jueves, 25 de febrero de 2016

DANIEL: EL DIABLO DE LOS PUERTOS



Eran los años setenta, y agitado como siempre, Daniel Santos llega al bar “Ánfora de Oro” en los Chaguaramos para filmar una escena de la película “El inquieto anacobero” que dirigía César Cortéz. Un reciente cuento de Salvador Garmendia publicado en “El Nacional” sobre la vida del cantante borinqueño había provocado un escándalo, incluso judicial. Le pregunto: “Daniel ¿porque te llaman “anacobero”?, y él responde: “Muy sencillo, yo pertenezco a los Ñañigos de la santería Abakuá, y “anacobero” quiere decir “diablo” en ella. Los cubanos por mi carácter, según ellos siempre agitado, me bautizaron como el “inquieto anacobero”, es decir, que soy “diablo” dos veces”. “Daniel, tu eres sin duda el cantante más popular de América Latina”. Guarda silencio, piensa y dice: “Yo diría más bien del Caribe”, “¿Y porque del Caribe?” le digo, “Porque yo soy un cantante de los puertos y ¿qué es el Caribe? mar y puertos”; “Una explicación muy sencilla, caballero”. Daniel, sonríe y toma el ron de costumbre para afinar la voz.


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