Los cambios en el planeta no
sólo son diversos y complejos, sino que asumen una velocidad inimaginable para
los más acuciosos estrategas del futuro. El nivel de la desigualdad social, por
ejemplo, se hace insostenible en la misma medida en que se refuerza la tecnología
digital, la robótica avanzada y la automatización del conocimiento. La
polarización social y el reacomodo geopolítico también tienden a reciclar fenómenos
y realidades del pasado. Alfredo Toro Hardy advierte sobre el escenario económico
para el 2050. Tal como van las cosas, para ese entonces, podría consolidarse el
binomio China e India “que hasta 1820 concentró el 50% de la riqueza social, y
durante 1800 de los últimos 2 mil años, concentró la economía planetaria”. No
es una simple especulación, si se toma en cuenta que hace tres años la Banca
Morgan estimaba que para el 2040 el PIB combinado de China e India alcanzaría el
52% de la riqueza del mundo. En otras palabras, estaríamos de nuevo bajo el
peso de un viejo imperio económico ahora denominado “Chindia”.
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