos trastornos políticos, sería la negación misma de la lucha contra la corrupción y el respeto a una sana forma de conducir el Estado.
EL PETRO DE COLOMBIA
Hoy se realizan en Colombia las elecciones legislativas para la conformación de la Cámara del Senado y Diputados, en una elección demasiado importante de cara a la escogencia presidencial para el 27 de mayo de 2018. La consulta se realiza tal como acaba de declarar el secretario general de la OEA, Luis Almagro, bajo una seria amenaza de violencia; y es que si bien es cierto que los Acuerdos de Paz suscritos entre el gobierno de Santos y las FARC en septiembre de 2016, significaron un alentador paso en la normalización de la vida del país, aún falta por definirse la situación del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN). Si bien era previsible, tal como ocurre en estas situaciones, que se registraran acciones de sectores contrarios a la pacificación, el hecho cierto es que en los últimos meses ha crecido el número de líderes sociales asesinados según las advertencias de organizaciones de los derechos humanos y la propia Naciones Unidas.
El resultado de las elecciones parlamentarias aportará sin duda un indicio para lo que pudiera ocurrir en la votación para la Casa de Nariño. A estas alturas los especialistas consideran, que si bien el “Centro Democrático” de Álvaro Uribe debería obtener una significativa votación al igual que “Alianza Verde” y “Colombia Humana” que apoyan al candidato izquierdista Gustavo Petro, ellas no definirán una clara mayoría tal como acaba de ocurrir con las votaciones en Italia. Ello se explicaría, entre otras razones, porque habría desaparecido la polarización entre “uribistas” y “santistas” que caracterizó las últimas votaciones y ahora se abre espacio para nuevas opciones presidenciales entre las cuales se destaca la que representa el exalcalde de Bogotá, a quien se le asigna un 23 por ciento de los sufragios, empatado con el aspirante del “uribismo” del “Centro Deomocrático” Iván Duque y a considerable distancia de los demás aspirantes que oscilarían en un 10 por ciento.
La mayor expectativa se centra en la posible elección de Petro, a quien se considera al frente de una corriente que podría reproducir el “fenómeno chavista” venezolano y quien recientemente ha propuesto una Asamblea Nacional Constituyente, en la línea de Chávez, Correa (Ecuador) y Morales (Bolivia), aunque suele marcar distancia del proceso bolivariano, reivindicando su gestión como alcalde de la capital y sus planteamientos a favor de la economía abierta y el respeto a las fórmulas democráticas.

Seguramente el riesgo que implicaría una victoria de Petro, se vería recompensado al final por el voto del electorado independiente por el candidato Duque, aunque falta por definirse el peso del nuevo partido de las FARC, una vez descartada la candidatura de su líder Rodrigo Londoño “Timochenko”, y cuyos sufragios tributarían seguramente a favor de Petro. Sin embargo, para el analista de “El Tiempo” de Bogotá, Gustavo Duncan: “El fenómeno Petro es inédito en la historia reciente. Desde Gaitán, y si se quiere Rojas Pinilla, ningún candidato antiestablecimiento había tenido tantas opciones reales de llegar a la Presidencia”.

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