El intento de Golpe de Estado
liderado por Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992 fracasó militarmente. Pero
curiosamente habría de triunfar políticamente con el tiempo. A partir de aquel
día (potenciado por el discurso de Rafael Caldera en el Congreso Nacional y
voceros como Aristóbulo Istúriz de Causa R), el país entró en una creciente
turbulencia que devino en ingobernabilidad. En los meses siguientes se habló de
conspiraciones y movimientos en los cuarteles. Caldera se consolidó en las
encuestas como candidato presidencial para las elecciones de 1993. Chávez, preso
en Yare, construyó un movimiento de extensión nacional y su liderazgo se creció
en la opinión pública. La situación se tornó tan grave que se creó una comisión
especial de personalidades para estudiar la posibilidad de una Asamblea
Nacional Constituyente, con la cual estuvo de acuerdo el propio mandatario.
COPEI, principal partido de oposición, decidió ir al Gabinete para apuntalar al
gobierno. Los grupos militaristas y opositores, tradicionalmente golpistas,
descubrieron que después de 40 años eran posibles las asonadas castrenses. El
ADN militarista de los venezolanos se había activado nuevamente. El 27 de
noviembre estalla un pronunciamiento encabezado por altos oficiales de la
Armada y la Marina, que si bien resultó aplastado, demostró que la conspiración
no era sólo de los jóvenes “comacates” del prisionero Chávez. En enero de 1993
se conoce una denuncia contra Pérez sobre un presunto hecho de corrupción. La Fiscalía
de la Republica y la mayoría de los magistrados del TSJ acuerdan su
enjuiciamiento. Algunos medios de comunicación, grupos económicos descontentos
por el viraje de la economía, antiguos conspiradores, los remanentes de la
izquierda del años 60’s y la mayoría del Congreso Nacional (incluso el partido
de gobierno) presionan su renuncia, la cual se materializa el 21 de mayo. En
solo 15 meses Chávez había logrado, con el apoyo civil y mediante un mecanismo
constitucional, lo que no pudo lograr con las armas. Lo que vino después fue el
“remezón” inevitable de la conspiración nacida años antes en el Samán de Güere
de Maracay. En 6 años un militar desconocido conquistaba la Presidencia de la
Republica, para presidir un periodo de gobierno que ahora llega a los 17 años. Quiérase
o no, un verdadero “record histórico”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario