ANALISIS
20-M: COMUNIDAD INTERNACIONAL
¿APOYO O INJERENCIA?
MANUEL FELIPE SIERRA
Mike Pence Vicepresidente de
Estados Unidos solicito a la OEA suspender a Venezuela como país miembro y también
las elecciones presidenciales y además anunció la aplicación de nuevas
sanciones a funcionarios. La embajadora norteamericana en la ONU Nikki Haley
solicito al mismo tiempo que “Maduro se vaya porque su régimen amenaza la paz y
la seguridad de la región entera”; mientras que el Subsecretario de Estado John
Sullivan declaró que el gobierno estadounidense concederá 18.5 millones de
dólares para que Colombia “lidie con la llegada de venezolanos refugiados”. La Unión
Europea ratificó su rechazo a la consulta del veinte de mayo y también aplicará
nuevas medidas contra altos personeros. Los gobernantes de los países del
“Grupo de Lima” insisten en cuestionar la legalidad del evento calificado por
el presidente chileno Sebastián Piñera como “una farsa”. Más cerca, el
Presidente de Colombia Juan Manuel Santos pronostica una “implosión”; y el
candidato presidencial Ivan Duque (quien seguramente será elegido en los
próximos comicios) asegura que Venezuela es refugio de guerrilleros del ELN y
que de ser reelecto Nicolás Maduro “lo llevaré ante la justicia internacional”.
Estas son apenas algunas de las reacciones en los últimos días y que revelan
como el “Caso Venezuela” cobra cada vez mayor prioridad en la agenda
internacional.
De ser reelecto Maduro ¿Cuál será
la reacción de tan importantes críticos? ¿El desconocimiento de la elección
supondrá el retiro de embajadores y la congelación de relaciones diplomáticas y
acuerdos comerciales? ¿Cómo se explica que amenazas de este tipo se refieran a
la situación venezolana cuando muchos eventos electorales del continente suelen
ser cuestionados en sus países por falta de transparencia o prácticas
fraudulentas? ¿Cuáles son las diferencias entre la escogencia el próximo
domingo y las numerosas elecciones anteriores con iguales condiciones y la
misma responsabilidad del Consejo Nacional Electoral? Lo que queda claro entonces
es que la megacrisis nacional por sus características y alcances es asumida de
manera decisiva ya no sólo como ha sido y debe ser por los factores políticos
nacionales, sino por elementos decisivos de una confrontación mundial que ya no
se localiza entre las grandes potencias sino que involucra a países sin que
tengan incidencia directa en ella.
La “Guerra Siria”, que en verdad es un
rompecabezas bélico por la participación de fuerzas militares de diversos
países es un ejemplo válido para comprender la naturaleza de unas acciones
entre países y fuerzas extrañas en un determinado territorio, donde a fin de
cuentas las victimas y los verdaderos perdedores son los pueblos, es decir la
mayoría de una población inocente e indefensa. Sin que pueda establecerse un
paralelo con Venezuela y tratándose de escenarios geográficos e históricos
distintos, son pertinentes las consideraciones por cuanto el proceso chavista
por razones ideológicas y circunstanciales colocó al país al lado de nuevos
factores del esquema multipolar. Tanto como para que Bush lo ubicara en su “eje
de mal”; Obama emitiera un decreto aun vigente que la considera “una amenaza
para la seguridad de Estados Unidos”, y Trump, resucitando la “Doctrina Monroe”,
la coloque como blanco de acciones claramente injerencistas. Se explica
entonces porque la Unión Rusa también por vez primera envie una misión especial
de acompañamiento para las votaciones.
EL AMIGO FELIPE
Felipe González ex jefe de gobierno
español durante catorce años, es uno de los líderes mundiales con un mayor
conocimiento de la realidad venezolana. Con el nombre de Isidoro en plena lucha
contra el franquismo visitaba Caracas con frecuencia trabando amistad con
dirigentes de Acción Democrática. Por ello no fue casual que de “contrabando”
en el avión presidencial Carlos Andrés Pérez lo entregara al gobierno español a
la muerte del dictador y al comienzo de una transición hacia la democracia en
la cual ya como líder del PSOE habría de ser una pieza fundamental.
Recientemente en Bogotá, González ofreció unas amplias declaraciones en relación
al proceso venezolano. Duramente critico de Maduro, e incluso de la
participación de un sector de la oposición en las elecciones en relación a sus
resultados abogó independientemente de ellos, por la unidad opositora por
encima de diferencias momentáneas y por “una lucha pacífica, democrática y
constitucional” y advirtió que “la intervención” o “el embargo” la historia ha
demostrado que son contraproducentes y más que a los gobiernos causan enorme
daño a los pueblos. Vale el consejo de un viejo amigo.
EN UNA SEMANA
El domingo veinte los venezolanos
concurrirán a una nueva cita electoral que marca distancia con procesos
anteriores. Por primera vez un sector importante de la oposición ha decidido no
participar apelando al “neoabstencionimo” o “el abstencionismo express” según
el columnista Jean Maninat, y también por vez primera bajo el ojo escrutador de
significativas instancias internacionales que de antemano y de manera inusual
han deslegitimado la jornada. En esta ocasión el elector, durante años acostumbrado
a sufragar por los partidos, deberá hacerlo a favor o en contra de un modelo
político cuya expansión llega a los veinte años y tomando en cuenta que además
de elegir un nuevo mandatario y renovar los legisladores regionales, se trata
de un episodio en el cual se juega la estabilidad política de los próximos años
–en un cuadro de asfixiante pugnacidad política y malestar económico- y el
propio porvenir de la nación. Nicolás Maduro apuesta a un nuevo mandato cuando
las reelecciones son rechazadas a nivel continental y después de una difícil
gestión caracterizada con la conjunción de la fase terminal del rentismo
petrolero como un modelo económico comprobadamente inviable y además complicado
por sanciones y restricciones comerciales. Henri Falcón venciendo desconsiderados
ataques de viejos alados asume la representación del voto impugnador agrupando
cada día a figuras de incuestionable trayectoria como Eduardo Fernández,
Claudio Fermín, Felipe Mujica, Francisco Rodríguez, Enrique Márquez y Jesús “Chùo”
Torrealba, entre otros y con un creciente apoyo en las bases opositoras del
interior; y Javier Bertucci debuta en la política y acumula un impensable
caudal de seguidores que en los sondeos lo ubican entre el 18 y 20 por ciento
del electorado con lo cual resucitaría el famoso “fenómeno electoral” sepultado
hace años por el bipartidismo.
@manuelfsierra
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